El presidente Pedro Sánchez comparecía el pasado miércoles en un acto público para presentar el Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia o, lo que es lo mismo, la previsión que ha hecho el Gobierno de la recepción y gestión de los fondos para la reconstrucción que ultima la Unión Europea, que suponen la llegada de hasta 140.000 millones de euros a España en los próximos seis años desde la primavera de 2021.

Bruselas reclama a los gobiernos un plan concreto sobre cómo repartirán las ayudas y es por eso que Sánchez ha desgranado algunos de los objetivos y los sectores que se beneficiarán, siendo fundamentales la transición ecológica y la transformación digital. Cualquiera diría que en una cita tan seria como esta, en la que se explicaba la hoja de ruta que busca sacar a flote el país, iba a ser otro elemento completamente externo a la misma el que coparía buena parte de los titulares; pero así ha sido. 

Y es que antes de comenzar la intervención del presidente, La Moncloa nos deleitó con unos minutos musicales de la mano del pianista británico afincado en nuestro país, James Rhodes. Interpretó, en un guiño europeo, uno de los fragmentos del Cuarto Movimiento de la Sinfonía nº 9 de Beethoven, el que fue escogido en 1972 como Himno de la Unión Europea, cuyo origen nos reemonta a la Oda a la Alegría escrita por Friedrich von Schiller en 1785 y musicada después por el famoso músico alemán.

Rhodes interpreta la melodía poco después del minuto 23 de este vídeo:

Sin embargo, como anticipábamos, lejos de aplaudirse la banda sonora en un acto tan rígido, las críticas comenzaron a volar en Twitter e incluso Rhodes tuvo que salir al paso para dar algunas explicaciones. Ha señalado que se sentía "orgulloso de ser parte de Europa; pero aun más orgulloso de llamar a España mi hogar". También que se sentía "triste" por ver a la gente "furiosa" con su intervención, aclarando que "no he recibido ni un céntimo":

Lo cierto es que el nombre de Rhodes ocupó las tendencias de la red social durante todo el día al recibir todo tipo de críticas y descalificativos como estos:

Finalmente, Rhodes ha decidido cortar por lo sano con la polémica y tomárselo con una gran ironía, recordando que él siempre será el mayor crítico consigo mismo:

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