POLÍTICA

Carta abierta a Pablo Iglesias

Pablo Iglesias.

Pablo Iglesias. EFE

  1. Opinión

Querido Pablo:

Utilizo la salutación con la que creo que te sientes más cómodo, en lugar de dirigirme a tí como Sr. Secretario General del Partido Político “Podemos”, excelentísimo señor o su señoría, en calidad de miembro del Congreso de los Diputados y líder del “Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea” en el seno del Palacio de las Cortes, además de profesor honorífico de la Universidad Complutense de Madrid.

Estamos a punto de cerrar el año 2016 y muy pocos podríamos preveer las cosas que han pasado en él y como hemos llegado hasta el límite de iniciar 2017, cuando pocos días antes de cerrar el 2015, los resultados de las elecciones generales celebradas el 20-D, parecían abrir el camino a articular la mayoría social de izquierdas que siempre ha existido en España, en términos de votantes, más allá del sumatorio del resultado fraccionado de las siglas a través de las cuales se articulen.

El PP liderado por Rajoy, pasó de la mayoría absoluta de 2011 (186) a 123 escaños, a pesar de lo cual el PSOE no consiguió articular el descontento, y siguió en la línea de sus errores de los últimos años hasta reducir a 90 escaños, los resultados de Rubalcaba en 2011 (110), pero lo que sin duda marcó la diferencia con el pasado, fué vuestra irrupción, con 69 escaños, acompañada, incluso, de los deseos de cambio de una gran parte de la sociedad conservadora y de sus perfiles más centrados, que otorgó 40 escaños a “Ciudadanos”.

A la vista de esos resultados parecía que Rajoy, aquella misma noche, ya formaba parte del pasado y que pasaría a la historia como el primer presidente del Gobierno de España en no conseguir la reelección, ostentando el poder; desde la reinstauración de la democracia.

Sin embargo los días se acumularon, las semanas fueron pasando …y meses después, las diferencias se impusieron y aquel aire fresco que parecieron expresar los españoles con su voto, chocó con la falta de visión por el interés común.

Con tu permiso, Pablo, me centraré en el momento de la segunda votación para la investidura de Pedro Sánchez, el cuatro de marzo, con aquel insuficiente pacto que presentó con ‘Ciudadanos’, al que únicamente se sumó Ana Oramas, obteniendo 131 votos a favor, con vuestro expreso voto en contra, en el mismo sentido que lo votado desde las filas del Partido Popular, aunque, naturalmente soportado por diferentes razones.

¿Que coste social y político tenía para ‘Podemos’, y para tí, una abstención en segunda votación para esa investidura? que, sin más, hubiera tenido los siguientes beneficios para los españoles:

1) Rajoy desalojado del Gobierno.
2) Pérdida del poder para el PP.
3) Cientos, por no decir miles, de militantes populares, apartados de los que se conoce como el pesebre.
4) La inherente guerra abierta en el PP, navajeo incluido, por la sucesión de Rajoy, porque nada divide más que la derrota, con una presumible larga y extensa lista de candidatos a dicho casting (Feijoó, Soraya, Cospedal, Casado, etc).

Es cierto que el Gobierno formado habría pecado de cierta debilidad, pero nada de lo que desde él se hiciera pasaría factura a Podemos, que sin formar parte de él, se reservaría una gran influencia e, inclusive, poderlo hacer caer, llegado el momento, a través de una moción de censura.

La política es compleja, lo sé, tú la vives a diario en carne propia, y lo que un día fué el reconocimiento a un liderazgo indiscutible capaz de articular los deseos de cambio de todos los españoles, a consecuencia de episodios tan desafortunados como la modificación del articulo 135 de la Constitución, a través del voto conjunto de PSOE y PP, propuesto por el Gobierno presidido en aquellos momentos por ZP; tres años después termina por limitarse a representar el liderazgo de una facción, sí mayoritaria, pero parcial, de la realidad de su propio partido.

Permíteme una última reflexión… ¿aspiras a convertirte en el Julio Anguita de ésta época (con todo el respeto que su figura genera) o de verdad quieres conseguir el poder, para desde él, transformar la sociedad y cambiar las cosas? Si tu respuesta es la segunda; la mayoría social que lo hará posible habita en una parte importante de militantes y votantes de Podemos, pero también del PSOE y de otras fuerzas. En los extremos no está la solución, por más justicia social que haya en ellos.

Debes decidir si tu visión de ti mismo es ser presidente del Gobierno, votado por la mayoría de los españoles, o si para ti es suficiente jugar un papel político como el de Juan Negrín en su época.

Decía Nelson Mandela que “los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo, por la libertad de su pueblo” …incluso el sentido de alguna votación que deba ser explicada a los propios, Pablo.

Por anticipado te agradezco que hayas llegado hasta el final de esta carta que me he permitido escribirte de forma pública y quedo a tu disposición.

Con mis mejores deseos para 2017… desde luego para los españoles en su beneficio común.