Compuertas instaladas en Aldaia para guiar el agua del barranco de La Saleta, de nuevo desbordado este lunes. Efe / Biel Aliño
Los desbordamientos vuelven a la 'zona cero' de la dana sin que el Gobierno licite las obras y sin visos de que haya Presupuestos
"El Gobierno no nos ha precisado de dónde saldrá el dinero", explica el alcalde socialista de Aldaia, donde el Ejecutivo ha prometido 90 millones de inversión.
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"Un pueblo no puede vivir asustado", clamó este lunes ante las cámaras Estela, vecina de Aldaia. Su municipio de la zona cero de la dana fue arrasado hace 11 meses. Y el barranco que causó los estragos, La Saleta, ha vuelto a desbordarse ahora por las lluvias.
El miedo de esta ciudadana está fundamentado. El otoño ha regresado sin que el municipio cuente con nuevas infraestructuras hidráulicas. Precisamente las de La Saleta fueron las primeras que volvió a prometer el Gobierno de España. Pero sin licitación ni presupuesto hasta la fecha.
El alcalde socialista de Aldaia, Guillermo Luján, explicó este lunes a EL ESPAÑOL que su ayuntamiento cuenta "con el compromiso del Gobierno y serios pasos para su materialización".
"El proyecto para el desvío de La Saleta al nuevo cauce del Turia ya cuenta con el visto bueno de Medio Ambiente. Esperamos que en unas pocas semanas salga a exposición pública la expropiación de los terrenos necesarios para albergar el desvío", explicó.
A continuación, "se licitarán las obras". El presupuesto previsto es de 90 millones de euros. ¿Y de dónde saldrán? "El Gobierno no nos ha precisado de dónde saldrá el dinero. No sabemos de dónde saldrá", expuso el dirigente.
En circunstancias normales, la pregunta sería innecesaria. Las grandes actuaciones del Gobierno de España se financian con cargo a los presupuestos generales del Estado. El problema es que el Gobierno actual no aprueba nuevas cuentas desde las del ejercicio 2023.
Precisamente este martes expira el mes de octubre, en el que el Ejecutivo tiene la obligación constitucional de presentar sus nuevos presupuestos. Pero no llegarán. No al menos en tiempo y forma. Todo apunta a un nuevo año sin ellos, como 2024 y 2025.
Y, sin nuevos presupuestos, ¿cómo pretende el Gobierno de Pedro Sánchez financiar actuaciones tan costosas y sensibles como las previstas en la zona cero de la dana?
La Delegación del Gobierno en Valencia, inmersa en la alerta roja, no aclaró este lunes la incógnita ante las preguntas formuladas por EL ESPAÑOL.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, en su visita en mayo a Valencia. Rober Solsona / EP
Los 90 millones para La Saleta son solo los primeros de un gran paquete de 467 millones prometido por la Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, para reactivar proyectos e impulsar nuevos en las zonas devastadas el 29 de octubre de 2024.
El anuncio lo realizó la propia ministra el pasado mes de mayo en Valencia. La vicepresidenta tercera del Gobierno habló de "ocho nuevas actuaciones". "Se reservan 335 millones para nuevos proyectos no previstos con anterioridad y otros adaptados con importantes cambios ante los escenarios climáticos ofrecidos por la dana", indicó el ministerio.
El ministerio, además, cifró en 132 millones de euros lo previsto para los "proyectos ya diseñados". Ahí contempla "el desvío de las aguas del Barranco de La Saleta por Aldaia y cinco actuaciones de protección en el tramo bajo del río Júcar, cuyas obras comenzarán en 2026".
"Los otros 42 millones serán para cinco actuaciones de protección frente a inundaciones en el tramo bajo del río Júcar", indicó el Gobierno.
La intención, según Aagesen, era poder licitarlos este año para que puedan estar "bien definidos durante el año 2026 y avanzar". "Esperemos que todos trabajemos con esa agilidad", dijo. Pero ni siquiera el de La Saleta, que era el más avanzado, ha sido licitado todavía.
Ocho nuevos proyectos
Entre los ocho nuevos proyectos nuevos se encuentran también intervenciones en La Saleta. En concreto, "actuaciones de reforestación y restauración hidrológica-forestal en la cuenca del barranco del Poyo y el de la Saleta con los objetivos de reducir caudales punta y volúmenes de crecida, y la erosión en la cuenca y los flujos de sedimentos mediante la restauración y estabilización de suelos, y la corrección hidrológica-forestal".
