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La mermelada es un clásico en los desayunos españoles, especialmente cuando se trata de un desayuno tranquilo en casa o en una cafetería. Aunque no es tan omnipresente como el pan con tomate en Cataluña o la tostada con aceite y tomate en Andalucía, sigue siendo una opción muy popular, sobre todo entre quienes prefieren un desayuno dulce.
De hecho, la mermelada casera es una tradición muy arraigada en Galicia, donde la abundancia de frutas de calidad y el gusto por los productos naturales han hecho que muchas familias la preparen en casa. Aunque en otras partes de España también se consume mermelada, en Galicia destaca especialmente por el uso de frutas autóctonas y de temporada, lo que le da un carácter especial y diferenciador.
Cabe destacar que las abuelas gallegas tienen un don especial para hacer mermelada casera, aprovechando las frutas de temporada y sin prisas, dejando que todo se cocine a fuego lento para conseguir el mejor sabor. Aquí te dejo una receta tradicional con manzanas gallegas (como la variedad tabardilla o reineta), aunque puedes usar otras frutas como peras, ciruelas o moras.
En Galicia, la mermelada casera es más que un simple dulce para untar en el pan. Es una tradición que ha pasado de generación en generación, una forma de aprovechar la abundancia de fruta de los huertos y conservarla para los meses más fríos. Las abuelas gallegas preparan sus mermeladas con paciencia, ingredientes naturales y un profundo respeto por los sabores auténticos de la tierra.
Ingredientes
1 kg de manzanas gallegas (o la fruta que prefieras)
500 g de azúcar (ajustable según el dulzor de la fruta)
1 limón (zumo y ralladura)
1 rama de canela (opcional)
100 ml de agua (o vino albariño para darle un toque especial)
Paso 1
Lavar, pelar y cortar las manzanas en trozos pequeños.
Paso 2
Rociarlas con el zumo de limón para que no se oxiden.
Paso 3
Poner las manzanas en una olla con el azúcar, la ralladura de limón, el agua (o vino albariño) y la rama de canela.
Paso 4
Cocinar a fuego lento, removiendo de vez en cuando, hasta que la fruta se ablande y se forme una mezcla espesa (unos 30-40 minutos).
Paso 5
Si te gusta una mermelada con trozos, puedes dejarla tal cual.
Paso 6
Si prefieres una textura más fina, tritúrala con una batidora o pásala por un pasapurés.
Paso 7
Esterilizar los tarros hirviéndolos en agua durante 10 minutos.
Paso 8
Rellenarlos con la mermelada caliente, cerrar bien y darles la vuelta para hacer el vacío.
Paso 9
Dejar enfriar y guardar en un lugar fresco y oscuro.
Los consejos de las abuelas gallegas para hacer esta mermelada es echar menos azúcar y darle más sabor: las abuelas suelen usar menos azúcar que las recetas industriales, ya que confían en el dulzor natural de la fruta.
Igualmente, es importante darle toques especiales: algunas añaden un chorrito de orujo gallego o un poco de miel para potenciar el sabor. Y como no, tener paciencia y ponerle cariño: la clave es el fuego lento y remover con cuchara de madera, como se ha hecho siempre. En definitiva, esta mermelada es perfecta para acompañar una tostada de pan de Cea, un queso de tetilla o incluso un bizcocho casero.
Las mermeladas caseras no solo se usan para el desayuno. En Galicia, las abuelas las aprovechan para hacer tostadas de pan de Cea: un desayuno clásico con mantequilla o queso de tetilla.
De la misma forma, se suele utilizar como acompañamiento de quesos: especialmente con el queso San Simón o Arzúa-Ulloa. También como relleno de empanadas dulces y bizcochos: la mermelada de manzana es clave en muchas recetas tradicionales. Igualmente, como contraste con carnes: algunas se combinan con cerdo o caza, siguiendo la tradición de lo agridulce.
¿Por qué sigue siendo tan popular? A pesar de la facilidad de comprar mermeladas industriales, en muchos hogares gallegos se sigue elaborando la versión casera. No solo por su sabor auténtico, sino también porque es una forma de recordar a las abuelas y mantener viva una tradición culinaria que forma parte de la identidad gallega.
Hacer mermelada en Galicia no es solo cocinar, es un acto de cariño y un homenaje a los productos de la tierra. ¡Sabe a hogar y a recuerdos entrañables!