Conexión entre el barranco del Poyo y el nuevo cauce del Turia prevista en el proyecto de Typsa. EE

Conexión entre el barranco del Poyo y el nuevo cauce del Turia prevista en el proyecto de Typsa. EE

Reconstruir Valencia

El ingeniero que iba a encauzar el barranco del Poyo precisa las 7 obras que habrían evitado el desastre: "Estaba todo previsto"

El Gobierno de España, tras descartar el proyecto en 2021, lo retoma ahora tras la tragedia y promete las mismas actuaciones para 2030.

Más información: El Gobierno ejecutará en 2026, 15 años tarde, el primero de los proyectos que habría evitado la catástrofe de la dana

Valencia
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"Eran siete actuaciones, estaba todo previsto". Así se expresa Javier Machi, exdirector de Typsa en Valencia y actual decano del Colegio de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos de la Comunitat, sobre el proyecto para encauzar el barranco del Poyo, redactado en 2010 por la que entonces era su empresa.

El ingeniero, ya jubilado, relató a EL ESPAÑOL que la iniciativa, cifrada en 240 millones de euros, recibió en 2011 la preceptiva Declaración de Impacto Ambiental positiva. Desde ese año, tan solo restaba que el Gobierno de España pusiera el dinero y ejecutara las obras, algo que jamás ocurrió.

Las mismas, según Machi, habrían evitado las inundaciones en los núcleos urbanos y, en consecuencia, el grueso de la catástrofe que se cobró 224 vidas y 3 desapariciones el pasado 29 de octubre en la provincia de Valencia.

Se trata de siete actuaciones que, tal y como manifestó este viernes el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, en un encuentro con la federación de polígonos industriales Fepeval, se retomarán de forma inminente.

El objetivo del Ejecutivo, según ha podido saber EL ESPAÑOL, es tenerlas listas en 2030. De llegar en esa fecha, estarían 19 años después de haber obtenido la mencionada Declaración de Impacto Ambiental positiva.

Las actuaciones

La "descripción de las actuaciones proyectadas" aparece detallada en el documento denominado Adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo vertiente a la Albufera, al que ha accedido este periódico a través de la base de datos abierta de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).

El mismo fue elaborado, bajo la dirección de Machi en Typsa, por parte del ingeniero Jorge Paciarotti, con la colaboración, por parte de la CHJ, de Francisco Franch Ferrer.

El documento, punto por punto, precisa "los objetivos de las actuaciones", las previstas "en la cuenca alta de los barrancos", las contempladas "en el curso medio y bajo del barranco Pozalet" y las redactadas para acometer "en el barranco de La Saleta".

A continuación, desglosa las "actuaciones en la rambla del Poyo", un "estudio de aportes de sedimentos al lago de la Albufera" y, por último, otro estudio "de adecuación medioambiental, conectividad e integración territorial".

A continuación se adjunta el documento íntegro.

Entre las actuaciones en la cuenca alta de los barrancos, destacan las medidas ideadas por los ingenieros tanto "de reforestación y estabilización de suelos" como de "corrección hidrológica para la retención de sedimentos".

Las mismas, según explica el informe, responden a que "el principal problema de la cuenca alta del barranco del Poyo radica en el elevado índice de erosión debido a las fuertes pendientes presentes y la escasa vegetación, lo que facilita el arrastre del suelo fértil por las escorrentías generadas".

"Los reiterados incendios junto con los fenómenos torrenciales han provocado una denudación de la capa superficial del suelo y un arrastre del mismo, quedando incluso, en algunas zonas, la roca al descubierto", advertían.

Repoblación forestal

Por ello, proponían una "repoblación forestal con especies autóctonas y protectoras del suelo". "Se conseguirá así una mejora en la capacidad de retención de agua y, por lo tanto, se minimizarán las pérdidas de suelo por erosión hídrica", auguraron.

A su vez, pretendían acometer una "ejecución de tratamientos selvícolas de podas, claras, clareos, desbroces, etc. sobre la masa forestal existente". "Con estas actuaciones se conseguirá reducir el riesgo de incendio y su propagación", pretendían.

Las actuaciones en el curso medio y bajo del barranco Pozalet buscaban "evitar la transferencia de caudales hacia el Poyo" y, por otra parte, "reducir la punta de la avenida a un nivel compatible con la capacidad de evacuación a través de la zona urbana de Aldaia".

Las dos principales iniciativas propuestas en esta línea eran "el encauzamiento (vía verde) para un caudal de 240 m3/s (período de retorno de 500 años) desde aguas arriba de Loriguilla hasta aguas abajo de la A-7, con una longitud de 5.962,00 metros, de los cuales unos 2.420 metros son de cauce totalmente nuevo y el resto, de acondicionamiento del existente".

La segunda propuesta consistía en "una balsa de laminación de unas 60 hectáreas de superficie y con un volumen 2,8 hectómetros cúbicos". También "la construcción de siete puentes nuevos para salvar el nuevo cauce".

En el barranco de La Saleta, la propuesta de Typsa buscaba una solución a que el mismo "discurre paralelo a la CV-33 y penetra en el núcleo urbano de Aldaia, donde se pierde su cauce al llegar a las vías del ferrocarril".

Javier Machi, en su despacho.

Javier Machi, en su despacho. Vicent Bosch

"Para aliviar a la zona urbana de Aldaia y Alaquàs de los 95 m3/s que le llegarán, se plantea la ejecución de una conducción cerrada a través del polígono industrial de la zona norte de Aldaia, para 80 m3/s, derivándose los 15 m3/s restantes por el cuentón de la CV-33", propusieron los expertos.

Esta es la primera de las propuestas que contempla un desvío de agua al nuevo cauce del río Turia. 15 años después de obtener la declaración de impacto ambiental, y solo tras una tragedia de 224 fallecidos, el Gobierno anunció este viernes que retomará esta actuación, que prevé ejecutar en 2026.

"Una vez conducidas las aguas fuera de los núcleos urbanos, el destino final es el nuevo cauce del río Turia, para lo que se diseña un cauce, para 100 m3/s, de 3.602,00 metros, sección bitrapecial, con una altura total de 4,50 metros y una anchura mínima de 31,59 metros", precisa el documento original.

Barranco del Poyo

Por lo que respecta a "la solución propuesta para el barranco del Poyo en la zona con reducida capacidad", la misma, según el informe, "pasa por dar continuidad al
cauce para un caudal que proporcione un nivel de protección compatible con los usos actuales del suelo en la zona".

"Y, al mismo tiempo, no produzca, aguas abajo de la confluencia con el Horteta, un caudal superior a los 1.500 m3/s", agrega.

Las dos principales medidas en esta línea eran, "la ejecución de un nuevo cauce (tanto para el Poyo como para su afluente principal Gallego), dando continuidad al cauce existente aguas arriba de la A7, con una capacidad equivalente a la avenida de 100
años de periodo de retorno".

Por otra parte, el documento advertía de que, como ocurría arriba con La Saleta, a esta altura también "se deben desviar al nuevo cauce del Turia un caudal del entorno de los 700 m3/s".

Tal propuesta la realizaban los expertos "dado que el barranco del Poyo se encuentra encauzado aguas abajo de Paiporta, para el paso de 800 m3/s, y el caudal esperable, una vez ejecutadas las actuaciones propuestas, se prevé del orden de los 1.500 m3/s".

Ambas propuestas contaban con su correspondiente análisis de viabilidad.