El cuñado de Jordi Pujol Ferrusola, hermano de su esposa, también está siendo investigado por corrupción. En concreto, tal y como hoy publicamos en EL ESPAÑOL, se le investiga por el blanqueo de fondos que podrían provenir de comisiones que el primogénito de la familia recibía de empresas a las que les abría las puertas de la Generalitat. Según la Policía, el cuñadísimo se ocupaba de sacar el dinero al extranjero, con transferencias a países tan exóticos como Zimbabwe. Está claro que la desvergüenza del clan no parece tener límites. No sólo estaban coordinados padres e hijos, sino que ampliaban el negocio a los parientes más cercanos, como tan bien se describe en la película El Padrino. Ahora se comprende por qué la Generalitat ha acabado prácticamente en bancarrota.