María Ortega, jueza a los 25, superó la oposición en 2 años: Fue un sueño salir del Tribunal Supremo con un 'enhorabuena'

María Ortega, jueza a los 25, superó la oposición en 2 años: "Fue un sueño salir del Tribunal Supremo con un 'enhorabuena'"

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María Ortega, jueza a los 25, superó la oposición en 2 años: "Requirió el 100% de mí cada día, sin descanso"

Ser opositora a la Carrera Judicial ha llevado a la joven a "sacrificar muchas cosas" por una profesión que define como "totalmente vocacional".

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Un 16 de octubre de 2023 abrió por primera vez un manual de la oposición. Dos años más tarde, el 16 de octubre de 2025, María Ortega salió por la puerta del Tribunal Supremo como jueza.

Con tan solo 25 años asegura que "los sueños se cumplen". Cuando empezó a estudiar la oposición nunca imaginó que el camino "iba a ser tan corto".

"Para mí, haberme dado la oportunidad ya era una victoria, pero salir del Tribunal Supremo habiendo escuchado ese 'enhorabuena' de la presidenta de mi tribunal fue una sensación soñada", cuenta a EL ESPAÑOL.

Decidir ser opositora a la Carrera Judicial ha llevado a la joven a "sacrificar muchas cosas" por una profesión que define como "totalmente vocacional". De hecho, fue su objetivo durante toda la carrera. María cursó el Grado en Derecho y Administración y Dirección de Empresas.

Aunque tuvo la oportunidad de conocer otras salidas profesionales, la idea de ser juez "nunca abandonó el primer plano".

"Me gusta pensar que es un sueño que Dios puso en mi corazón, para el que creo que estoy capacitada por mi vocación de servicio y aptitudes por las que he destacado a lo largo de mi vida como estudiante", señala. 

Si tuviera que decir en qué momento decidió que quería opositar a la Carrera Judicial, afirma que no sabría ubicar una "etapa exacta": "No tengo familiares juristas, ni tampoco referencias directas que me llevaran a querer dedicarme al mundo del derecho".

Imagen de la fachada del Tribunal Supremo, realizada por María Ortega tras salir del examen. EE

Imagen de la fachada del Tribunal Supremo, realizada por María Ortega tras salir del examen. EE

En cuanto al proceso selectivo, María explica que se compone de una primera prueba tipo test de 100 preguntas y dos ejercicios orales que abarcan un total de 329 temas.

Se define a ella misma como una persona "bastante autoexigente y disciplinada" y la preparación "fue intensa".

"Me presenté al test sin muchas expectativas debido al poco tiempo que llevaba en la oposición. Cuando supe que había superado la nota de corte, la sensación fue tanto de felicidad como de responsabilidad, pues eso suponía que pasaba a la siguiente fase: un examen oral en el Tribunal Supremo", detalla.

La preparación de cara al primer oral no varió mucho de lo que ya solía hacer: cantar los temas tanto en casa como con sus preparadores, dos veces por semana.

La joven valenciana recuerda que uno de sus preparadores le dijo que cantara en casa los temas tal y como le gustaría cantarlos el día del examen. María cree que eso le ayudó "a tener siempre en mente el objetivo y a perfeccionar el contenido y la forma".

Este segundo examen tiene una hora de duración, y es en el que se exponen cinco temas de los 329. Superar el primer oral supuso para María "una motivación enorme": "Veía el objetivo tan próximo que lo único que tenía en mente era aprobar el último ejercicio".

Respecto a la última prueba, tiene la sensación de que ha sido "una etapa en la oposición completamente distinta a todo lo que había hecho hasta entonces". "Los casi cinco meses entre el primer y el segundo oral requerían de mí el 100% cada día, sin descanso", asevera.

María destaca que el apoyo de su pareja, familia, amigos y preparadores ha sido "fundamental" durante el proceso: "Este logro también es suyo porque han estado ahí para dedicarme tiempo y palabras de aliento cuando lo he necesitado", les dedica.

"Es algo que se suele decir y suena a tópico, pero es cierto que si crees verdaderamente en ti mismo, lo imposible se convierte en difícil, y lo difícil se consigue con esfuerzo y dedicación. Si me hubiera limitado a mí misma, hoy no podría decir que lo he conseguido", dice, con orgullo.

Nueva etapa

Después de aprobar la oposición a la Carrera Judicial, María Ortega tiene que terminar su formación. Por el momento le espera un año en la Escuela Judicial de Barcelona. Allí realizará un curso teórico-práctico junto con sus compañeros. "Es una etapa que me hace especial ilusión", avanza.

Luego comenzará un periodo de prácticas en el que estará tutelada durante seis meses y, finalmente, tiene que pasar otro periodo de casi medio año "en una fase de sustitución y refuerzo".

Preguntada acerca de los retos personales o profesionales que vienen por delante, considera que le gustaría desarrollar aptitudes que le ayuden a que aquellos con quienes trate vean en ella "un referente de justicia y, al mismo tiempo, no dejen de ver a la persona".

"Siempre he pensado que, para ser un buen profesional en cualquier ámbito, se debe ser primero una buena persona", agrega la joven.

De lo que está segura es que tiene muchas ganas de aprender: "Siempre hay algo que mejorar y aspectos que podemos potenciar para que los demás puedan ver en nosotros un ejemplo de rectitud, que no está reñido con brindar un trato próximo y adecuado a la realidad de cada persona".

En este punto, subraya que aunque "es cierto que los jueces deben ceñirse a aplicar la ley", dentro de su labor hay también "un componente humano insustituible".

Apostar por uno mismo

Si tuviera que dar la clave sobre su preparación, María Ortega sostiene que es fundamental "la seguridad en uno mismo, tanto en casa como el día del examen". De ella misma destaca la seguridad y la claridad a la hora de exponer los temas.

"El contenido de los temas es el núcleo duro, pero hay que saber qué espera de ti un tribunal con personas tan brillantes como las que te están examinando. Hay que estar a la altura de las circunstancias y ser consciente de lo que se espera de ti", asegura. 

Además, lanza un mensaje a las personas que piensan en empezar una oposición como la suya o aspiran a ser jueces: "Creo que lo primero que uno debe plantearse antes de iniciar este camino es si está dispuesto a renunciar a ciertas cosas y hasta qué punto".

"La oposición te coloca en situaciones complicadas de las que solo se puede salir apostando por uno mismo, lo que implica sacrificar muchas cosas, al menos temporalmente", explica, tras haber conseguido ser jueza a los 25.

Otro de los puntos esenciales dice ser "la confianza y comunicación con los preparadores": "Es fundamental tener una relación de confianza, tanto para lo bueno como para lo malo; confiar cuando te dice que has hecho un buen cante, pero también cuando te corrige o intenta orientarte acerca de la forma de enfocar la oposición".