No hay paz para Irene Montero. Si la ministra de Igualdad no está en la picota por una cosa, está por otra totalmente distinta. Después de la conmemoración del 8M, el Día Internacional de la Mujer que supone una de las fechas relevantes para su ministerio, la de Podemos ha sido duramente criticada por el sector feminista transexcluyente, por la derecha y sus propios socios de gobierno por las desafortunadas publicaciones de su secretaria de Estado y, por supuesto, por sus críticos habituales.

Toda esta sobreexposición mediática no es, sin embargo, una rareza en la vida de Montero, sino una desagradable rutina. En este contexto, desconocemos lo que ha llevado a Pablo Iglesias a recuperar del baúl de los recuerdos un vídeo en el que la ministra, cuando todavía era una estudiante universitaria en su último curso de Psicología en la Complutense, animaba a la ciudadanía a sumarse a la huelga general que los sindicatos promovían contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2010.

El vídeo, firmado por el sindicato Comisiones Obreras, muestra a Irene Montero con un grupo de amigas sentada en el césped al lado de una oficina de empleo. Poco después, un chico se instala cerca y ella le pregunta: "¿Tú qué, también por aquí?". "Me echaron el otro día, sin un duro de indemnización, y solo voy a cobrar cuatro meses de paro", responde él. "Yo ya estoy cansada de esto, tenemos que hacer algo", le replica la ahora ministra.

"Qué escándalo"

Irene Montero tenía 22 años en aquel momento y, a juzgar por su participación en el vídeo de CCOO, ya ejercía una militancia activa. Pablo Iglesias ha sido quien ha recuperado el documento y lo ha compartido en su cuenta de Twitter, ironizando sobre unas imágenes en las que "un miembro del Gobierno actual llama a participar en una huelga general, qué escándalo", ha escrito a modo de cebo:

CCOO, CGT y UGT fueron los sindicatos convocantes de una huelga general de 24 horas que se produjo el 29 de septiembre de 2010 contra la reforma laboral, la reducción salarial en el sector público y la congelación de las pensiones. Se criticaba que el Gobierno de Zapatero había aprobado un marco legal que desregularizaba el mercado de trabajo, aumentaba la temporalidad, abarataba el despido y reducía los derechos de las indemnizaciones. Sostenían las fuerzas sindicales que reforzaba el poder empresarial, debilitaba la negociación colectiva, privatizaba la gestión del desempleo y ampliaba el campo de actuación de las Empresas de Trabajo Temporal.

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