La portavoz del Gobierno valenciano, Ruth Merino (PP), se desmarcó este viernes de las declaraciones del conseller de Agricultura, José Luis Aguirre (Vox), que cargó en Les Corts contra "el fanatismo climático" y la Agenda 2030, a la que calificó de "perversa". 

Merino subrayó que el Consell sí cree en el cambio climático y recordó que después de la intervención parlamentaria de Aguirre fue el turno de la titular de Medio Ambiente, Salomé Pradas, del PP. La consellera "abogó por luchar contra los efectos del cambio climático" con un discurso opuesto al de sus socios.

Así, entre las líneas de trabajo de Aguirre para esta legislatura se encuentra la lucha contra la Agenda 2030, según desgranó él mismo desde la tribuna de Les Corts, mientras que su compañera de gobierno unos minutos después se comprometió a proteger el medioambiente. 

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En esta línea se pronunció también Merino. La portavoz del Consell apostó por trabajar por la sostenibilidad encontrando un "equilibrio" entre el respeto al medioambiente y el crecimiento económico y el desarrollo de la Comunitat Valenciana, pero "sin fanatismos". 

"Los fanatismos no llevan a ningún sitio, pero ni de un lado ni de otro", dijo. 

La también consellera de Hacienda expresó su "respeto" por los discursos parlamentarios que puedan pronunciar los demás consellers, pero resaltó que "evidentemente", como "personas diferentes" no tienen "por qué estar de acuerdo al cien por cien". 

Pero esta disparidad de opiniones no supone, según aseguró la propia Merino en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell, que existan fricciones entre los miembros del Consell a la hora de tomar decisiones.

"No hay disputas internas que hagan que se retrasen medidas o se bloqueen otras", comentó, al tiempo que subrayó que "la acción de gobierno" la tienen "clarísima". "Todos trabajamos en equipo y somos un único gobierno", aseveró. 

Ruth Merino, portavoz del Gobierno valenciano, en la rueda de prensa posterior al pleno. EFE

Violencia de género

No es la primera vez que un miembro del Ejecutivo autonómico nombrado por el PP matiza a uno de los consellers de la cuota de Vox.

En cuestiones relacionadas con la violencia de género, la vicepresidenta segunda y consellera de Igualdad, Susana Camarero, ha manifestado en numerosas ocasiones que la violencia machista es una lacra contra la que hay que luchar, pese a que desde Vox no reconocen su existencia.

El partido de Santiago Abascal habla de violencia doméstica. La Conselleria de Justicia incluso llegó a equiparar en redes sociales los dos casos de mujeres asesinadas por violencia machista con el caso de Alcàsser en el que una mujer mató a su pareja, un comentario en el que se comprometían a erradicar "todo tipo de violencia en el ámbito doméstico hacia las mujeres, hombres y niños".

No obstante, Camarero comenzó su primera intervención en el parlamento autonómico recordando a todas las mujeres asesinadas. Insistió en el compromiso para acabar con la violencia machista y anunció una actualización del pacto valenciano contra la violencia de género.  

24 horas después, en la misma tribuna en la que la vicepresidenta explicaba su plan para acabar con la violencia que sufren las mujeres, la consellera de Justicia, Elisa Núñez (Vox), hablaba de "violencia doméstica".

La dirigente de extrema derecha se ponía como objetivos proteger a "todas las víctimas", entre las que incluía mujeres, menores, mayores y personas con algún tipo de discapacidad.