En plena crisis mundial por el coronavirus, la instagramer rusa Katerina Didenko decidió hacer una fiesta de disfraces por su cumpleaños un tanto inusual. Los invitados se disfrazaron con mascarillas, trajes de aislamiento, gafas de protección -todo de mentira- que no pudieron evitar el trágico desenlace de la celebración. Una imprudencia cometida acabó la vida del marido de la bloguera y dos amigos muertos.

Didenko decidió celebrar el aniversario su nacimiento en un spa de Moscú con 18 amigos entre los que se encontraba su pareja. Fue cuando grabó partes de la celebración para que el millón y medio de seguidores que le siguen en Instagram vean en directo lo bien que se lo pasan. Y, de repente, deciden echar 25 kilogramos de hielo seco en la piscina con la intención de crear un efecto de humo. Pero no contaban con la reacción química que se produjo, absolutamente tóxica para los humanos.

Cuando se funde el hielo seco en el agua se produce una cantidad ingente de dióxido de carbono, cuya inhalación puede ser perjudicial -y letal en este caso- en un espacio que no tiene la ventilación necesaria para esto. Y Didenko, sin percatarse de lo que estaba ocurriendo, seguía grabándolo todo con la cámara delantera de su móvil. Sus invitados, sin embargo, lejos de divertirse se estaban asfixiando y también se quemaban porque la reacción química es nociva para la piel.

La imprudencia le costó la vida al marido de Didenko y a dos de sus amigos. Y la instagramer, ahora viuda, ha lamentado profundamente la pérdida de sus más allegados. De hecho, sigue compartiendo su dolor y el de la hija que tenía en común con su esposo fallecido, que le pregunta continuamente sobre el paradero de su padre. Otros siete invitados que acudieron al exclusivo cumpleaños están graves y pendientes de evolución.

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