"Además, se crearán zonas inundables en el barranco de la Saleta para la protección de Aldaia y polígonos industriales aguas arriba. En concreto, la zona inundable para la protección Centro Comercial y Aldaia, zonas inundables de laminación en el barranco de la Saleta, y la zona inundable para protección del Polígono Industrial Oliveral y población de Aldaia", precisó.
Del mismo modo, Aagesen prometió "la creación de zonas inundables y protección frente a inundaciones en el barranco del Poyo en Chiva, ya que se calcula que los caudales punta en esta localidad superaron 1.000 metros cúbicos por segundo y las velocidades fueron mayores de 10 metros por segundo".
Tal circunstancia provocó violentos destrozos en la población en una zona carente de las soluciones hidráulicas ideadas por los ingenieros en 2010 y orilladas por el Estado desde entonces.
El Ministerio defendió en mayo, 15 años después, que existe una necesidad de restaurar el cauce a su paso por la población y generar zonas inundables de laminación aguas arriba de la población. La estrategia, de nuevo, coincide plenamente con lo planteado en el proyecto original.
"También se crearán zonas inundables en el barranco del Poyo para protección de las poblaciones de l'Horta Sud que incluye una zona de laminación lateral en la margen derecha de la rambla del Poyo, aguas abajo de Paiporta, y la zona de laminación e interconexión con la zona de laminación de los barrancos de Pelos y Gallego", agregó.
Desvíos al Turia
Otra de las coincidencias con el proyecto original son los desvíos de agua del Poyo al Turia. Los mismos constituían, junto con las zonas de laminación, la herramienta principal para evitar que un gran volumen de agua atravesara los núcleos urbanos en caso de avenida.
Este proyecto, como reveló este mes EL ESPAÑOL, tan solo costaba 55 millones de euros. Era el más importante de los siete contemplados en 2010, y habría sido, por orden de ejecución, el primero en llegar.
Las obras duraban tres años y habrían estado para la dana de 2024 si Teresa Ribera, que conocía de primera mano el proyecto al haber otorgado ella la declaración de impacto ambiental de 2011 como secretaria de Estado, las hubiera presupuestado al llegar al ministerio o en sus primeros presupuestos, los de 2021.
Años después, la iniciativa sigue siendo la misma. "Se ejecutará una vía verde en el barranco del Poyo y un desvío al nuevo cauce del Turia, y actuaciones en el nuevo cauce que incluye el desvío de caudales del Barranco del Poyo al nuevo cauce del Turia a través de vías verdes, con el objeto es disminuir significativamente el riesgo en las poblaciones más afectadas de l'Horta Sud", manifestó en mayo el ministerio.
Eso sí, recalcó esta vez "la necesidad de adaptar proyectos existentes teniendo en cuenta la dana". "Además, se realizarán obras de protección frente a los desbordamientos, adaptando el cauce y estructuras de cruce del barranco Poyo entre Picanya y la V-31", precisó.
Vehículos cubiertos de barro e inmuebles destrozados junto al barranco del poyo en Paiporta (Valencia). Efe / Kai Forsterling
"El objetivo es disminuir el riesgo de las poblaciones de l'Horta Sud, que incluye el acondicionamiento del cauce a su paso por Picanya y Paiporta y el acondicionamiento de cauce aguas abajo de Paiporta hasta la V-31, ya que pequeñas mejoras en la capacidad pueden suponer una reducción significativa de los daños", dijo Transición Ecológica.
A su vez, el ministerio contempla ahora "una restauración ambiental del barranco del Poyo en el Parque Natural de la Albufera, con acciones de mejora del drenaje transversal de la V-31".
Aagesen advirtió de que "el encauzamiento con motas del barranco del Poyo a su paso por el Parque Natural de la Albufera ha incrementado la peligrosidad de la inundación aguas arriba, por lo que habría que estudiar adaptar las motas, y por último, la restauración ambiental del cauce del barranco".
El plan anunciado por la ministra incorpora también, al margen de la cuenca del Poyo, la protección frente a inundaciones en el río Magro y afluentes, que incluye el acondicionamiento del cauce del Magro en Algemesí y facilitar la salida de flujos hacia la Albufera por el norte de la población.
Asimismo, también contempla la adecuación del margen derecho del cauce del Magro para reducir los desbordamientos hacia las poblaciones de Alcúdia y Guadassuar, sin incrementar el riesgo en las zonas menos vulnerables.