El humorista alemán Jan Böhmermann.

El humorista alemán Jan Böhmermann. Reuters

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El cómico alemán que irritó a Erdogan (no) hace más bromas en su regreso a televisión

Sus versos, que en principio se presentaban como un chiste para explorar los límites de la sátira en Alemania, acabaron desencadenando represalias judiciales turcas con el apoyo de Merkel.

12 mayo, 2016 22:10
Berlín

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Jan Böhmermann, el humorista alemán denunciado por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan tras haberle descrito, entre otras cosas, como un “follacabras” en un poema satírico, volvió en la noche de este jueves a internet y a las pantallas de televisión después de cuatro semanas de pausa obligada por los efectos diplomáticos, políticos y judiciales de su broma.

Sus versos, que en principio se presentaban como un chiste con el que explorar los límites de la sátira en Alemania, acabaron desencadenando las represalias judiciales turcas tras el agravamiento de lo que parecía ser un conflicto diplomático entre Berlín y Ankara por las críticas a Erdogan que se venían aireando en la prensa germana. La canciller Angela Merkel apostó por calmar las tensiones aceptando en abril el inicio de un proceso penal contra Böhmermann, justo lo que deseaba el jefe de Estado turco.

Böhmermann, de 35 años y padre de tres niños, reapareció impecablemente trajeado, vistiendo tan bien como siempre lo ha hecho en su programa. Lo único que cambió tras cerca de un mes lejos del plató fue la cuidada barba con la que se dejó ver anoche. “Neue Look, neues Glück”, indica el dicho alemán en estos casos. O lo que es lo mismo “Look nuevo, suerte nueva”. Tal vez así espere Böhmermann dar un giro a la situación que le ha costado estar en el centro de una de las mayores discusiones sobre la libertad de prensa debatidas recientemente en Alemania. Ahora también es objeto de una ostensible protección policial justificada por las amenazas de nacionalistas turcos que ha recibido.

Lo que no cambió anoche en modo alguno fue el tono y el nivel de exigencia del equipo responsable de Neo Magazin Royal, nombre del espacio de la televisión pública ZDF que lidera Böhmermann. De hecho, ese grupo ha vuelto a estar “concentrado en el programa” en los últimos días, según indicaban a EL ESPAÑOL fuentes cercanas a la producción de la emisión a principios de esta semana.

Ya no hago más bromas, no hago más bromas sobre Hitler porque si Hitler tiene un buen abogado luego puede denunciar

Fruto de esa preparación fue la idea de premiar, según expuso Böhmermann en su monólogo de inicio del programa, con 103 euros, a los autores de un puñado de bromas enviadas por 10.000 espectadores del programa. El artículo 103 del código penal alemán, que data del siglo XIX, ha sido el empleado por Erdogan para enfrentarse al cómico natural de Bremen. Dicho texto protege a los responsables de otros Estados de las injurias y la difamación en Alemania.

“Yo ya no hago más bromas, no hago más bromas sobre Hitler”, por ejemplo, “porque si Hitler tiene un buen abogado luego puede denunciar”, afirmó el presentador, antes de dar paso a las bromas de los seguidores del programa. En los tres cuartos de hora que duró el capítulo número 45 de Neo Magazin Royal, la polémica con Erdogan no fue protagonista. Hubo, eso sí, algunas alusiones a los problemas judiciales que arrastra ahora el líder del programa.

En sus primeros quince minutos, en una cámara oculta montada por Böhmermann y su equipo para desenmascarar cómo funcionan los programas televisivo donde los concursantes buscan pareja, el presentador explicó cómo hizo pasar a dos actores de su espacio por candidatos especialmente ridículos. También expuso cómo esos falsos concursantes lograron evitar tener que mostrar documentos de identidad. “Hacer documentos de identidad falsos es un delito, y todo el mundo sabe que este programa no tiene nada que ver con delitos”, expuso un Böhmermann irónico.

Mucho más cercanos a la polémica con Erdogan fueron algunos momentos de Böhmermann con el que el político izquierdista Gregor Gysi, el entrevistado de la noche. En un momento dado, este político berlinés se lanzó a una diatriba contra Erdogan, criticando sus medidas en materia de libertad de prensa, entre otras. Cuando Gysi empezó a hablar de ese y otros temas, el humorista se tapó las orejas y empezó a canturrear, haciendo como que no oía nada. Incluso en ese momento evitó el presentador profundizar en su particular enfrentamiento con el jefe de Estado turco.

UN ESPERADO REGRESO A LA ANTENA

El regreso de Böhmermann ha sido uno de los fenómenos televisivos recientes más esperados. Neo Magazin Royal dejó de emitirse a principios de abril después de que Böhmermann leyera su titulado como “poema difamatorio” contra el presidente turco.

En él, Böhmermann puso a prueba la libertad de expresión en su país, presentando el texto recitado como “algo que estaría prohibido en Alemania”. De hecho, el poema presentaba a Erdogan, entre otras cosas, como un hombre que tiene “como pasatiempos favoritos el follar cabras, oprimir a las minorías, patear kurdos, machacar cristianos y ver pornografía infantil”.

Ahora pesan sobre Böhmermann dos denuncias, una privada del propio Erdogan por injurias y otra en manos de la Fiscalía animada por el propio jefe de Estado turco y consentida por la canciller Angela Merkel. Ésta última trata de fundamentarse en ese artículo del código penal germano según el cual, “quienquiera que insulte a un jefe de Estado” puede ser “objeto de una pena de prisión que no superará los tres años o de una multa” y “en caso de ser un insulto difamatorio a una pena de prisión de tres a cinco años”.

“Para Böhmermann es un caso de libertad artística”

Esos son los castigos por los que debería temer Böhmermann. No obstante, a él lo podría amparar que su trabajo está protegido por el artículo cinco de la Ley Fundamental alemana, la Constitución germana. En él se lee que en Alemania los ciudadanos “tienen el derecho de expresar y de difundir libremente su opinión”, y también que “no hay censura”.

Según ha explicado en las primeras entrevistas que ha ofrecido esta semana el humorista, la polémica no versa tanto “sobre la libertad artística, sino sobre la libertad artística”. Con todo, la ausencia televisiva de Böhmermann bien pudiera parecerse a una forma de censura, especialmente cuando su “poema difamatorio” ya ni siquiera se puede encontrar en la mediateca de Internet la ZDF.

Eso sí, este jueves, respetando sus propios hábitos, el programa pudo verse primero en la red de redes, a partir de las 20h15, haciendo lo propio dos horas después en televisión, donde Neo Magazin Royal es uno de los espacios nocturnos de referencia.