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La Navidad de Vigo, especialmente en la Plaza de Compostela, atrapa todas las miradas de turistas y locales estos meses, incluso a nivel gastronómico. Pero en la misma Alameda olívica podemos encontrar uno de los restaurantes más interesantes de la ciudad, que destaca por su amor al "mestizaje" desde detrás de la gran noria viguesa.

La Mestiza comenzó su andadura en Vigo más tarde de lo esperado: "En diciembre del año 2019 cogimos el local, pero en marzo del 2020 vino la pandemia y terminamos abriendo en junio de 2021", afirma a Treintayseis Saida, responsable de la sala y dueña, junto a su marido, Anxo, y su compadre, Juan, del establecimiento.

Anxo, "responsable de toda la magia que vais a comer", lleva 24 años detrás de fogones. Empezó curioseando en el bar familiar y acabó trabajando en cocinas de renombre como Pedro Madruga (Baiona), Casa Solla (Poio) o La Pleta (Valle de Arán).

Esta pasión por la cocina se la ha trasladado a Saida desde hace más de una década. Así, se fue formando el sueño de abrir un restaurante, que se materializaría en La Mestiza en 2021, desde donde experimentan y crean con sabores y aromas de todo el mundo.

"Hacemos comida fusión, comida tradicional con un toque diferente", resume Saida junto a una de las ventanas de La Mestiza situadas a pie de calle. Recuerda que es venezolana: "Siempre metemos a lo mejor algo que yo recuerdo de mi infancia", explica, aunque también incluyen métodos de la gastronomía asiática, la gran pasión de Anxo.

Remontar las deudas y concretar la idea

Durante la pandemia, Saida, Anxo y Juan fueron acumulando gastos al no poder abrir el restaurante en las condiciones que querían. De hecho, el cocinero había dejado su trabajo en Baqueira para empezar en La Mestiza, pero se vio obligado a volver al cabo de un par de meses.

Una vez inauguraron en junio de 2021 el local, la acogida fue buena. "Abrimos en verano, entonces como que es más fácil. Gracias a Dios siempre hemos tenido gente", admite Saida, que asegura que las claves del éxito de La Mestiza es la calidad de los platos y una atención "muy esmerada, sin ser demasiado protocolaria".

"Hacer las cosas bien, que la gente se sienta cómoda y a gusto. No que se sienta como en su casa, porque tú no sales de casa para comer como en tu casa", añade la dueña de La Mestiza, que explica que intentan adelantarse siempre a los deseos de los comensales: "Leer un poco cómo está el cliente, intentar que se sientan atendidos en todo momento".

Así, poco a poco fueron creciendo y ajustando su oferta. Comenzaron con la idea de abrir durante todo el día, pero pronto la desecharon para concentrarse en servir comidas y cenas. También aumentaron los días de descanso, tanto por el bien del personal como el suyo propio, para "trabajar para vivir, no vivir para trabajar".

Una de las mejores burratas de la ciudad

Tras casi cinco años de actividad, La Mestiza se ha convertido en un punto de encuentro para empresas y vecinos de la zona. Pero lo que más le emociona a Saida son las parejas jóvenes que deciden gastar su dinero en su restaurante: "Viene mucha gente joven, nos da mucha ternura. Pensamos que igual tienen ahí su dinerito y deciden gastarlo aquí".

También cuentan con clientes habituales que tienen claro cuál es su plato preferido de La Mestiza: la burrata. "Nos la traen directamente desde Bali, no pasa por distribuidor. Una burrata de 200 gramos súper cremosa", detalla Saida, que también destaca el canelón de mató.

Con el paso de los años se han especializado, además, en carnes grandes. "Mi socio, mi compadre, está en República Dominicana y viaja mucho por Estados Unidos, y nos decía que probáramos con carnes como rebay o tomahawk", explica la jefa de sala, que considera que para mucha gente son un referente en este tipo de productos.

En cuanto a los postres, Saida tiene claro cuál es el rey de la carta: el arroz con leche. En este sentido, recuerda que prácticamente toda su carta es sin gluten o tienen una versión para adaptarse a este tipo de intolerancia, así como ofrecen "bastantes opciones para veganos y vegetarianos".

La carta ha sido siempre la misma desde la inauguración, con la incorporación de las carnes y algunos pescados. "Entonces, lo que hacemos es meter muchas sugerencias", añade Saida, a apenas unos minutos de comenzar el servicio de la noche del miércoles, un día algo más tranquilo en comparación con los fines de semana.