Txetx Etcheverry, en un video de Youtube.

Txetx Etcheverry, en un video de Youtube.

España Terrorismo

Así es el nuevo vocero de ETA: Etcheverry, el simpatizante proetarra con cinco detenciones

El desarme de ETA ha pasado en seis años de contar con líderes internacionales como Kofi Annan a afines de perfil bajo.

18 marzo, 2017 01:37
Alejandro Requeijo Daniel Montero

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En menos de seis años, el desarme de ETA ha pasado de contar con la implicación de primeros líderes internacionales como Kofi Annan a activistas de perfil bajo como Txetx Etcheverry. Presentado como un activista vascofrancés, se ha convertido en vocero de urgencia de ETA, último recurso de los terroristas ante el rechazo de España y Francia y su descrédito internacional.

Etcheverry, de 52 años de edad, acumula en su historial hasta cinco detenciones desde 1989 y cuenta con una trayectoria ligada al entorno de ETA. Fue portavoz de Abertzaleen Batasuna, partido abertzale francés, miembro de Batera y co-fundador del grupo ecologista Bizi!. Este viernes ha sido la persona que ha fijado en el 8 de abril el límite para el desarme de la banda terrorista.

Según informan a EL ESPAÑOL fuentes próximas al proceso, él será una de las personas encargadas de concretar los futuros pasos que pretende realizar ETA en su anunciada entrega de armas. El líder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, le ha otorgado "toda la credibilidad y veracidad", porque "ha sido pública la relación que estos artesanos han tenido con la organización ETA".

Último arresto

Otegi se refiere al contacto que Etcheverry y otros cuatro compañeros suyos entablaron hace meses con la organización criminal para ofrecerse a destruir parte de su arsenal. Por ello fueron arrestados el pasado 16 de diciembre y luego puestos en libertad. Este natural de Saint Jean Pied de Port ya había sido detenido otras cuatro veces antes.

Su primer arresto tuvo lugar en julio de 1989, cuando fue detenido por la Policía francesa en Bayona acusado de integrar la asociación Patxa, de carácter anarco-nacionalista, informan a EL ESPAÑOL fuentes de la lucha antiterrorista. El 6 de enero del año 2000 fue arrestado de nuevo por la Policía francesa en Bayona tras encaramarse a los muros de la prisión local, reivindicando una mejora en las condiciones de detención de los presos de ETA. Entre los organismos en los que militó, se encuentra también la Asociación de Jóvenes de Iparralde contra la Tortura (AJIR).

Su tercera detención llegó el 14 de marzo del año 2000 cuando las autoridades francesas le arrestaron de nuevo en Pau, acusado de integrar la organización juvenil abertzale francesa GAZTERIAK. Fue detenido otra vez el 6 de febrero del año 2008 por su presunta vinculación con ETA. En concreto, se le acusaba de haber prestado  cobertura logística en el sur de Francia a los dirigentes de la banda Mikel Albisu, Mikel Antza, y Soledad Iparragirre, Anboto, en el año 1999. Finalmente fue puesto en libertad.

La foto del etarra 'Pototo' en su DNI

Según publicó El Correo, en julio de 1996, su carné de identidad y el permiso de conducir habían aparecido alterados con la foto de Julen Atxurra Pototo cuando este integrante del comité ejecutivo de ETA fue detenido en Lasseube (Béarn). Etcheverry explicó que Laurence Schlecht, compañera entonces del dirigente etarra, tenía acceso a los documentos y había podido fotocopiarlos.

Hace años que ETA exigía al Gobierno una negociación bilateral. Tras la bomba en el aeropuerto de Barajas que truncó el último proceso de negociación con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2006, los terroristas dejaron pasar su última oportunidad de entablar un diálogo con el Ejecutivo. La alternativa de su entorno fue implicar a mediadores o personalidades de primera línea como el propio Annan o premios Nobel de la Paz los sudafricanos Desmond Tutu o Frederik W. De Klerk. También la Fundación Nelson Mandela o el jefe de Gabinete de Tony Blair.

Todos ellos participaron en la estrategia que derivó en la Declaración de Aiete de octubre de 2011 en la que se le pedía a ETA el cese de los atentados. La respuesta afirmativa de la banda llegó tan sólo tres días después, pero a día de hoy los terroristas siguen sin desarmarse. Su negativa a dar pasos en ese sentido y el rechazo del Gobierno a establecer cualquier negociación ahuyentó a los líderes internacionales. ETA recurrió entonces a la Comisión Internacional de Verificación, un comité de expertos en resolución de conflictos avalado por la izquierda abertzale y el PNV, pero no por el Gobierno.

Junto a ellos protagonizó ETA la falsa entrega de armas en una caja de cartón en febrero de 2014. Cuando los verificadores fueron llamados a la Audiencia Nacional para declarar sobre esta cuestión, confesaron que los encapuchados se llevaron de nuevo la caja con ellos y no se la entregaron. Desde entonces la actividad de estos mediadores ha descendido de forma drástica.

El último recurso de ETA

Ahora ETA recurre a miembros y colectivos de la sociedad civil francesa. Así explicaba este viernes el propio Etcheverry en una entrevista en Gara los motivos de su implicación: “Algunos nos planteamos la cuestión y entramos en contacto con ETA. Hemos ofrecido nuestra disposición a ayudar a desbloquear la situación, en particular respecto al desarme, ya que veíamos que los militantes de ETA estaban siendo detenidos al menor movimiento, cuando solo intentaban ordenar e inventariar su arsenal para permitir operaciones de desarme. Hubo un diálogo con la organización y concluyó en esta delegación política y técnica de la responsabilidad del arsenal, que queremos asumir hasta el fin, al desarme total”.

A la hora de describir las personas que están implicadas en esta iniciativa dice que son “ciudadanos de Iparralde y del Estado francés particularmente preocupados por una situación absurda; a saber, que hay una organización que desea sellar, inventariar y desarmar su arsenal a la que los gobiernos francés y español le impiden hacerlo”. En la operación de diciembre en la que fue detenido, también estaba implicado el presidente de honor de la Liga de Derechos Humanos de Francia (LDH), un colectivo fundado a finales del siglo XIX que recibe subvenciones del Gobierno francés y la Unión Europea.