Río de Janeiro, atrapada entre el mar, el sol y las montañas es conocida como La Ciudad Maravillosa y es mundialmente reconocida por sus iconos culturales y paisajísticos como el Cristo Redentor, una de las siete maravillas del mundo moderno, el Pan de Azúcar, las largas playas de arena blanca de Copacabana e Ipanema, el Parque Nacional de Tijuca o la celebración de grandes eventos y festivales, como los Carnavales, la Reveillon o la Nochevieja de Copacabana.

Esta ciudad brasileña se vuelve muy especial durante la Navidad, siendo uno de los destinos más populares para pasar estas fechas o la Nochevieja. Todo comienza con la iluminación del árbol de Navidad de Lagoa, flotante y de unos 85 metros de altura. El resto de la ciudad se llena de decoraciones tradicionales basadas en Santas, iluminadas por miles de luces y Belenes. El Festival de Presépios forma parte del gran Brasil Natal Fest y cuenta con la mayor exhibición de pesebres tamaño completo de mundo. Por su parte, el Festival de Noéis o el Sabor de Natal hacen hincapié en la gastronomía, en el sabor de los platos nuevos y tradicionales de la temporada navideña: los bolinhos de bacalhau, la Farofa, el arroz de colores y las judías o frijoles, el panettone o la Rabanada, son algunos de los platos estrella de la Navidad.

La Nochevieja de Copacabana, también denominada Reveillon, es una de las más espectaculares del planeta, ya que a lo largo de 4 kilómetros de playa se congregan miles de personas para esperar la llegada de los fuegos artificiales, entre celebraciones y conciertos. Y todo ello bajo la temperatura privilegiada del pleno verano brasileño.

Ya sea en Navidad, Carnaval o cualquier otra época del año, Río de Janeiro cuenta con ciertos lugares que deben ser imprescindibles en toda visita. Algunos de ellos son: el Cristo Redentor, ubicado en el Cerro Corcovado a 710 metros de altura, es un símbolo indiscutible de la ciudad y ofrece unas vistas únicas; el cerro Pan de Azúcar ofrece las mejores vistas de la Bahía de Guanabara y las playas de Leme, Ipanema y Copacabana; el Jardín Botánico de 157 hectáreas cuenta con más de doce mil especies de plantas de todo el mundo.

Río está dividida en tres zonas: la zona centro, la norte y la sur. En la zona norte se puede visitar el impresionante y famoso Estadio Maracanã, el más grande de Brasil y sede de las Copas del Mundo de Fútbol en 1950 y 2014. La zona sur destaca por contar con la zona de las playas y en la zona centro se encuentran la mayoría de museos y edificaciones históricas, como varios edificios de la época colonial. Para conocer la parte más histórica de Río de Janeiro conviene pasar por el barrio de Santa Teresa, ubicado en lo alto de un peñasco, que es donde se conservan numerosos edificios de la época colonial. También es una buena zona para ir de bares, restaurantes o visitar tiendas de artesanías. 

Otro icono de la ciudad son las Favelas. Se trata de asentamientos precarios donde viven las poblaciones marginales y que han sido centro de operaciones del narcotráfico. En la actualidad se han ido integrando en el tejido social de la ciudad hasta tal punto que hay empresas que ofrecen rutas guiadas para poder conocerlas desde dentro.

Los miradores de Pan de Azúcar y el Cristo Redentor son los mejores lugares para contemplar el atardecer de Río de Janeiro. Una vez oculta la luz diurna, esta ciudad brasileña cuenta con una gran vida nocturna: los espectáculos son muy diversos y variados, ya que se puede disfrutar desde un espectáculo de Samba desde el punto de vista de observador pero también puedes ser el protagonista y aprender a bailar este sensual y tradicional baile popular en Brasil. Los bares y discotecas dispuestos a lo largo de las playas de Ipanema, Copacabana y Lebrón son los mejores para disfrutar de los más variados eventos y espectáculos. Pero también conviene vivir en primera persona el agitado ritmo de la noche en el barrio de Lapa y su música en vivo. Conviene recordar que, al igual que en el resto de Brasil, el juego es ilegal.