Cartel de 'Un filósofo en la arena'

Cartel de 'Un filósofo en la arena'

Toros FERIA DE SAN ISIDRO

Francis Wolff, el filósofo 'prohibido': "Un torero no tortura; un torturador no arriesgaría su vida"

El pensador francés no puede proyectar en España 'Un filósofo en la arena', donde reflexiona sobre las corridas de toros: ninguna distribuidora la quiere.

27 mayo, 2019 01:28

Francis Wolff es un filósofo francés, profesor emérito en la École Normale Supérieure de París, experto en filosofía antigua, Sócrates y Aristóteles. Ha publicado No hay amor perfecto, Porqué la música, Filosofía de las corridas de toros, 50 razones para defender las corridas o Tres utopías contemporáneas: hacia la unidad política de la humanidad, entre otros títulos. Ahora, protagoniza Un filósofo en la arena, filme donde analiza la tauromaquia desde una perspectiva contemporánea: qué sentido tiene en una sociedad que humaniza los animales.

¿Por qué tiene el aficionado la sensación de que usted es un extraterrestre en el mundo de los toros?

Creo que los aficionados a los toros no son buenos defensores de la corrida de toros. La verdad es que soy aficionado a los toros pero vivo en París, absolutamente fuera del ambiente taurino. No vengo de una familia taurina. Es natural para los aficionados españoles y buena parte de los franceses ir a los toros. Para mí, es una cosa que no tiene nada de natural. Siempre he vivido en un mundo académico, donde es algo extraño, curioso, raro, etcétera. Para entender lo que significa la tauromaquia en el mundo de hoy hay que tener distancia. La mayoría de los aficionados que quieren defender la corrida de toros no están preparados para ello.

Le propusieron convertir 'Filosofía de las corridas de toros en una película', pero se negó, alegando que era recorrer el camino a la inversa: ya había trasladado las imágenes a conceptos. ¿Le resultó difícil sintetizar la tauromaquia?

Sí. Invertí más de 20 años. Empecé mi afición a los toros al mismo tiempo que entré en la filosofía, al mismo tiempo, en el año 69. Poco a poco empecé a pensar, no como aficionado: quería saber qué significaba todo eso. La primera pregunta que tiene que hacer un filósofo es ¿qué es? No hay respuesta única y sencilla a la pregunta qué es la tauromaquia. No se asemeja a nada. No se puede poner poner en una caja y decirla tauromaquia es esto. Eso, para un filósofo, es algo importante. Ver que existe un fenómeno particular y absolutamente único. Filosofía de las corridas de toros se inicia con una reflexión. Una discusión con Socrates, que nunca ha visto una corrida y quiere una definición y nadie puede hacerlo. Tiene la estructura de un diálogo platónico. Lo que más me interesa son los últimos capítulos. La tauromaquia no es arte, porque no crea obras. Es una forma de estilización de algo que no se repite, que tiene que ver con el arte contemporáneo pero usando conceptos clásicos de estética. Eso es lo más interesante.

¿Cuál es la ética de la corrida de toros?

Es una ética muy antigua. Siempre he dicho que es una ética aristocrática para todo el mundo. O sea, es una ética del valor, es una ética del triunfo de los mejores, es una ética del soldado, es una ética que tiene que ver con esa ética tradicional que viene de los griegos y atravesa los siglos. Es una ética que cada uno puede defender y entender, ética para todo el mundo. En la vida común debemos aplicar la ética de la igualdad, del respeto. El torero debe tenerla en cuenta a la hora de enfrentarse a su adversario. Debe respetar el principio, ser torero en todo momento, no salirse de la función. ¿Qué significa? Significa que tiene el derecho de matar al animal respetado sólo con la condición de arriesgar su propia vida.

¿Por qué debe morir el toro?

Hay motivos éticos, motivos estéticos y motivos simbólicos. El motivo simbólico: cuenta la historia de cualquier ser vivo. Lucha por vivir, lucha por defender su libertad y necesariamente va a terminar vencido, muriendo. El motivo ético muestra el triunfo de la inteligencia humana sobre la fuerza animal. El motivo estético es que en el mismo gesto de la estocada está resumido todo el sentido de lo que nos ha precedido. Se resume en un gesto. El gesto de arriesgar la vida para mostrar la superioridad. Un concepto de Hegel. La superioridad del hombre que sabe que debe morir, y es capaz de arriesgar su vida porque conoce el valor de la vida.

¿Qué problema hay para que la gente no entienda que es mejor morir en la arena luchando que morir de forma anónima en un matadero?

