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A Canceira de Poio, en la provincia de Pontevedra, ha lanzado un grito de auxilio para poder sacar de la perrera a Pincho, un perro que, debido al estrés que sufre al estar entre rejas, padece ataques epilépticos. 

El animal ya había estado en la protectora, pero, en los últimos cinco años, había podido estar en una casa de acogida. Durante este periodo, el can apenas sufrió este tipo de ataques, por lo que desde la protectora insisten en sacarlo de entre los barrotes "cuanto antes" porque "su salud corre peligro". 

Desde A Canceira de Poio también han pedido ayuda para encontrar un hogar para Miki, un gato con leucemia que se ha quedado solo tras ser adoptados su madre y sus hermanos.