La alquería Beato Gaspar Bono. EE

La alquería Beato Gaspar Bono. EE

Cultura

La alquería abandonada del siglo XVI en Valencia con un pasado desconocido: se convertirá en un espacio vital

Está situada en el centro de la ciudad, y desde su construcción ha sido utilizada para fines agrícolas y, posteriormente, como convento. 

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En pleno centro de Valencia, la Alquería Beato Gaspar Bono cuenta con una historia mayoritariamente desconocida por los vecinos de la ciudad.

El edificio data del siglo XVI, y actualmente está protegido mediante una declaración como Bien de Relevancia Local.

Está situada entre el Jardín Botánico y el antiguo colegio de los Jesuitas, en la calle Beato Gaspar Bono. La alquería, al haberse construido en el siglo XVI, ha tenido que ser objeto de varias intervenciones para mantener su aspecto.

En un primer momento, este inmueble se construyó con fines agrícolas, y posteriormente se aplió con dos anexos. Esto ha sido posible identificarlo gracias a los ladrillos, pues algunos eran del siglo XVII y otros del XVIII.

Posteriormente, en el siglo XIX este edificio dejó de ser de uso agrícola, y pasó a formar parte de un convento.

En total, el edificio ha pasado por 5 fases de evolución. Ahora, el Ayuntamiento de Valencia se prepara para rehabilitar esta alquería que lleva siendo propiedad municipal desde hace ocho años y que ahora se destinará a un uso cultural.

Por el momento, la Alquería Gaspar Bono está incluida en la Lista Roja del patrimonio español de Hispania Nostra desde junio de 2024 por su "estado de abandono".

La construcción

La Alquería Beato Gaspar Bono está formada, actualmente, por un cuerpo principal con una fachada principal y dos alturas.

También posee una escalera que conecta con la planta superior, aunque se cree que esta fue añadida posteriormente a la edificación original. 

De manera continua a este cuerpo principal se encuentra otro, aunque data del XIX. Este es más pequeño que el anterior, aunque también está formado por dos alturas.  

La fachada del cuerpo principal es la más llamativa, pues contiene dos arcos de medio punto de sillería, cegados actualmente, situados de manera simétrica.

Además, en la primera planta presenta seis ventanas rectangulares con carpintería de madera y rejas a modo de balconcillo.

La fachada cuenta también con refuerzos metálicos en la esquina izquierda, que permiten frenar el avance de una gran grieta causada por el deterioro del edificio.

En cuanto a la fachada trasera, esta cuenta con cinco huecos rectangulares situados en la segunda planta, cuatro en la primera y un arco de sillería en la planta baja. Excepto uno, todos han perdido la carpintería.

El interior está lleno de puntales. Estas vigas metálicas de gran tamaño, junto con grandes revoltones de ladrillo, han sido colocadas recientemente para mantener la estructura de la alquería en pie