No sabríamos decir con precisión qué es lo que ha ocurrido en estos años para que Miguel Bosé haya pasado de ser el paradigma de la modernidad en este país a convertirse en uno de sus cuñados más famosos. El cantante lleva semanas sembrando el pánico en las redes sociales al compartir información falsa y divulgar entre sus seguidores varias teorías conspiranoicas sobre el coronavirus, las vacunas y Bill Gates.

Bosé ha enarbolado la bandera de los antivacunas porque está convencido, en síntesis, de que incluye un microchip en cada dosis con el que el magnate de Microsoft controlaría nuestras vidas. En esta ocasión, siguiendo con esta estela delirante, ha compartido un gráfico fraudulento sobre la presunta incidencia de la mortalidad por covid entre la población que se había vacunado de la gripe.

Comentaba el cantante en las respuestas al tuit original que "la farsa no tiene fin" y lo compartía augurando, en mayúsculas y entre exclamaciones, que "nos quieren matar":

Como suele ocurrir desde que Bosé lanza este tipo de mensajes desde sus redes sociales, las respuestas se cuentan por miles. Unos pocos le dan la razón y las gracias por "atreverse" a decirlo; pero la mayoría apunta la "irresponsabilidad" del cantante al difundir bulos de esta envergadura entre sus más de 3 millones de seguidores en Twitter.

Una de esas respuestas, precisamente, ha llamado especialmente la atención por dos cosas. La primera, es que está escrita por el escritor Juan Gómez-Jurado —que no suele meterse en berenjenales— y, la segunda, es que éste no se corta ni un pelo a la hora de calificar a Bosé de "subnormal" para pedirle que se calle porque "hay gente que te lee y se cree esas paridas":

Sorprende también que Gómez-Jurado guarde su cuidado léxico en el cajón para dirigirse de forma tan contundente a Bosé, máxime cuando es el adalid de preservar la tranquilidad en Twitter e incluso suele dar trucos para no dejarse liar por los haters. En este caso ha sido él quien ha ejercido de hater, pero aun así se ha llevado una gran ovación:

De hecho, la repercusión ha sido tal que el escritor ha ironizado sobre el tema:

Lo cierto es que esta nueva faceta de Gómez-Jurado nos gusta tanto o más como su templanza a la hora de decirles a sus críticos "tienes razón" y mandarles "un fortísimo abrazo".

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