Hay muchos motivos para no poder entenderlo. Hay un proceso de identificación con el animal. No estoy en contra de la identificación con el toro. Incluso el aficionado se identifica mucho con el toro. Pero hay que empezar esa identificación justo en el momento del nacimiento del toro. Y terminarla cuando muere. Si se resume la vida sólo al final, necesariamente, la posición normal sería no entender por qué vamos a herir y matar a un animal sólo para divertirnos. O para crear arte. O como he dicho mil veces, para transformar el miedo de morir en belleza.

¿Por qué el torero no es un torturador?

Porque ningún torturador arriesga su propia vida.

Habla en la película de que la corrida se defiende por ser la expresión de una minoría que resiste a la globalización. En España se reivindica la tauromaquia como una mayoría, un espectáculo de masas, sólo superado por el fútbol. 

Es la peor defensa de la tauromaquia.

¿Por qué?

La salud relativa de la fiesta de los toros en Francia se explica porque es un fenónmeno minoritario. Ha luchado durante todo el siglo XX por su supervivencia contra el imperialismo del norte. En España se ha reivindicado como la fiesta nacional. Cualquier joven de la nueva generación va a rechazar a la corrida por ser un fenómeno asociado a la identidad. La película no es una defensa de la tauromaquia: dice lo que es.

"Con la muerte de la tauromaquia corre peligro la idea de la transgresión", se dice en la película. ¿Hasta qué punto?

No lo digo yo. Viene de la referencias literarias del siglo XX, asociadas a la idea de transgresión, de la muerte. Viene del surrealismo. Es verdad que como hoy la cultura es más higiénica que transgresora es uno de los motivos que explican por qué se está perdiendo la tauromaquia.

De hecho, la izquierda, en Francia, no ha renunciado a los toros.

Es lo que digo. Todo lo que se hace aquí para defender la tauromaquia acelera su pérdida.

Confirma los prejuicios.

Totalmente. Relacionado con el nacionalismo, el franquismo. La España de siempre, que es vista por el otro lado como la España negra. El objetivo es totalmente distinto.

¿Es peligrosa la ideología del animalismo?

Defender a los animales es una cosa, identificarlos con las personas es peligroso. Es totalmente distinto. El animalismo es la extensión del humanismo, vale. Pero a partir del momento en el que niega la especificidad de las personas, justo ahí, es peligroso.

Un filósofo 'prohibido' en España

"Por un lado aplicamos a los festivales de San Sebastián, Valladolid, Málaga, Sevilla, a los principales festivales de cine de España, y ninguno la tomó. Se nos hizo muy raro. Es una producción mexicano española. Sobre todo en Málaga, que impulsan las producciones latinas y españolas. Los festivales son las plataformas idóneas para conocer a los distribuidores", explica Jesús Múñoz, uno de los directores de Un filósofo en la arena las dificultades para introducir la película en España.

"La mandamos a doce distribuidoras. Ninguna estuvo interesada en tomarla. El argumento es siempre el mismo: no quieren tocar el tema de los toros. Es un mercado pequeño o un mercado con demasiada polémica. No les interesa entrar en esos problemas. No se atreven a decirte que es mala, al contrario, alguna vez nos han felicitado, pero dejando claro que ni de coña la iban a agarrar con este tema".

Un filósofo en la arena ha cumplido nueve semanas en cartelera en México, "en 45 cines repartidos en 14 ciudades", señala Múñoz. Ahora, negocia la venta de los derechos a las plataformas de streaming en Estados Unidos. En España, la única posibilidad es asomarse por Tendido cero. "Algo no cuadra", dice. "Ahorita estamos con Televisión Española, por si la pueden pasar en La 2. TVE dijo que no, que es un tema que no les interesa. Nos sorprendió: es un tema esencial para la cultura del país en muchos sentidos. La quieren gratis. Ni de coña gratis". La audiencia de Tendido cero es limitada. "Nuestra intención es que paguen por ella y la pongan entera. Están empujando desde el programa para poder hacerlo".

¿Qué le dice esta situación de las élites culturales españolas? "Me sorprende mucho. Se me hace peligroso que en cualquier país las decisiones de distribución de medios estén controladas por factores políticos, contra la libertad de expresión y la libertad cultural. La democracia militante le hace daño al país. ¿Quién decide que se vea algo? Me queda claro que no hay madurez para poner sobre la mesa ciertos temas, para hablar de ellos más allá de las posturas enfrentadas y el maniqueísmo".