Cristina, vecina de Sedaví, con secuelas psicológicas seis meses después de la dana. Raquel Granell

Cristina, vecina de Sedaví, con secuelas psicológicas seis meses después de la dana. Raquel Granell

Reconstruir Valencia LA DANA DEL SIGLO

Las secuelas psicológicas de Cristina, seis meses después de la dana: "Tengo pesadillas. Me duermo y grito 'El agua, el agua'"

La salud mental es la otra cara que deja la dana. Sanidad de la Comunitat Valenciana ya ha atendido a 1.721 personas por esta razón.

Más información: Pilar Castelao, psicóloga de emergencias: "Las víctimas de la DANA necesitarán tiempo para procesar el duelo"

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La salud mental es la otra cara que deja la dana. Siete Unidades de Atención al Trauma habilitadas por Sanidad tras la riada ya han atendido a 1.721 personas por esta razón. Seis meses después de la tragedia persisten secuelas psicológicas en muchos valencianos.

Es el caso de Cristina Medina, que revive pesadillas cuando duerme. Esta vecina de Sedaví cuenta a EL ESPAÑOL que es cerrar los ojos en el sillón y empezar a gritar, aterrorizada: 'El agua, el agua, corre!'.

Reside con su hija en una planta baja del municipio y, si no fuera porque disponen de primer piso, no se habrían salvado. La fuerza del agua reventó la puerta del garaje del edificio colindante; y después, un coche traspasó el ventanal de su comedor. "No llegarían a los 10 minutos cuando el agua alcanzó los 1,50 metros perfectamente. Aún no había sonado la alarma", precisa.

El 29 de octubre fue un día realmente traumático para Cristina, pues pensó que iban a morir: "Tenía más fuerza de voluntad la niña que yo", afirma.

Pasaron la noche solas, pero al día siguiente unos vecinos les prestaron una sábana para poder cruzar a su vivienda desde el primer piso, ya que al tener la planta baja anegada resultaba "imposible salir" de ella.

Cristina Medina, en su vivienda en Sedaví, aún con las marcas del agua en las puertas seis meses después. Raquel Granell

Cristina Medina, en su vivienda en Sedaví, aún con las marcas del agua en las puertas seis meses después. Raquel Granell

Sus pensamientos negativos invadían su mente cada vez que observaba los destrozos que había ocasionado la dana en su casa: "Yo no levanto esto sola, es imposible", pensaba, al mismo tiempo que confiesa que no tenía ganas de seguir adelante, pero saber que tenía una hija que le necesitaba le daba fuerzas.

Desde asuntos sociales del Ayuntamiento de Sedaví le han ofrecido ayuda psicológica completamente gratuita. Gracias a profesionales voluntarios, acude a terapia y esto le ha permitido afrontar la situación de una manera mucho más resiliente.

También ha estado arropada por la mayoría de sus familiares. Aunque residen en Alicante se han trasladado hasta Valencia para volcarse en la recuperación de su domicilio, gesto que agradece. Además, tener a un hermano que vive en Paterna y a una hermana en Godelleta le ha facilitado sobrellevar la postdana.

La planta baja de Cristina, tras quedar anegada por la dana; y la misma perspectiva, seis meses después. EE

La planta baja de Cristina, tras quedar anegada por la dana; y la misma perspectiva, seis meses después. EE

Precisamente, hace apenas una semana, Cristina y su hija han vuelto a Sedaví. Hasta ahora, vivían en la vivienda de su hermano porque su casa no reunía las condiciones necesarias para poder instalarse.

Faltaba colocar las puertas, entre otras cosas. Y aun así, tal y como pudo comprobar este medio, el suelo se sigue levantando y a las paredes se les cae la pintura por la humedad que todavía desprenden.

Respuesta inmediata

Desde la Conselleria de Sanidad, la atención a los problemas de salud mental originados por la dana se ha dirigido fundamentalmente al tratamiento de las reacciones y trastornos por estrés agudo.

Y, en especial, a la prevención de su evolución hacia un trastorno por estrés postraumático (TEPT), patología más compleja y de peor pronóstico.

A la vista de los estudios de prevalencias disponibles, con la posibilidad de alcanzar hasta un 25-30% de TEPT en la población más afectada, el escenario previsto constituyó un importante riesgo para la capacidad de respuesta del sistema sanitario público valenciano en los próximos meses e, incluso, en años.

La planta baja de Cristina, tras quedar anegada por la dana; y la misma perspectiva, seis meses después. EE

La planta baja de Cristina, tras quedar anegada por la dana; y la misma perspectiva, seis meses después. EE

Por esta razón, desde la Generalitat se consideró necesario disponer de un plan de respuesta inmediata que disminuyera la tasa de evolución hacia el Trastorno por Estrés Postraumático y, desde el mismo inicio de la situación de emergencia, se definió un proceso asistencial configurado por cuatro fases:

  1. Atención directa en la zona afectada, a pesar de las severas limitaciones de acceso y de locales de atención.

  2. Disponibilidad de un centro de asistencia "seco", dotado de medios para atención presencial y online, que permitiera el seguimiento de los casos detectados en el terreno hasta que se solucionaran las limitaciones de movilidad de la población afectada. Esta fase se inició de manera paralela a la anterior.

