¿Pero de qué os quejáis? Donald Trump es vuestra criatura. Vosotros le allanasteis el camino cuando dividisteis a los ciudadanos en hombres y mujeres. A los hombres y mujeres, en heterosexuales y LGBT. A los LGBT en lesbianas, gays, bisexuales y trans. A los trans, en travestis, transexuales e intersexuales. A todos ellos en cuñados, fachas y gente. A la gente, en imperialista y colonizada. A la colonizada, en machirulos y feministas. A los feministas, en blancos y oprimidos. A los oprimidos, en carnívoros, vegetarianos, veganos, crudiveganos, flexiterianos y omnívoros. A los omnívoros, en privilegiados y minorizados.

Y ahora que habéis convertido al ciudadano en una suma amorfa de identidades microscópicas, en un niñato rencoroso, acobardado y gimoteante definido por alguna estúpida característica irrelevante que le arrincona, le aliena y le aleja del resto de los ciudadanos… ¿os vais a quejar de un tipo de color naranja que apela a los instintos más rencorosos, cobardes y gimoteantes de los blancos heterosexuales cristianos anglosajones de derechas?

¿Vosotros, que aplaudíais a Obama cuando se negaba a mencionar la palabra “islam” en la misma frase que la palabra “terrorismo”, os vais a quejar de un tipo que ha ganado las elecciones por el sorprendente método de llamar terrorismo islámico al terrorismo islámico?

¿Vosotros, que cuando teníais a vuestro alcance la izquierda ilustrada de Christopher Hitchens preferisteis esa mala copia adolescente llamada Owen Jones? ¿Que cuando tuvisteis a vuestro alcance los libros de Owen Jones preferisteis encender la TV y embobaros con ese sucedáneo cañí de una mala copia adolescente de Hitchens llamado Errejón? ¿Que teniendo a Errejón y su “socialdemocracia asumible” habéis preferido la irrelevancia del matonismo esperpéntico de Iglesias? ¿Y vosotros os quejáis de Steve Bannon, Milo Yiannopoulos y Mike Pence? ¡Pero si son genios políticos comparados con Sanders, Corbyn y Hamon!

¿Vosotros, los del leño y los numeritos ridículos en el Congreso, llamáis payaso a Trump? ¿Vosotros, que sólo aparecéis en la prensa para hablar de vosotros, llamáis egocéntrico a Trump? ¿Vosotros, a los que no se os conoce otra actividad que el acuchillamiento de los compañeros de partido, llamáis sectario a Trump?

¿Vosotros, que os manifestáis en Facebook en contra del TTIP, os vais a quejar ahora de quien ha decidido aniquilar el TTIP en la vida real? ¿Los que aplaudís a la comunista alemana Sarah Wagenknecht por sus críticas a la OTAN os vais a quejar ahora de quien pretende desmantelar la OTAN? ¿Los que consideráis Europa como una cárcel capitalista y a Rusia como la gran esperanza blanca os vais a quejar de quien pretende entregar Europa a Rusia?

¿Vosotros, que abogabais por el aislacionismo del brexit, os vais a quejar del cierre de fronteras y los muros de Trump? Ni todos los muros se construyen con ladrillos ni todos los ladrillos sirven para construir muros: algunos los lleváis encima de los hombros.

Vosotros, que habéis defendido mentiras como la de los tres millones de niños españoles hambrientos. O la de las miles de muertes supuestamente provocadas por la “pobreza energética”. O esa visión catastrofista de un país en el que vosotros (siempre hay excepciones a la regla) vivís como auténticos burgueses privilegiados de derechas. ¿Vosotros os vais a quejar de la imagen apocalíptica que da de su país Donald Trump? ¿De los “hechos alternativos” de Kellyanne Conway? ¡Pero si sois los inventores de las noticias falsas!

¿Vosotros, a los que os ha faltado tiempo para colocar en las administraciones a vuestros amantes en cuanto habéis tocado poder, os vais a quejar de los conflictos de intereses de Trump? ¿Vosotros, que le habéis dado la alcaldía a Colau, os vais a quejar del amateurismo de la administración Trump? ¿De su improvisación? ¿De su odio? Se nota que no venís mucho por Barcelona.

¿Los que lleváis décadas lloriqueando vuestro antiamericanismo por los rincones de vuestro dormitorio vais ahora a quejaros del antieuropeísmo de Trump? ¿Vosotros, los nazis de izquierdas con pañuelo palestino al cuello, los tontos útiles de Hamás y el ISIS, os vais a quejar del antisemitismo de Trump?

Amos anda. Nada más feo que un padre que reniega de su hijo. Ponedle a Donald vuestro apellido de una vez, pagad la puta pensión alimenticia y dejad de disimular, que el niño ha salido clavado a vosotros.

Porque de Trump me puedo quejar yo. Vosotros no deberíais ni asomar por la ventana.