Dos de los presuntos agresores de Alsasua y una pintada en la iglesia.

Dos de los presuntos agresores de Alsasua y una pintada en la iglesia.

Política Según el informe

Cabecillas de Alsasua increparon al teniente agredido 72 horas antes en la iglesia del pueblo

Una misa por la Virgen del Pilar fue el escenario de un momento de "tensión" entre el guardia civil y varios procesados por la pelea.

8 diciembre, 2016 00:49
Alejandro Requeijo Daniel Montero

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El teniente de la Guardia Civil agredido en Alsasua y los principales autores de la paliza ya habían tenido otros encontronazos previos. Tan sólo 72 horas antes de la ya conocida pelea en el bar Koxka, al menos tres radicales detenidos se enfrentaron al teniente y a otros compañeros suyos en la puerta de una iglesia con motivo de la festividad de la Virgen del Pilar, patrona del Instituto Armado.

Los hechos tuvieron lugar el 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, en la Iglesia de los Capuchinos de Alsasua. Allí estaba prevista la celebración de una misa en honor de la Virgen. Los vecinos del municipio que se acercaron a participar fueron recibidos con una pintada en la fachada de la iglesia que rezaba: "Alde Hemendik" (Fuera de aquí).

Cuando terminó el oficio se ofreció un vino a los presentes y en ese momento se dieron cita en la zona "un grupo de ocho individuos reconocidos por pertenecer al Movimiento Ospa" (que exige la salida de las fuerzas de seguridad del País Vasco y Navarra). Así consta en el informe elaborado por la Guardia Civil sobre la agresión de Alsasua al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.

"Momento de desafío y tensión"

"Se posicionaron en la puerta de la iglesia increpando a los ciudadanos por haber decidido acompañar a la Guardia Civil en su patrona, consiguiendo intimidar a los allí presentes. Los agentes de la Guardia Civil les solicitaron que abandonaran el lugar, lo cual llevaron a cabo tras algún momento de desafío y tensión", narra el documento.

Los agentes no llegaron a pedirle a nadie la documentación, pero sí pudieron verificar la identidad de algunas de las personas que trataban de boicotear el acto debido a que, al menos tres de ellos, son algunos de los "principales promotores del Movimiento Ospa". Se trata de Adur Ramírez (quien el año pasado viajó a Ucrania a apoyar a los separatistas prorrusos), Jokin Unamuno y Aritz Urdangarín. Los tres fueron acusados de participar en la pelea del día 15 en el bar Koxka en la que agredieron presuntamente al teniente, un sargento y las parejas de ambos.  

En relación a lo acontecido el día de la Fiesta del Pilar, el informe del Instituto Armado otorga "especial relevancia" a que "por parte de los efectivos de la Guardia Civil que mediaron con dichas personas para que cesaran su actitud y dejaran de interferir en el desarrollo de los actos, se encontraba el teniente que, tres días después, fue víctima de una agresión junto con tres personas más, siendo él quien resultó más gravemente herido".

"Conocían que eran guardias civiles"

Adur Ramírez, Jokin Unamuno y Aritz Urdangarín son tres de los nueve procesados por terrorismo a raíz de la paliza en Alsasua. La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela sostiene en su auto de procesamiento que "todos ellos conocían con anterioridad la condición de guardias civiles el teniente y el sargento, siendo esta única y exclusivamente la causa por la que fueron insultados y golpeados”.

Imagen de los detenidos por la agresión de Alsasua.

Imagen de los detenidos por la agresión de Alsasua. EL ESPAÑOL

Según un extenso informe elaborado por la Guardia Civil, la noche de la paliza Jokin Unamuno entró en el bar de forma desafiante. Acudió directo hacia los dos agentes y sus novias, razón por la que los investigadores creen que estaba  avisado de su presencia. El sargento se dirigió a él y le llamó por su nombre para pedir que se estuviese tranquilo.

A Jokin Unamuno le irritó especialmente que el guardia civil supiera su nombre, razón por la que les empezó a gritar para que se fueran del bar. Después hizo varias llamadas con su móvil -según cree la Guardia Civil- para avisar a más amigos, entre ellos a Adur Ramírez, quien se personó minutos después en el bar. Según el relato de los guardias civiles, Adur Ramírez fue uno de los que les propinaron los golpes: "daba patadas, dirigidas principalmente a la cabeza, las cuales el sargento trataba de evitar rodando".

Momento del arresto

Fuera del bar les agredió también Jokin Unamuno, siempre según el relato de los agentes. Cuando la Policía Foral se personó en el lugar, arrestó a Jokin Unamuno. Esto provocó la reacción airada de decenas de simpatizantes abertzales que estaban en el lugar, entre ellos Aritz Urdangarín, quien trató de impedir el arresto de su amigo, razón por la que también fue detenido esa misma noche.

Pero ni el del bar Koxka ni el de la Iglesia de los Capuchinos era el primer encontronazo entre los radicales de Alsasua y el guardia civil agredido. Hubo al menos otros dos precedentes. Ya el pasado 27 de agosto se celebró en la localidad el llamado 'Ospa Eguna' (Día de la huida) en el que se reivindica la salida de las fuerzas del seguridad del Estado del pueblo.

Durante la jornada, varios de los participantes procedieron a quemar unas de las figuras que portaban lo que obligó a los agentes a intervenir para sofocar el fuego. Las actividades continuaron entre gritos de "fuera de aquí" o "dejadnos en paz". "Cabe reseñar que uno de los responsables del dispositivo establecido por parte de la Guardia Civil para la prevención de la seguridad en dicho evento fue el teniente agredido el 15 de octubre", apunta el informe al que ha tenido acceso este periódico.

Otros precedentes

También en junio la Guardia Civil realizó una jornada de puertas abiertas en el recinto de los Hermanos Capuchinos a la que acudieron unas 200 personas. En el transcurso de la actividad se concentraron unas 27 personas con un cartel en euskera que decía: ¿Puertas abiertas? Os las abrimos para que os vayáis".

Llegaron a acceder al recinto por lo que se les invitó a marcharse, pero se negaron. En lugar de retirarse, acusaron a los guardias civiles de ser “terroristas” por poner armas en manos de los niños. Varios de ellos fueron identificados por los agentes. Quien estuvo al frente de la organización de este acto fue el teniente agredido.