Castilla-La Mancha está de buen año. Cumplimos 40 como comunidad autónoma y nuestra felicidad, aunque sigue siendo incompleta, progresa adecuadamente. Nos queda mucho camino, pero ganas no nos faltan a los castellano-manchegos. Qué tiempos aquellos de Pepe Bono en los que nacíamos al Estatuto y había que construirlo todo en una tierra pobre y seca, lagartos al sol y gente madrugadora, que estaba a la cola de medio mundo. Cuarenta años después hay que decir que el salto ha sido muy grande, con el horizonte igualándose, pero que el impulso mayor aún está por llegar. Es verdad que Bono siempre tuvo un lado oscuro y populista con un tufillo raruno, pero hay que reconocer al expresidente una buena labor que está en el origen de todo: haberse inventado una comunidad autónoma casi de cero y darle una unidad y un sentido que ya están para siempre en la historia. Tanto monta, monta tanto. Ahí está su gran aportación: crear una región, darle identidad y coherencia y ponerla en el mapa de España. Que ya es mucho.

Después llegaron haciendo camino José María Barreda, María Dolores de Cospedal y ahora Emiliano García-Page, el más parecido a Bono en el perfil, incansable e hiperactivo, pero también el que más personalidad le está poniendo a una región que quiere correr más deprisa. “Estoy en un momento de plenitud”, ha dicho hace poco un Page enganchado al tajo y que viene a ser, de lejos, el político que más se parece a Castilla-La Mancha, quien sabe si, al correr del tiempo, por encima incluso de Bono. Ya lo veremos, alumno aventajado que termina siendo el maestro. El caso es que Castilla-La Mancha, a los 40, está muy buena. Y tanto que el presidente de las Cortes autonómicas, Pablo Bellido, está preparando los fastos del cumpleaños y nadie quiere perdérselo. El propio Page, tan a la contra del sanchismo y la izquierda cuché, se va a volcar con un aniversario que es de todos y al que no se debe poner un pero, lo bueno siempre hay que celebrarlo. Te queremos: Castilla-La Mancha en el corazón.

Esther Esteban

Cruz Sánchez de Lara, en una imagen de Óscar Huertas en el Foro Económico Español

Total, que me entero de que, a propósito de los cuarenta tacos, mi admirada Carmen Amores, directora general de la tele y la radio de Castilla-La Mancha, ha organizado en Toledo el II Foro de Periodismo “José María Calleja” para reunir a algunos de los mejores periodistas de la región el 31 de marzo y hablar sobre la contribución de los medios en la creación de nuestra comunidad. La lista de participantes es de auténtico lujo: por ejemplo, la presidenta ejecutiva de EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM, Esther Esteban; el editor de Porfolio de EL ESPAÑOL, Miguel Ángel Mellado; el catedrático de Historia y exconsejero Juan Sisinio Pérez Garzón; el gran corresponsal Alfonso Sánchez o los directores de las agencias Efe y Europa Press en la región, Cristina Serena y Humberto del Horno, entre otros muchos. Enhorabuena a Carmen de mis amores por este gran encuentro y al bueno de Ismael Barrios, exdirector de Radio Castilla-La Mancha, por la parte que le ha tocado en la organización, que ha sido mucha.

En fin, que nadie piensa perdérselo. Esto tampoco. El bombazo rosita de la semana lo ha puesto precisamente el presentador estrella de la tele castellano-manchega, Ramón García, que es mi hombre de ensueño, y que le ha dicho a Rosalía, la cantante, que su Motomami, además de ser su último disco, es literalmente una “mierda”, opinión que este papel digital ha definido cariñosamente como “brutal” pero que, al parecer, viene a compartir mucha gente. “Igual vende mucho en Estados Unidos, pero se ha ido de lo que queríamos de Rosalía”, ha dicho Ramonchu, que no tiene filtros y bien que hace. Las cosas que pasan en Castilla-La Mancha son siempre maravillosas, amén.