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El Celta recibía este lunes al Fútbol Club Barcelona en su mejor momento: un tren de victorias en Liga y en Europa que los de Claudio Giráldez ansiaban culminar con la primera victoria como locales de la temporada. Sin embargo, los primeros tres puntos en casa van camino de convertirse en un hito inalcanzable.

Con un once inicial conformado por Andrei Radu, Manu Fernández, Carl Starfelt, Marcos Alonso, Óscar Mingueza, Hugo Sotelo, Ilaix Moriba, Sergio Carreira, Ferran Jutglá, Borja Iglesias y Pablo Durán y con una nueva exhibición de raíces gallegas, en esta ocasión, por medio de la danza -Nova Galega de Danza presentó el espectáculo "Leira" en Balaídos- arrancaba un partido marcado por otro protagonista, la lluvia.

En los primeros compases del encuentro, abierto en ambas bandas y con un juego verdaderamente ofensivo por parte de ambos equipos, llegaba la primera acción decisiva: Un penalti a favor del Barcelona por una presunta mano de Marcos Alonso. Balaídos se llevaba el primer enfado de la noche por una amonestación que ni siquiera había sido protestada por los propios jugadores azulgranas.

El instinto de Radu no iba desencaminado, pero el guardameta no era quien de detener el tiro de Lewandowski, quien ponía a los suyos por delante y anotaba, además, el primer tanto de su hat-trick logrado ayer en la ciudad olívica.

Pero el Celta, cuando demuestra garra, siempre tiene premio. Y la reacción local fue inmediata: Apenas un minuto después Sergio Carreira llevaba las tablas a Balaídos y la alegría a las gradas. Lamentablemente, la sed de gol del polaco volvía a imponerse en el minuto 37 de la primera parte, esta vez, no por la pena máxima.

Con todo, los olívicos parecían dispuestos a repetir remontada. Una vez más aparecía uno de los estandartes actuales del club vigués para volver a equilibrar la balanza: Borja Iglesias se sumaba al pulso anotando el 2-2 en el minuto 43 de juego.

Pero llegar al descanso sin ventaja no parecía ser una opción contemplada por Lamine Yamal, que lograba subir al marcador el 2-3. Así se metía media victoria el equipo culé en el bolsillo al término de la primera mitad.

Finalmente, no había tercera remontada para los olívicos, ya que Lewandowski sentenciaba el encuentro en el 73. Así, un 2-4 en Balaídos que no hace justicia al buen juego del Celta, pero sí a la manera en la que el FC Barcelona logró ser más efectivo aprovechando, también, errores caros de los locales.