Imagen aérea del muelle temporal para trasportar ayuda humanitaria a Gaza.

Imagen aérea del muelle temporal para trasportar ayuda humanitaria a Gaza. Reuters

Oriente Próximo

EEUU pone en marcha su muelle portátil en Gaza y esquiva el posible sabotaje de Israel a la ayuda

Washington busca gestionar directamente la ayuda con el muelle Trident, asegurando un manejo eficiente y directo de los recursos.

18 mayo, 2024 02:48

Se han necesitado 320 millones de dólares, 1.000 trabajadores y la colaboración de los gobiernos de Chipre y de Israel para la construcción del muelle portátil que los Estados Unidos han instalado al sur de la ciudad de Gaza y que pretende complementar la entrada terrestre de ayuda humanitaria en la Franja. Después de varios intentos de lanzar comida y bienes de primera necesidad desde aviones, la administración Biden decidió emprender este proyecto coincidiendo prácticamente con el asesinato de varios cooperantes de la organización World Central Kitchen, que tanto indignó al presidente estadounidense.

La idea es que los barcos que transportan la ayuda -la ONU calcula que se necesitan 500 camiones por día para cubrir las necesidades de los gazatíes- puedan atracar en el muelle y descargar la mercancía sin interferencias ni de los soldados israelíes ni de los terroristas de Hamás. Estados Unidos se ha comprometido a garantizar el transporte, pero ha asegurado que sus tropas no se encargarán del reparto y que no pisarán la Franja. Serán las organizaciones dependientes de la ONU las responsables de hacer llegar la ayuda a los desplazados.

El problema humanitario en Gaza es la máxima prioridad internacional del gobierno de Biden, sobre todo desde que ha advertido un posible descontento entre su electorado. Aunque Estados Unidos sigue siendo el máximo aliado de Israel en la zona, los desacuerdos en torno a su política de tierra quemada en Gaza son constantes. Washington defiende el derecho de Israel a la autodefensa después de la masacre del 7 de octubre, pero no comparte los excesos que han cometido las FDI contra los civiles.

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Disparidad abrumadora en las cifras

La intención del muelle portátil, llamado Trident, no es sustituir el transporte terrestre de los cargamentos humanitarios, pero en la práctica va a ser así. La ONU lleva tiempo denunciando el sabotaje constante de Israel a la ayuda que intenta entrar por los pasos de Rafah, en el sur de la Franja; Erez, en el norte, y Kerem Shalom, en el sudeste. Según la ONU, los soldados israelíes se dedican a entorpecer el paso de los camiones y retrasan sus inspecciones para provocar enormes atascos que afectan al suministro diario de los bienes.

Egipto se ha unido en los últimos días a estas quejas y, de hecho, ha cortado su lado del paso de Rafah, al alegar que “el transporte ha dejado de ser seguro” por la ocupación de las FDI del otro lado de la frontera. Israel, por su parte, da una versión diametralmente opuesta de los hechos. Según el gobierno de Netanyahu, la ayuda fluye “por tierra, mar y aire” y si no entran más camiones, la culpa es exclusivamente de las autoridades egipcias y de las milicias de Hamás que se quedan con los cargamentos nada más cruzar la frontera y se reparten la ayuda entre ellos.

Mientras que la ONU afirma que el pasado 11 de mayo sólo entraron seis camiones con ayuda y no da cifras posteriores a esa fecha, el Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios, dependiente del gobierno israelí, asegura que este jueves 16 fueron 365 los camiones que atravesaron los distintos pasos. Como es habitual en cualquier conflicto militar, las diferencias en las cifras son tan grandes que es difícil siquiera intentar buscar la verdad en un punto medio.

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Las amenazas de Hamás

El objetivo de Estados Unidos con el muelle portátil es gestionar en primera persona la ayuda y evitar así un posible sabotaje burocrático de Israel o el apropiamiento por parte de Hamás de las mercancías. Estados Unidos no es solo el garante del transporte en sí, sino de su contenido, que no debería necesitar apenas de inspecciones. Israel sabe que no puede poner pegas y de hecho ha ayudado al ensamblaje del puerto cediendo sus instalaciones en Ashdod.

Eso sí, la reacción de Hamás no se ha hecho esperar. En lugar de festejar la llegada de ayuda exterior para los ciudadanos a los que gobierna, ha asegurado que cualquier agente externo se convertirá en objetivo de guerra, complicando así el reparto de la ayuda una vez que llegue a Gaza y poniendo en el punto de mira a los trabajadores de las organizaciones no gubernamentales que no dependan de ellos. En definitiva, el peligro sigue a la orden del día.

Mientras tanto, la guerra continúa en la Franja: Israel sigue con sus ataques sobre el barrio de Jabalia, en Gaza City, y acumula hombres para una posible ofensiva terrestre sobre Rafah. Las FDI anunciaron este viernes el rescate de los cuerpos sin vida de tres rehenes que habrían sido asesinados mientras intentaban huir del Festival Nova el pasado 7 de octubre. Hamás había guardado los cuerpos durante más de siete meses con el único fin de utilizarlos como mercancía de intercambio en las negociaciones.