Cuando uno no la elige, la soledad tiene efectos devastadores para la salud mental y física. Si, además, añadimos a ese estado el escollo de la vejez, el momento en el que afloran la dependencia y los achaques, cuando se ve el final de la vida más cerca, obtenemos una escena dramática. En España, durante 2020, había 4.849.900 personas viviendo solas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). De ellas, un 46% tenía 65 años o más, siendo mujeres en un 70,9%.

Si no hay familiares que acudan al rescate, que se conviertan en cuidadores de padres, abuelos o tíos, la saturación de las prestaciones públicas que gestionan los Servicios Sociales los estaría condenando a muerte si tampoco tienen la fórmula y/o el dinero para gestionarse una residencia. Teniendo en cuenta que todos queremos envejecer y tener una vida larga, parece mentira que nuestros mayores estén tan arrinconados en nuestro país y a nadia parezca importarle demasiado.

El enésimo ejemplo de la trágica situación que viven muchos se ha hecho viral en Twitter en los últimos días. Un médico de Familia que realiza divulgación a través de las redes sociales ha compartido la historia de su paciente, un hombre mayor que acudía a una revisión para valorar un posible tratamiento y realizarse una exploración neurológica y cognitiva, resultando todo en los parámetros normales.

"No dar asco"

El hombre quiso darle una hoja donde llevaba escritos "sus problemas", alegando que prefería comentarlos de ese modo. "Doctor, estoy sufriendo física y mentalmente. No me funciona bien nada. Caminando, me canso rápido. Se me engancha el riñón derecho. Las cervicales mal. Si muevo el cuello, pierdo el andar recto", comenzaba enumerando el hombre antes de meterse a valorar asuntos más psicosociales:

"No tengo ilusión de vida. No tengo ni mujer ni hijos, ni dinero para ir a una residencia. Me parece que tengo neuralgia. Solo pienso en morir sin sufrir, para descansar y no dar trabajo ni asco", terminaba el hombre una carta que ha generado miles de reacciones en la red social. Tantas que, primeramente, el médico aclaró que pidió permiso antes de compartir la carta y que él se fue de allí más motivado. También, que el profesional esperaba con su publicación una reflexión sobre el problema social de los mayores:

Y, desde luego, consiguió sobradamente la reflexión en Twitter, donde muchos le han dado las gracias por la publicación que les ha pellizcado emocionalmente. De hecho, han sido muchas las personas que han manifestado su intención de ayudar al hombre y que han recordado que entidades como Cruz Roja mantienen en activo programas de voluntariado de acompañamiento de personas mayores:

Aseguró más tarde el médico que estaban gestionando introducir a su paciente en uno de los programas sociales para que busque ayuda social y tenga contacto con voluntarios que le hagan compañía y que ojalá puedan devolverle su ilusión por vivir.

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