Valencia

Al Partido Popular ya le salen las cuentas para recuperar el poder en la Comunidad Valenciana, aunque con un margen muy ajustado. Los resultados de una encuesta interna realizada por los populares, a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, sitúan al bloque de la derecha con opciones de arrebatar el Gobierno autonómico a la izquierda, que controla la autonomía desde 2015 con el socialista Ximo Puig al frente del Ejecutivo. El PP podría lograr la victoria junto a Vox y con la desaparición de Cs.

En concreto, el sondeo que maneja el PPCV de Carlos Mazón estima un resultado para la derecha entre los 49 y los 51 diputados, y de entre 48 y 52 para la izquierda (la cámara tiene 99 representantes). Se trata de un empate técnico, pero con opción de un vuelco electoral en la cámara después de más de seis años controlada por PSOE, Compromís y Podemos.

Por partidos, respecto al resultado electoral de 2019, el PP pasaría de los 19 diputados a una horquilla de entre 27 y 30. Vox, por su parte, duplicaría su resultado. De los 10 representantes actuales pasaría a ostentar entre 20 y 21. Ciudadanos, por contra, perdería los 18 escaños con los que cuenta en la actualidad y se quedaría fuera del parlamento.

En el otro lado del hemiciclo, la izquierda perdería la mayoría pese al crecimiento del PSPV-PSOE, el partido del presidente valenciano. Los socialistas pasarían de 27 diputados a una horquilla de entre 27 y 30 representantes.

En cambio, los socios de gobierno de Ximo Puig menguarían en representación. Compromís, la coalición de la vicepresidenta Mónica Oltra, pasaría de 17 diputados a un resultado de entre 14 y 15. Y Unides Podem-EUPV perdería uno. Pasaría de los 8 actuales a 7.

Tambores de adelanto

El PP ha realizado este sondeo en la Comunidad Valenciana pese a que restan 17 meses para que, si se cumpliera el calendario, se celebren las elecciones. Pero el ambiente electoral es acuciante en la región.

Fue el entorno del presidente valenciano quien especuló inicialmente sobre la conveniencia de adelantar los comicios por la concurrencia de varios factores: la cada vez más tensa relación entre los Socialistas y Compromís, su principal socio de coalición; la descomposición tendencia a la baja de la marca de Podemos, su otro aliado de Gobierno; y la reordenación del PP en la región.

Tal circunstancia, unida a que en los próximos meses Puig podría disfrutar de un escenario amable con la salida de la pandemia y la llegada de los ingentes fondos europeos para combatirla, dibujan para el socialista en estos momentos un mejor panorama en 2022 para celebrar los comicios que en 2023. La reciente creación de una "Jefatura de Servicio de Procesos Electorales" en medio de este debate ha alimentado todavía más la suspicacia.

Ante tal escenario, el PP está haciendo de la necesidad, virtud. El recién elegido presidente del PPCV y virtual candidato para los comicios, Carlos Mazón, es el presidente de la Diputación de Alicante, pero carece de escaño y de protagonismo en el parlamento valenciano. Ello le ha llevado a pasar a la ofensiva en busca de visibilidad con iniciativas como desplegar una campaña de propaganda con su imagen en vallas publicitarias, como si los comicios estuvieran a la vuelta de la esquina.

Además, el PP ha presentado también su propuesta fiscal, como si ya se tratase de su  programa electoral. Consiste en "una bajada de todos los impuestos", que persigue lograr que en la Comunidad Valenciana las rentas bajas paguen el menor IRPF de España y en la supresión de tributos como Patrimonio, Sucesiones y Donaciones.

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