  3. Constitución de Unidades de Atención al Trauma en los departamentos de salud implicados, que permitieran la continuidad de un tratamiento que precisa de un elevado grado de especialización.

  4. Creación de Unidades de Detección Precoz en centros escolares, en coordinación con la Conselleria de Educación.

Primeros auxilios

EL ESPAÑOL ha podido hablar con Lorena de Mingo, psicóloga experta en Emergencias, quien explica el protocolo que se realiza cada vez que hay una catástrofe en la que se necesita la intervención del profesional especializado en Emergencias.

"En el caso de la pasada dana, los psicólogos de psicoemergencias de la Comunitat Valenciana necesitan activación por parte del 112CV o, en su defecto, por el Colegio Oficial de Psicología de la Comunitat Valenciana (COPCV)", aclara.

A partir de ese momento, los expertos especializados se desplazan al lugar afectado y se incorporan al Puesto de Mando Avanzado (PMA), donde reciben indicaciones para prestar "los llamados primeros auxilios psicológicos", indica de Mingo.

Una imagen del equipo de psicólogos expertos en Emergencia, interviniente tras la dana; y a la derecha, la psicóloga Lorena de Mingo. EE

Una imagen del equipo de psicólogos expertos en Emergencia, interviniente tras la dana; y a la derecha, la psicóloga Lorena de Mingo. EE

Expone que la primera labor después de la barrancada consistió en crear espacios de seguridad emocional y ayudar a las personas afectadas a construir una narrativa ordenada de los hechos traumáticos que acababan de experimentar.

Tras el 29 de octubre, los equipos instalaron puntos de atención psicológica donde las personas podían acudir directamente o ser derivadas por otros cuerpos de emergencia.

Además, Lorena realizó junto con otros compañeros intervenciones a pie de calle y en domicilios particulares para identificar casos de "mayor vulnerabilidad o necesidades no cubiertas, como falta de alimentos o de medicación".

La profesional especializada en Emergencias advierte que si no se atienden las secuelas emocionales desde un primer momento, estas pueden derivar en trastornos más graves.

"Cuando hay un evento traumático, lo normal es que los primeros síntomas del trastorno por estrés agudo disminuyan en un mes. Pero se estima que hasta el 30% de las personas que hayan vivido la tragedia puede desarrollar un trastorno de estrés postraumático", asevera.

En paralelo, preguntada por qué tipo de herramientas usan los propios intervinientes para proteger su salud mental, señala que técnicas como el defusing -inmediato- o el debriefing -días después de la intervención-, pueden ayudan a procesar emocionalmente las experiencias vividas.

Relevo tras la emergencia

Después de actuar en primeros auxilios psicológicos, el Colegio Oficial de Psicología de la Comunitat Valenciana impulsó de manera proactiva un protocolo de intervención estructurado en tres fases, que ha garantizado el acompañamiento emocional de la población afectada de manera continua durante más de seis meses.

Rosa Molero pertenece al segundo grupo compuesto por unos 70 psicólogos y psicólogas expertos en trauma y emergencias, quien toma el relevo.

Desarrolla su labor los fines de semana de manera totalmente voluntaria y durante estos meses ha consistido en realizar intervenciones psicológicas grupales de tipo individual, es decir, "sesiones colectivas en las que cada persona trabaja sus propios traumas internos sin necesidad de compartir su historia en voz alta".

Esta experta especializada en Trauma manifiesta a este diario que se aplica un protocolo específico de terapia EMDR adaptada a emergencias, avalada por la OMS como una de las dos únicas técnicas efectivas para tratar el estrés postraumático.

Rosa Molero, junto a integrantes del equipo de 70 psicólogos voluntarios expertos en trauma y emergencias. EE

Rosa Molero, junto a integrantes del equipo de 70 psicólogos voluntarios expertos en trauma y emergencias. EE

Las sesiones, que solicitan los ayuntamientos de los municipios afectados y que se realizan dos los sábados y una los domingos, de entre una hora y una hora y media de duración, se centran en reducir la activación del sistema nervioso mediante estimulación bilateral y técnicas corporales. De esta manera, se miden constantemente los niveles de perturbación emocional de los participantes.

Finalmente, una tercera fase, que estará en marcha dentro de poco, ofrecerá atención comunitaria e individualizada para quienes todavía presentan síntomas más graves o persistentes.

La labor de estos profesionales no solo ha servido para tratar el trauma reciente derivado de los efectos de las inundaciones. "En muchos casos, también ha ayudado a desbloquear memorias traumáticas antiguas, reactivadas por la catástrofe, pues ilustran la importancia de intervenir precozmente para evitar que los efectos del trauma se cronifiquen", expone.