Alfonso Alonso durante una rueda de prensa

Alfonso Alonso durante una rueda de prensa Adrián Ruiz de Hierro Agencia EFE

Política

Alonso introduce nuevos rostros en la dirección del PP para recuperar votantes

Promociona a cargos intermedios poco conocidos con la mirada puesta en las municipales y forales de 2019.

17 marzo, 2017 14:57

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El presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, reforzará este sábado su liderazgo indiscutido al frente del partido y configurará una nueva dirección, con la promoción de gente joven y caras poco conocidas, sobre la que asentar la recuperación electoral y política de la formación. El XV Congreso, que se celebra este sábado en Vitoria bajo el signo de la unidad y la integración, contará en su clausura con la presencia del presidente del PP, Mariano Rajoy.

El cónclave, de carácter asambleario, congregará a 777 compromisarios en el vitoriano Palacio Europa bajo la filosofía de “un afiliado, un voto”. Alonso, que se ha presentado con 887 avales cuando sólo necesitaba 90, es el único candidato. El ex ministro no tiene rival, goza de predicamento entre las bases y ha unido al partido desde que en 2015 tuviera que dejar precipitadamente Madrid para hacerse cargo de la organización en el País Vasco tras la dimisión de Arantza Quiroga.

Ha atajado el cisma abierto con su ayuda en 2014 en el Congreso que eligió presidenta a Quiroga, apoyada por los populares vizcaínos pero cuestionada por los alaveses, sin descuidar a la dirección del partido en Bizkaia que parece haber asumido su proyecto.

TRES NUEVAS VICESECRETARIAS

Aunque Alonso sustituye ahora a la secretaría general Nerea Llanos, nombrada por Quiroga, lo hace por otra vizcaína, la portavoz en el Ayuntamiento de Barakaldo, Amaya Fernández. Además crea para Llanos un nuevo puesto en el organigrama, el de coordinadora general y portavoz del partido.

Fernández, de 40 años, representa el perfil de cargo intermedio, poco conocido pero con recorrido político por delante, sobre el que el Alonso pretende pivotar la reactivación del partido. Para conformar el núcleo duro de la dirección del PP vasco ha elegido además a tres mujeres de entre 35 y 45 años, las portavoces de la organización en las Juntas Generales de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria, Ana Morales y Leticia Comerón, y la concejal en Bilbao Carmen Carrón.


Junto a las tres vicesecretarias generales completa su equipo Jacobo Caparrós, un joven de 34 años que ya formaba parte de la actual Ejecutiva aunque cede a Comerón el área de Organización de la que se ocupaba y la cambia por la de Estudios y Programas.


Alonso ha eliminado algunos puestos y optado por un equipo más reducido, de sólo siete personas, a las que acompañan en la dirección los presidentes y secretarios generales del PP en los tres territorios vascos y el delegado del Gobierno, cargos más veteranos.


La promoción de Amaya Fernández ha sido uno de los pocos movimientos orgánicos anticipados por Alonso al haberle encomendado la redacción de la ponencia económico-social que aprobará este sábado el Congreso.


De cara al exterior el más destacado ha sido su participación en el relevo al frente de la Delegación del Gobierno, donde Carlos Urquijo, del sector más duro del PP, fue sustituido por el exdiputado general de Álava, Javier De Andrés, persona de su total confianza y con mejores relaciones con el PNV.


EL RETO DE LAS MUNICIPALES


Además de unir a todos los sectores del partido la renovación liderada por Alonso tiene como objetivo último frenar el descenso electoral del PP y recobrar el poder institucional perdido en Álava. Recuperar tanto la Diputación como la alcaldía de Vitoria, arrebatada a Javier Maroto, ubicado ya en Madrid.


El reto lleva asociado la fecha de las elecciones municipales y forales de 2019 y la necesidad de presentar candidatos conocidos y solventes.


La preocupación se extiende al conjunto de los territorios vascos y en particular al vizcaíno, mayoritario en votantes, donde más ha sufrido el PP, presidido por Antón Damborenea, las últimas debacles electorales y el retroceso en dos de sus tradicionales caladeros de votos, Bilbao y Getxo. En los comicios al Parlamento Vasco de 2016 se dejó más de 15.500 votos.


La caída del PP es general en el País Vasco. Los populares llegaron a su techo en las elecciones autonómicas de 2001 de la mano de Jaime Mayor Oreja, con 326.933 votos, y desde entonces han ido perdiendo posiciones cada cuatro años hasta ver reducidos los apoyos en dos tercios y dejar su marca en 107.771.


Paradójicamente el cese de la violencia de ETA en 2011 no les ha beneficiado en las urnas y eso a pesar de que, como ha reconocido un reciente estudio del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, el miedo causado por la banda impactó en el 79% de los votantes del PP y “coartó gravemente “ su libertad de participación política.


Sus autores concluyen que esa “desventaja” impedía a los populares y otras formaciones no nacionalistas atraer a los jóvenes y renovar su militancia y que todavía hoy persiste cierto temor, vinculado al voto oculto, entre los votantes de sentimiento más español que vasco.


CON UN TRIUNFO EN LA MANO


Reivindicarse ideológicamente ante el nacionalismo sigue siendo un elemento esencial de la estrategia popular, pero Alonso intenta combinar la firmeza de los principios en materia de pacificación y autogobierno con una posición flexible y realista en la política diaria con la que obtener protagonismo y paliar su condición de quinta fuerza en el Parlamento Vasco.
Bajo su liderazgo los populares se presentan como una fuerza moderada y de centro, útil para coadyuvar a la estabilidad y gobernabilidad del País Vasco, frente a opciones radicales y populistas. Un discurso en el que enmarcan el pacto por el que apoyarán los presupuestos del Gobierno de Urkullu.


La coincidencia en las fechas refuerza aún más a Alonso en el Congreso, al poder exhibir el acuerdo con el PNV como un triunfo de la ruptura del aislamiento al que el PP ha sido condenado en etapas anteriores, salvando el riesgo de que volviera a producirse en esta legislatura.


LIBERALES, FORALES Y CONSTITUCIONALISTAS


Bajo el lema “Euskadi entre todos” los populares vascos aprobarán la actualización de su ideario mediante la aprobación de dos ponencias.


La política define al PP como una formación liberal, foral, defensora del Concierto Económico e integradora de todas las corrientes del centro derecha, identificada con quien se siente vasco y español y apuesta por la Constitución y el Estatuto. Según Iñaki Oyarzábal, autor de la propuesta, constituyen la alternativa liberal “al pensamiento único del abertzalismo obligatorio”.


La propuesta socioeconómica se vertebra sobre la prioridad de impulsar el crecimiento y la iniciativa privada, convirtiendo a Euskadi en el Silicon Valley del emprendimiento en Europa. Aboga al mismo tiempo por la reducción de la presión fiscal y por persistir en la lucha contra el fraude en la RGI (Renta de Garantía de Ingresos).

La renovación del PP vasco se extiende hasta el verano, fecha para la que deberán celebrarse los tres congresos provinciales. La única duda es si Anton Damborenea seguirá al frente del territorio vizcaíno. Sería una auténtica sorpresa que Iñaki Oyarzábal y Borja Sémper no siguieran dirigiendo Álava y Bizkaia.