Vista de París desde la catedral de Notre Dame.

Vista de París desde la catedral de Notre Dame. Moyan Brenn Flickr

Medio ambiente Cambio Climático

España celebra el nuevo acuerdo por el clima emitiendo más CO2

El Acuerdo de París suscrito en diciembre de 2015 entra hoy en vigor. España aún no ha firmado este tratado y las emisiones de dióxido de carbono aumentaron el año pasado.

4 noviembre, 2016 01:10

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El 12 de diciembre de 2015, representantes de 195 países acordaron en París un protocolo mundial contra el cambio climático por el que se comprometían, entre otras cosas, a mantener a raya la temperatura media global cuando lleguemos a 2100. En los siguientes meses, los diferentes países fueron ratificando el acuerdo en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.

Las reglas estipulaban que, una vez que el 55% de los países y el 55% de las emisiones totales de dióxido de carbono hubieran ratificado el acuerdo, éste entraría en vigor 30 días más tarde. Dado que el pasado 5 de octubre, la mayoría de socios de la Unión Europea ratificaron el Acuerdo de París, se alcanzó el mínimo necesario y los engranajes legislativos comenzaron a moverse. Actualmente, más de 80 países representando un 70% de las emisiones lo han suscrito.

Aunque aún faltan algunos emisores importantes por ratificar el tratado, como Rusia o Japón, sólo con los diez primeros países emisores que ya lo han hecho, de China a Francia, suman un 55,06% de las emisiones. El impulso que el país asiático y Estados Unidos dieron al acuerdo tras su ratificación ha resultado fundamental para que el Acuerdo de París entre en vigor en un tiempo exprés. Desde la Oficina Española de Cambio Climático confirmaban que, en Naciones Unidas, las previsiones más cautelosas preveían que la ratificación tuviera lugar a lo largo del año 2018.

¿Por qué España no lo ha ratificado aún?

Principalmente, por el escenario de interinidad del gobierno en funciones. De acuerdo con el Secretario de Estado de Medio Ambiente, Pablo Saavedra, la ratificación, que ya está redactada desde hace semanas, podría ser llevada al Consejo de Ministros de la semana próxima y, a partir de ahí, seguir su curso legislativo hacia el Congreso y el Senado para ser formalmente ratificada a comienzos de 2018.

En cualquier caso, el gesto sería un brindis al sol ya que España juega el partido climático con el equipo comunitario, y el Parlamento Europeo ya aprobó la ratificación el pasado 4 de octubre. El peso de nuestro país, con un 0,89% de las emisiones, tampoco resultaba decisivo.

España, cuya hoja de ruta nacional obliga a reducir las emisiones de CO2 en un 26% para 2030, parte desde una posición incómoda. Tras la crisis, las emisiones han vuelto a subir, en particular, las correspondientes a plantas energéticas y fábricas, que en 2015 subieron un 10% con respecto al año anterior. Por otro lado, las de sectores difusos como el tráfico, que representan un 60% del total de emisiones, se redujeron un 0,5% en el último año.

Las razones, según Saavedra, "son tanto climatológicas como económicas". Por una parte, las razones meteorológicas han resultado en una bajada de energías como la eólica durante el año pasado. Por otra parte, el precio competitivo de los hidrocarburos como el petróleo o el carbón ha respaldado su presencia en el mix energético.

Cumbre del Clima en Marrakech

La entrada en vigor del Acuerdo de París se produce apenas tres días antes de la Cumbre del Clima de Marrakech o COP22 (la de París el año pasado fue la COP21). 

"La llamamos la COP de la Acción", dice Saavedra, que ha reunido a la prensa en el Ministerio de Medio Ambiente para explicar las prioridades españolas en la inminente cumbre. "Tenemos la voluntad política y tenemos los objetivos marcados pero ahora hacen falta medidas concretas sobre cómo va a funcionar el Acuerdo de París, y que se haga cuanto antes, sin esperar al año 2020".

Los principales focos estarán puestos en, primero, los mecanismos de revisión, es decir, cómo ir haciendo planes de reducción de emisiones cada vez más competitivos, segundo, la transparencia o cómo cada país deberá informar de sus emisiones y, por último, los mecanismos de financiación de países ricos a países en desarrollo, esos famosos 100.000 millones de dólares anuales que empezarán a circular en 2020.

La directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, cree que aún es pronto para conocer la posición de países tradicionalmente reacios a tomar decisiones relevantes contra el calentamiento global. "Dados los tiempos de trabajo y la adopción temprana del Acuerdo de París apenas hemos avanzado", explica, "cuando empecemos a sentarnos para hablar de temas como la transparencia veremos en qué posición están China y otros países que suelen recular en estas cuestiones".

Preguntado por EL ESPAÑOL, el Secretario de Estado cree que uno de los principales escollos en la cumbre que tienen por delante en Marruecos será "el establecimiento de mecanismos de información con las mismas reglas para todos los países", dice Saavedra, que cree que de nuevo "será muy importante que países más vulnerables y menos desarrollados ejerzan una misión para que otros países, no tan vulnerables pero fuertemente emisores, estén dispuestos a compartir información y aceptar reglas de procedimiento".