El presidente Pedro Sánchez junto a Begoña Gómez, en octubre de 2023, durante la visita a la Alhambra (Granada) realizada junto a los líderes invitados a la III Cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE).

El presidente Pedro Sánchez junto a Begoña Gómez, en octubre de 2023, durante la visita a la Alhambra (Granada) realizada junto a los líderes invitados a la III Cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE). EFE

Política cuenta atrás de sánchez

Sánchez escribe hoy su futuro y el del PSOE: "Habrá tomado la decisión con Begoña y sus hijas"

El presidente explica este lunes su decisión, tras haber trasladado a los suyos la impresión de que podría dimitir: "Tenemos que prepararnos para lo peor".

29 abril, 2024 02:44

España saldrá este lunes de un insólito túnel de incertidumbre política e institucional. Pedro Sánchez anunciará hoy solemnemente si sigue como presidente del Gobierno o si dimite y abre una nueva era política para su partido y para España.

El miércoles anunció con una carta personal a la ciudadanía que se tomaba un periodo de cinco días de reflexión para decidir si renuncia, por considerarse víctima de un ataque personal por parte de la derecha y ultraderecha política, judicial y mediática.

Explicaba que su reflexión era conclusión directa de la investigación judicial abierta por las actividades de su esposa, Begoña Gómez, como parte de esa campaña. El lunes aclarará si como se preguntaba en la carta le "vale la pena" seguir siendo presidente del Gobierno.

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Y desde el mismo momento en el que anunció su paréntesis político e institucional los miembros de su equipo se han encargado de repetir que es exclusivamente una decisión personal y familia. Que no es una pirueta táctica de las que gustan al aún líder socialista para intentar movilizar a la izquierda, ganar votos en las elecciones catalanas del 12 de mayo e impulsar a su partido ante las malas perspectivas de las europeas del 9 de junio.

"La decisión final la tomará con Begoña y sus hijas", explican diferentes miembros de su equipo, algunos de ellos aún atónitos por la situación vivida desde el miércoles. Y añaden: "Tenemos que prepararnos para lo peor".

Sánchez se encerró el miércoles en la Moncloa y sólo respondió de forma escueta a los mensajes de apoyo de algunos de sus colaboradores. Ha comunicado con su jefe de Gabinete, Óscar López, y su secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallés, pero mucho menos de lo habitual.

Al menos hasta la tarde del sábado no había hablado con su número dos en el Gobierno y el partido, María Jesús Montero. Es decir, que la persona que el martes tendría que sustituirle y asumir la presidencia del Gobierno en funciones ha estado al margen de la decisión y sin saber cuál es su futuro, qué tiene que hacer, si se prepara para una sucesión... Montero esperaba el sábado tener conocimiento de la decisión final antes de que se anuncie a los españoles el lunes por la mañana.

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Extraña forma de tratar a sus colaboradores, según admite alguno de ellos, y una forma evidente de dejar claro que estos cinco días de túnel dejarán en todo caso huella interna.

La percepción generalizada en el PSOE y el Gobierno ha sido pesimista estos días. Se han volcado en intentar presionar y convencer a Sánchez para que siga, pero ha crecido la idea de que el túnel en el que se metía su líder estos días tiene una difícil salida y, sobre todo, no es sencillo que la salida sea quedarse.

Porque tendrá que explicar que el lunes sí le merece la pena seguir y convencer de que tiene ganas y fuerzas para seguir. Y, sobre todo, si se queda, será difícil rebatir a los que consideran que todo era un ardid político para ganar votos.

Además, ese supuesto ardid lo habría hecho utilizando la Presidencia del Gobierno y el nombre de su esposa, a la que ponía como principal razón de su reflexión. De hecho, ha logrado un efecto no deseado con su movimiento y es que pese a que penalmente no hay nada en la conducta de Begoña Gómez, la prensa internacional más seria ha usado títulos que aseguran que Sánchez duda si dimitir por la "investigación por corrupción a su esposa". Es decir, ha logrado un eco no deseado a su supuesto golpe en la mesa para denunciar el acoso, los bulos y lo demás.

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Queda la vía de la cuestión de confianza, de la que se habló al inicio que casi ningún dirigente socialista comparte, porque Sánchez no tiene un problema de apoyo parlamentario y porque eso no solucionaría nada de lo que denuncia. Al contrario, tendría que someterse a un debate centrado en todo esto, incluidas las actividades de Begoña Gómez.

Podría también anunciar que sigue anunciando medidas de todo tipo referidas a la Justicia y los medios, pero esto no pasa de especulación entre socialistas sin capacidad de decisión.

Tampoco es fácil la salida si decide dimitir. Se abriría en España y en el PSOE un periodo muy complicado. Primero habría un Gobierno en funciones con María Jesús Montero al frente y luego habría que ir a una investidura.

Los dirigentes socialistas prefieren intentar prolongar lo más posible la legislatura, entre otras cosas porque no hay candidato o candidata claro no consolidado en el PSOE. Y la necesidad de pactos muy difícil con independentistas, con exigencias complicadas como el referéndum o el concierto económico para Cataluña seguirán sobre la mesa.

La puerta abierta para volver

A los socialistas les provoca vértigo esa etapa.

De las versiones que circulan entre Gobierno y partidos una de las más extendidas es que el presidente ha encontrado una forma de irse con un relato muy eficaz basado en la persecución de la derecha. Tendría, incluso, opciones de volver en el futuro.