Desde que la buena de Cecilia Giménez restauró el Ecce Homo de Borja con nefasto resultado allá por 2012, a todas las aberraciones artísticas que se han cometido en nuestro país desde entonces se les conoce con el sobrenombre de Ecce Homo aunque nada tengan que ver con la iconografía religiosa. Es el caso de la última chapuza que ha trascendido, ubicada en el centro de Palencia.

Concretamente, en el número 9 de la Calle Mayor de la ciudad palentina, un edificio patrimonial que alberga la sede de Unicaja y que ha visto cómo la cabeza de una de las esculturas de su relieve ha dejado paso a una especie de Mister Potato tan ridículo que sus fotografías están dando la vuelta a España e inspirando todo tipo de bromas en Twitter.

El pintor palentino Antonio Capel daba la voz de alarma a través de su página de Facebook el pasado sábado calificando lo ocurrido de "picia" que, por si no conocen este término, significa travesura o acción que causa daño o molestia. Al artista no solo le ha indignado que la escultura haya quedado "hecha un Cristo" y que su autor o autora haya cobrado por ello, también le cabrea que "la persona que lo ha encargado se ha quedado tan ancha":

Fue este martes cuando los medios de comunicación empezaron a hacerse eco de la chapuza y las redes sociales se han fundido en una carcajada. Desde aquellos que se esfuerzan por encontrarle parecido al nuevo rostro de la figura a los que han usado al nuevo Ecce Homo para representar su estado de ánimo, pasando por aquellos que creen que ha sido un homenaje: 

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