Estación de Tratamiento de Agua Potable en Benimamet. EE
Valencia construirá pozos en Pío Baroja, Tres Cruces, Malilla y Ronda Nord para autoabastecerse de agua
Las plantas podrán llegar a producir hasta 200 litros por segundo, una cuantía que hubiera evitado la reducción de presión nocturna en Valencia tras la dana.
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La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, realizó este jueves en su segundo debate del estado de la ciudad una batería de anuncios con los que encarará la segunda mitad del mandato y que serán su carta de presentación de cara a las elecciones municipales de 2027.
Una serie de proyectos entre los que destaca uno especialmente: el Plan de Infraestructuras Críticas 2026-2031 para que Valencia pueda autoabastecerse de agua potable ante situaciones de emergencia como las vividas con el apagón del pasado mes de abril o la dana de octubre.
Según reconoció la propia Catalá en su discurso, ambas situaciones comprometieron el suministro. "Fue una situación muy compleja" y, durante los días posteriores, el gobierno municipal decidió reducir la presión nocturna para garantizar el agua potable a los municipios de la zona cero.
El proyecto necesitará de una inversión de 120 millones de euros y se basará en la construcción de cuatro pozos y plantas potabilizadoras para asegurar que, ante situaciones catastróficas como aquellas, Valencia tenga garantizado el suministro al menos durante 48 horas, o más.
Por lo pronto, el consistorio ya tiene elegidos los cuatro puntos de la ciudad en los que emplazaría estas plantas de autoabastecimiento: la primera, se situaría en Pío Baroja, y la intención es que esté finalizado en el segundo trimestre de 2027. Podría llegar a producir 150 litros de agua por segundo.
Las plantas de autoabastecimiento que se construirían y funcionarían a partir de otros tres nuevos pozos se desarrollarían más tarde: serían los de Tres Cruces, con una producción de 200 litros por segundo, Malilla y, por último, Ronda Nord. Ambos con la misma capacidad.
Los pozos, por su parte, se nutrirían de un acuífero con una capacidad de 2.500 hectómetros cúbicos que se encuentra bajo la ciudad.
Las cuantías, según el estudio preliminar realizado por el propio Ayuntamiento, hubieran evitado la reducción de presión nocturna en toda Valencia.
Tubería crítica en el cruce del barrio de Malilla. EE
Tuberías críticas
El plan, que se enmarca en el eje de proteger a la población ante futuras emergencias, también incluiría la renovación de 8,9 kilómetros de tuberías arteriales para "hacer más fuerte el sistema" y minimizar el riesgo de roturas.
Se trata de tres tuberías críticas por las que llega el agua a la ciudad y que, según expuso Catalá, hay que reforzar porque una rotura "tendría unas enormes implicaciones en la prestación del servicio".
Estas se sitúan en San Isidro, Malilla y hacia el Saler, por la V-30. En caso de que se rompiera la primera, quedaría comprometido el suministro a un tercio de la ciudad de Valencia, mientras que la fractura de la segunda, la de Malilla, implicaría un descenso de presión en un cuarto del municipio.
En el caso de El Saler, la rotura supondría el desabastecimiento de la zona. Junto a estas tres, también existe una tubería que resulta clave en el suministro de agua potable para la mitad de la capital: la que transcurre por debajo de Avenida del Cid.
El refuerzo de todas ellas costará al consistorio un total de 22,6 millones de euros.
Riego de zonas verdes en la ciudad. EE
Valencia y París
Por otra parte, también se invertirán 10,8 millones de euros en aumentar la red de baja presión. Como explicó Catalá, Valencia es la única gran ciudad, junto a París, que tiene una red de agua para los servicios urbanos. La intención es ir ampliando la red para adecuarla al crecimiento de la ciudad.
Con esta actuación se conseguiría que el 100% de las zonas verdes de la ciudad se riegue con agua de pozos y reducir en un 25% el transporte en cubas de agua para baldeo.
De forma paralela, también se buscará aprovechar el agua que se achica en las estaciones de metro y ferrocarril. Tan solo en las estaciones de Cabanyal o Turia se extrae 1,2 hectómetros cúbicos de agua. La idea es aprovecharla para limpiar las calles mediante el baldeo o para riego.