Hubo que esperar a escuchar el himno de la competición europea para que el Celta de Vigo diese a su afición la primera alegría de una temporada, 2025/2026, que no comenzó todo lo bien que se esperaba: Empates y derrotas -las dos últimas, encadenadas- y ninguna victoria.
El desafío era histórico: Puntuar en Europa tras nueve años. La afición quería -y quiere- seguir con la fiesta, aunque algunos empezaban a mirar a Claudio Giráldez como el responsable de que la música dejara de sonar -el propio técnico porriñés hacía alusión hace escasos días a que la situación que atravesaba el Celta era similar a cuando en una discoteca se encienden las luces para parar la fiesta-.
Pero hubo música -y cañera-: A la actuación en directo de Fillas de Cassandra y Mondra le siguió un siempre espectacular "Oliveira dos cen anos", después el himno de la competición europea y el esperado "Aspas on fire", que auguraba la remontada a pocos minutos del fin de una primera parte en la que el Celta había cosechado varias y buenas oportunidades, pero no había estado tan fino como el PAOK: Una llegada a la portería, un gol. Giakoumakis quiso irse con la música y la fiesta a Grecia, pero, una vez más apareció, a sus 38 años, el Rey de las Bateas.
El Celta fue superior en posesión y en oportunidades, por lo que, a la vuelta del descanso -con un 1 a 1 que llevaba la esperanza a las gradas- era necesario afinar y sentenciar para conciliar el sueño europeo. Ahí estuvieron Williot para afinar y Borja Iglesias para materializar el gol: La remontada se producía, para alegría de todos, en el minuto 53.
Pero Williot quería marcar y era la noche para hacerlo. El sueco vencía a Pavlenka para anotar el 3 a 1, aunque un posible fuera de juego ponía en standby la celebración. Finalmente, tras revisarlo el VAR, el tanto definitivo subía al marcador y desataba la locura -y la "Rianxeira"- en Balaídos.
Los protagonistas
Swedberg aseguró que el equipo, lejos de fijarse en el potencial del rival, se "concentró" en sí mismo: "Era muy importante ganar este partido", aseguró el sueco tras el encuentro. "La afición siempre cree en nosotros".
Por su parte, Borja Iglesias, quien volvía a confesar que "estaba onde quero estar e eso se nota", manifestaba que el "sueño" de volver a Europa y "ter estas emocións na casa" se había materializado: "Vivimos un partido con moitas emocións, moita intensidade e moito apoio".
A pensar en el Atlético de Madrid
Fiel a su espíritu técnico, Giráldez aseguraba en rueda de prensa que no había tiempo para regodearse en la victoria debido a lo "apretado" que estaba calendario, sino que había que pensar en el partido contra el Atlético de Madrid, el equipo "más en forma de Europa". No obstante, el entrenador sí quiso ensalzar la "superioridad" de sus jugadores y la recuperación de la esencia celeste.
