Alicante

El PPCV que lidera el alicantino Carlos Mazón lleva meses trabajando en un escenario de asalto al Palau de la Generalitat espoleado por las encuestas que dan mayoría al centroderecha en los próximos comicios autonómicos de primavera de 2023 (según palabras del presidente Ximo Puig). Por eso, el tsunami de la situación del partido en Madrid apenas cuatro días después de las elecciones castellanoleonesas, ha caído como un jarro de agua fría entre sus dirigentes.

En octubre, un barómetro de Electocracia situó a la derecha valenciana en 51 escaños. Un mes después, GAD3 le otorgaba 52. Del 19,3% de las elecciones de poco más de dos años y medio, los populares pasaban al 28,1%. Incorporaban, por tanto, buena parte de la intención de voto perdida por su actual socio preferente, Cs.

La suma de votos de la derecha en 2019 le dio la victoria frente a la suma de la izquierda en 2019 en Alicante, no así en Valencia y Castellón. En conjunto, las fuerzas de derecha se quedaron apenas a 40.000 votos de la mayoría absoluta. Pero todo había cambiado mucho desde entonces, cayendo con fuerza Cs y también Compromís y Unidas Podemos. Y también, creciendo Vox, que ante la posible incorporación en un Gobierno autonómico como el de Mañueco, abría las vías a futuras colaboraciones.

Hoy, el escenario es radicalmente distinto. Los órdagos mutuos y recíprocos de Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, han provocado la mayor crisis política en un partido en los últimos tiempos. Y por eso, "afectarán sin duda al voto del PP", reconocen desde el partido alicantino.

Los apoyos

Carlos Mazón publicó el jueves en Twitter su apoyo expreso a Casado como una persona "íntegra". Al parecer, hubo llamadas de miembros de la dirección nacional del partido para que se produjesen apoyos como el del alicantino, pero nunca dictando el mensaje. Por esa razón el presidente del PPCV utilizó palabras claramente alusivas a su lealtad y conocimiento personal del presidente nacional del partido. Un tuit que retuiteó el alcalde de Alicante, Luis Barcala, desde su cuenta.

El senador y líder del PP de Elche, Pablo Ruz, hizo lo propio. Y también la secretaria general de Mazón en la estructura autonómica popular, María José Catalá. Ambos prefirieron meter en el mensaje alusiones al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como principal beneficiado de la crisis del PP. 

Estos apoyos a Casado han servido de munición para la izquierda valenciana, que ha querido equiparar a los dirigentes del PPCV con la "corrupción" de épocas pasadas y a los últimos escándalos del PP nacional. Ese es el caso del portavoz del PSPV en las Cortes, Manuel Mata, que ha sacado a colación a Kitchen, Esperanza Aguirre o los 'topos' del Palau

El escenario

La preocupación del PPCV se centra en el momento actual, pero sobre todo en las consecuencias futuras y más cercanas para ellos de esta crisis. Mazón tiene un liderazgo sólido en el partido, así que no le preocupan los movimientos internos, nulos. Pero en la oposición al Botánico de Puig y Oltra, ante la ciudadanía -sobre todo de Valencia y Castellón-, todavía tiene que darse a conocer. Y lo que ha sucedió en Madrid no son las mejores credenciales. 

Ayer mismo Mazón declaró que confía "en la capacidad de resolver esta cuestión por parte de la dirección nacional del partido". "Se va a resolver bien y de manera clara, porque además lo necesitamos todos", añadió.

Los populares contaban con atraer todo el voto posible de Cs y contrarrestrar el ascenso de Vox con su gestión allí donde gobiernan. Ahora, el temor es un posible -aunque poco probable- sorpasso de la extrema derecha. O si no se produce, cuatro años más en la oposición. 

El presidente regional, en este sentido, señaló en declaraciones que lo que urge es centrarse "en lo verdaderamente importante, a nivel nacional pero especialmente aquí, en la Comunidad Valenciana", done el partido "muy unido, que ya está rodando a pleno rendimiento y que tiene muchas ganas de ofrecer el cambio" tras 7 años de gobierno de la izquierda.

Sin embago, fuera de micrófono los populares reconocen que la gestión ha dejado paso a las especulaciones sobre la honradez de los miembros del partido. Y ahí Cs y Vox tienen las de ganar. Por eso, no es extraño que dirigentes y militantes de ambos partidos utilicen la crisis del PP para sacar beneficio en las redes sociales.

Qizá por eso, Mazón añadió que no va a "tolerar" que se les diga "chantajistas, extorsionadores, organización criminal, mafiosa y corrupta, o adictos a la corrupción".

En Alicante se contaba con el apoyo explícito de la actual dirección del PP para los próximos comicios y al tiempo con el tirón electoral de la presidenta madrileña llegada la campaña. No en vano, Mazón y Barcala se han posicionado como los valedores de las rebajas fiscales en sus gestiones y programas, como Ayuso. Todo contaba interna y externamente. Ahora falta ver con qué munición se queda para concurrir a la Presidencia de la Generalitat.

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