El arte y la economía se fusionan cada vez más. Apostar por la pintura es la inversión de lujo que más se ha revalorizado desde hace veinte años. Sin embargo, hace diez que Stéphane Debost se dedica a ello de manera profesional: compagina su faceta de galerista con la de asesor para inversores en arte.

Aunque es ingeniero químico de profesión, especializado en el medioambiente, pasó al otro extremo: el arte; desarrollándolo de manera autodidacta. Se compró un libro de acerca de su historia. "Leí la primera página, pero jamás llegué a la segunda", confiesa.

La pasión de Stéphane Debost por el coleccionismo de obras de arte fue tan grande que le llevó a crear en Francia, su país natal, su primera galería: In Arte Veritas. 

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A los 18 años compró su primera obra por 50 euros. Mientras que en el pasado vendía las piezas por 1.000 euros de promedio, ahora la media se sitúa en los 20.000. 

La vida le permitió evolucionar en este sector y recientemente abrió su tercera galería en Valencia, en la calle Cirilo Amorós, número 48. Si la primera colección cabía en una casa de apenas 86 metros cuadrados, los tres espacios con los que ahora cuenta suman un total de 1.100.

Decidió que para desarrollar su trayectoria como galerista en España, Valencia sería la ubicación ideal: "Me costó diez minutos pensarlo, acepté enseguida". La ciudad le acogió enseguida, tal y como recuerda.

En sus primeros años como galerista, y aunque pudiera disponer de contactos, la falta de visibilidad o de credibilidad en el mercado artístico le dificultaban la tarea. Pero nunca cesó en su intento: se pasaba el día en museos, talleres de artistas y entre grandes colecciones.

Desde hace cinco años se relaciona con creadores de alto nivel, "en los que es rentable invertir", asegura. También afirma que ha accedido a gente con una elevada capacidad adquisitiva interesada en el arte, como empresas de gestión de patrimonio, con clubes de inversores a nivel internacional, con arquitectos y con agencias inmobiliarias de lujo, además de con clientes particulares.

Fotografía de Stéphane Debost. EE

Gestionó, durante 2022, más de dos millones de euros en compra de arte. Preguntado por cuáles son las razones para invertir en arte, dice, "son muy variadas". El arte que suele promocionar Debost es el figurativo, en el que se reconoce lo que se observa en el lienzo. "Tiene un poder de evocación muy alto y puede llegar a la gente que no sabe. Funciona bajo la oferta y la demanda", señala.

La emoción, por un lado, y el interés a nivel fiscal, por otro, es lo que lleva a las personas a invertir en este bien. El galerista destaca la rentabilidad de la inversión: "los precios de ciertos artistas van a subir 20, 30 y hasta un 40% en un año".

La subida tan significativa de los pintores se debe a la visibilidad mundial que posee el arte. "Hay artistas de talento con una expresión artística única. Esos son los que busco como coleccionista y galerista, los que recomiendo para invertir porque pienso que van a tener alcance internacional", apunta.

La demanda por un cuadro dispara el precio de manera "exponencial", ya que "una obra se revaloriza si la guardas el tiempo suficiente", expone Stéphane.

El coleccionista recomienda invertir en obras grandes si por ejemplo "se dispone de 50.000 euros", en vez de "en diez obras pequeñas". La razón está en que es más sencillo vender una obra, que muchas. "Las más excepcionales son las que más suben de precio y más interés pueden despertar después en el mercado", asevera.

En cuanto a mínimos, el precio actual se situaría en 5.000 euros. "Es evidente que si inviertes esta cantidad nunca puedes esperar a corto plazo que esa obra valga un millón. Pero si inviertes más, suben las posibilidades de obtener una gran ganancia, por visibilidad, proyección internacional o presencia en museos", aclara Debost.

Artistas

Por lo que hace a la escultura, las piezas de los artistas españoles Coderch & Malavia son las que más se venden por ser primer premio mundial en esta disciplina. Stéphane cuenta que sus precios se han multiplicado por tres y las ventas por más de diez en un plazo de ocho años.

De todas las obras que recoge este galerista, 1/3 son compradas y 2/3 se dejan en depósito, es decir, los artistas las depositan en la galería para que se vendan y si nadie las adquiere, Debost las devuelve.

Stéphane representa a casi 40 artistas, lo que se traduce en 1.000 obras de promedio. "Si fueran todas mías, tendría que anticipar 20 millones de euros y no puedo", explica. "Solo compramos piezas únicas o las que nos fuerzan a hacerlo", prosigue.

Revela a este diario que en su habitación tiene una carta de amor de Victor Hugo, una escultura china con 1.380 años de antigüedad y pintura y escultura contemporánea.

La experiencia en este mundo le ha permitido esconder ases bajo la manga: "Tengo acceso a obras muy indicadas para inversores: de Dalí, de Fragonard o de Jacob Jordaens, que es el artista más famoso del siglo XVII holandés junto a Rubens", sorprende. 

Habla, nada más y nada menos, que de piezas que superan los 200.000 euros, aunque son pocas. De artistas como los mencionados, conserva algunas piezas para disfrutarlas él mismo.

Emoción al invertir

Sobre los clientes, muchas veces no conoce quiénes son, pues el intercambio se realiza mediante un intermediario: "Hace poco un príncipe de Dubái quiso una obra, pero yo jamás hice la compraventa directamente con él".

Destaca que las ventas más bonitas las ha realizado con gente con pocos recursos, pues la apertura al arte produce en ese salto al desconocimiento es una "emoción difícil de explicar".

Stéphane ha adelantado a EL ESPAÑOL que Virut Panchabuse es el próximo artista, dedicado al collage, que expondrá en la galería de la calle Cirilo Amorós. En este caso, ha comprado todas sus obras. 

Virut Panchabuse vendrá de Asia, expresamente, para dar a conocer su trabajo. Será a partir del 10 de noviembre cuando se abrirá al público general. "Sus precios en 7 años se han multiplicado por 3’5. Es una artista que genera una demanda muy superior a su capacidad de producción de obras y eso permite la subida de cotización", explica el galerista.

Para próximos proyectos, Debost tiene en mente el Palacio Colomina, entre otros eventos en Valencia.

Este apasionado por el arte, del que también hace negocio, ha tenido suerte en una ciudad que le ha abierto las puertas, pues para él, Valencia es el lugar idóneo para la búsqueda de oportunidades.