Una de las razones que retrasó el "pacto proporcional" anunciado este viernes para la entrada de Vox en el Gobierno local de Valencia fue las elevadas pretensiones iniciales de Juanma Badenas, portavoz en la ciudad. Fuentes conocedoras de las negociaciones confirman a EL ESPAÑOL que solicitaba una vicealcaldía y las concejalías de Hacienda y Grandes Proyectos.

No fue hasta la irrupción en la negociación de Ignacio Gil Lázaro, presidente provincial del partido, que la formación se abrió a un acuerdo con competencias de menor peso. Finalmente, ostentará las áreas de Empleo, Familia, Fiestas (sin Fallas) y Parques y Jardines. Y Badenas no será vicealcalde, sino segundo teniente de alcalde.

El protocolo del acto de presentación del acuerdo de Gobierno ya lo relegó este viernes al tercer lugar del equipo de Gobierno, por detrás de la alcaldesa y de la primera teniente de alcalde, María José Ferrer San Segundo (del PP).

[La alcaldesa de Valencia hace oficial su pacto con Vox, que gestionará las áreas de Empleo, Familia y Fiestas]

Bastó una reunión liderada por Gil Lázaro -aunque la misma fue de alrededor de cinco horas- para sellar un acuerdo que llevaba cuatro meses sin materializarse. Con el dirigente valenciano, ex del PP y hombre de la estrecha confianza de Santiago Abascal en Madrid, fluyó el entendimiento.

La alcaldesa, sin embargo, le echó un capote a Badenas al anunciar el pacto. Ambos aseguraron que las negociaciones las habían liderado los representantes de Valencia. Pero en absoluto fue así por parte de Vox.

De hecho, este mismo viernes Vox ensalzó el protagonismo de Gil Lázaro tras el acuerdo. Justo después de presentarlo y participar en la primera Junta de Gobierno local, los cuatro concejales de Vox se reunieron con el diputado nacional. El partido difundió este encuentro interno con fotografías y una breve nota de prensa en la que solo había declaraciones de Gil Lázaro.

"Se trata de un pacto firme entre dos partidos que funcionarán como un solo gobierno, así es como lo pretende VOX", dijo. "Nos encontramos ante cuatro personas con entidad profesional que serán de gran utilidad para el interés de la ciudad, en cada una de las áreas que a partir de hoy ocupan", dijo sobre los ediles.

El pacto

"Querida alcaldesa... Hoy es un buen día para la ciudad de Valencia", así inició el dirigente de Vox su intervención en el acto de presentación del nuevo pacto de Gobierno, en un tono muy distinto al de las últimas semanas.

Tanto Catalá como Badenas escenificaron afinidad pese a las recientes desavenencias. "Va a haber gran cordialidad entre las dos partes", apostilló el nuevo segundo teniente de alcalde.

Los dos aseguraron que, personalmente, se llevan de forma "fantástica". "Otra cosa son los avatares políticos", contrapuso el líder de Vox, quien recalcó que los comentarios de los últimos días se lanzaron desde "la ironía y la metáfora". "Son recursos que utilizo para realzar los mensajes en ese terreno", dijo.

La alcaldesa, por su parte, manifestó que juntos afrontarán los grandes retos de la ciudad de Valencia y que así se facilita la gobernabilidad. Ahora, los cuatro concejales de Vox se suman a los 13 que ya había del grupo popular. Juntos tienen los 17 que representa la mayoría absoluta en el hemiciclo.

María José Catalá y Juanma Badenas. Efe / Juan Carlos Cárdenas

"Lo importante es al punto al que hemos llegado fruto de una negociación que se lleva gestando cuatro meses. La política, a veces, tiene fuegos artificiales", destacó Catalá. 

El acuerdo entre el PP y Vox se produce tras una escalada de presión por parte de Vox para acceder al ejecutivo, en el que el partido de extrema derecha llegó incluso a menospreciar a la alcaldesa.

"La señora Catalá no tiene ni idea de la acción política, de ponerse de acuerdo con el otro. Vive en su mundo cerrado, con sus concejales, y se cree que ella sola puede hacer las cosas sin tener la fuerza democrática necesaria", llegó a decir en una entrevista concedida a À Punt.

El escenario autonómico era una presión añadida para Catalá. Carlos Mazón, que necesitaba los votos de Vox para llegar a la presidencia de la Generalitat, alcanzó un pacto rápido con el partido el pasado mes de julio. Desde entonces ha apostado por minimizar las estridencias de sus socios.

Catalá, como todos los líderes municipales que fueron la lista más votada, no requería Vox para ser investida. Afrontó la negociación con una mayor postura de fuerza, ya en el Gobierno. Pero su apuesta chocaba con la regional y se encontró con una respuesta destructiva por parte de Vox. La formación ya había iniciado una estrategia de boicot a las políticas municipales, aunque coincidieran con su ideario.