Nadie se esperaba ver este jueves en la gran final de Gran Hermano VIP a la cantante Mónica Naranjo (45 años). Irrumpía en plató, como sorpresa de la noche, para promocionar su nuevo programa en Mediaset, La isla de las tentaciones. Para ello, la intérprete de Sobreviviré saludaba afectuosamente a Jorge Javier Vázquez (49). Sin embargo, más allá del motivo de su visita y de su sintonía con el presentador, el público se fijó en un detalle mucho más sorprendente: su rostro. 

"Telecinco ha fichado a Mónica y esta se ha cambiado la cara por completo", "Madre mía, ¿qué se ha hecho Mónica en el rostro?", son solo algunas de las exclamaciones que se podían leer en Twitter durante el directo. Ahora bien, ¿es cierto que la cantante ha pasado por boxes? ¿Se ha retocado las facciones? Para poder hablar con fundamento, JALEOS se ha puesto en contacto con una persona experta en cirugía estética. Lola Sopeña, la directora de las Clínicas de Medicina y Cirugía Estética Lola Sopeña, no lo duda: Naranjo se ha retocado.

Mónica Naranjo durante su intervención en la final de 'Gran Hermano VIP 7'. Mediaset

Bajo su óptica profesional, detalla lo que sigue: "Monica Naranjo, a pesar de ser una gran estrella, sufre el paso de los años y los estragos de la gravedad como cualquier mortal, por lo que la piel de su rostro se deshidrata, va teniendo flacidez y perdiendo los volúmenes de los rostros mas jóvenes". Pero, ¿qué cosas se ha hecho?, interpela este medio. La respuesta llega al momento: "Si observamos las fotos podemos ver claramente que Mónica Naranjo para eliminar las arrugas de la frente, entre cejo y patas de gallo, algo que hace habitualmente, se ha realizado un tratamiento de lifting sin cirugía combinando distintas técnicas". 

No solamente se ha practicado estas técnicas, la experta con la que ha contactado este periódico prosigue: "También se habría sometido a una infiltración de hidroxipatita cálcica (que ronda los 399 euros) y de ácido hialurónico (yo soy partidaria de Belotero o Juvederm, por 299). Con esto conseguimos recuperar volúmenes y producir efecto lifting, por lo que mejora considerablemente la flacidez en el óvalo de la cara y el surco nasogeniano queda atenuado de una forma natural". Y en cuanto a la deshidratación antes citada, ¿qué remedio ha puesto Mónica? 

"Otro marca clara del paso del tiempo en la piel del rostro es la deshidratación y pérdida de luminosidad. Para esto, la combinación de la bioestimulación plaquetaria (180 euros) con un cóctel de vitaminas infiltradas (150) con alto contenido en ácido hialurónico no reticulado es el tratamiento ideal". Y añade: "Le daremos a la piel una potente nutrición e hidratación de forma profunda e inmediata. Para personas como Mónica, que se ven expuestas de forma continuada a los focos, el maquillaje diario, polución… hacer este tratamiento de forma periódica le ayudará considerablemente a retrasar el envejecimiento de la piel".

Para terminar, Lola Sopeña no duda en opinar acerca del rostro de Mónica con absoluta objetividad: "A mí particularmente me gusta el resultado y animo a todas las mujeres que sigan su ejemplo. Estamos en el siglo XXI, y este tipo de tratamientos ya no sólo están al alcance de estrellas o personas de alto nivel adquisitivo".

Nuevo rostro tras un divorcio polémico

Mónica Naranjo junto a su ex, Óscar. Gtres

Fue en julio del pasado 2018 cuando Mónica y su por aquel entonces marido, Óscar Tarruella (49), anunciaron a través de un comunicado que ponían fin a su relación tras quince años de vida en común. Una decisión meditada y de mutuo acuerdo que 17 meses después muestra una realidad totalmente diferente. El mánager hablaba por primera vez el pasado mes de octubre sobre su separación, y se mostraba dolido e indignado por los ataques de la cantante: "Sentía miedo a su lado".

Unas declaraciones que, sin duda, dejaban entrever que no hay ningún tipo de relación entre ellos. "Mónica está despechada y no me perdona que yo tomara la decisión de dejar la relación. En su día me dijo que hubiese preferido la muerte a que yo la hubiese dejado", aseguraba Tarruella. Definía a la cantante como "cruel" y amenaba con demandarla si continuaba hablando sobre su persona y contando detalles sexuales de su relación con el fin de promocionar su programa.

"De momento no lo voy a hacer", narraba Óscar en una revista. Además, el deterioro del matrimonio fue tal en los últimos años, que "ya no mantenían relaciones íntimas". Su relación se basaba en el conflicto, y a pesar de que nunca hubo insultos, sí se faltaron el respeto en más de una ocasión. Óscar aseguraba en octubre no tener miedo a contar su verdad y a reconocer que "tenía una gran dependencia de esta relación tóxica, y sin querer te autodestruyes a ti mismo". Sobre los motivos de la ruptura, sostenía que "ella dice que se descubrió el pastel. No sé a qué se refiere. Dejó de hablarme. Nombró interlocutora a mi hermana. Luego quiso que fuera un abogado. Fue un distanciamiento continuo". 

[Más información: Mónica Naranjo: “He aprendido que la monogamia mola y que nos cuesta hablar de sexo”]