Irene Montero lleva poco más de un mes ejerciendo de ministra de Igualdad y sus peripecias nos han dejado material como para llenar toda una legislatura de memes. La exposición pública de la exportavoz de Unidas Podemos se multiplica en las redes sociales, donde además de su propia cuenta en Twitter y la del partido, se vale también de la plataforma ministerial para la difusión de algunos actos surrealistas que han recibido un aluvión de críticas. 

El 13 de enero, con la ceremonia de traspaso de carteras, el equipo de comunicación de Montero tomó las riendas de la cuenta del Ministerio de Igualdad y el cambio de estilo se dejó notar desde el principio. Mucho más contenido multimedia, más declaraciones, más retuits de los órganos subordinados. Algo que no sería censurable si en medio del contenido político no fuesen colando otro tipo de vídeos, como poco, inapropiados.

La primera sorpresa llegó en forma de retuit a la cuenta personal de la ministra. Días después de la publicación original de Montero, el Ministerio compartió un vídeo en el que la ministra acuñaba el que parece será su sello de identidad al más puro estilo reality show: las cámaras siguiendo cada uno de sus pasos en su primera visita al Instituto de la Mujer.

Besos por doquier, declaraciones de colegueo, sonrisas y un contenido político que brilla por su ausencia:

Este primer capítulo de lo que algunos han bautizado ya como la sitcom del año le valió a Montero el primer reguero de críticas:

El segundo capítulo llegaría días después, de nuevo, en forma de retuit. El vídeo compartido muestra la reunión que Montero mantuvo con la delegación de la ONU Mujeres para América Latina y el Caribe. Misma puesta en escena (esta vez sin bebé, eso sí) y ningún contenido político claro:

Días más tarde, el Ministerio publicaba un vídeo propio para mostrar cómo había quedado la fachada del edificio ministerial (buenos planos para la cabecera de la serie, dicho sea de paso):

Son unas imágenes aparentemente inocentes, pero que a algunas feministas no le han sentado nada bien por un pequeño detalle:

El cumpleaños total

El 13 de febrero, Irene Montero cumplió 32 años y recibió la sorpresa de su equipo, que le había preparado una tarta. Grabaron absolutamente todo y después fue ella misma la que compartió el vídeo en las redes sociales. La audiencia había dado la última palabra:

El cumpleaños de Irene Montero en el Ministerio

El Ministerio, al menos, no lo retuiteó esta vez; pero no hizo falta:

Y llegamos al quinto capítulo. Cuando parecía que las hazañas televisadas de Montero habían tocado techo llegó la famosa reunión con influencers. Porque como todo el mundo sabe siempre es mejor rodearse de instagramers que de expertos para hacer políticas que mejoren la vida de la gente:

Las tuiteras no sabían si reír o llorar:

El barómetro del TikTok

Las críticas parecen no afectarles en absoluto a los responsables del Ministerio de Igualdad y lo más probable es que continúen con su huida hacia delante sin analizar si su estrategia es la más adecuada. Quizás no lo hagan, ojo, porque ya manejan los datos que les interesan. Su peculiar barómetro para medir el impacto de sus políticas es este:

El tema sería hasta divertido si no estuviesen pasándoselo pipa a costa del dinero de los contribuyentes y obviando además la intensa agenda que un Ministerio tiene encima de la mesa. La filósofa, sexóloga y autora del libro Maldita Feminista, Loola Pérez, está siendo una de las más críticas con el cariz que está tomando el asunto:

La experta ha atendido de nuevo a EL ESPAÑOL al otro lado del teclado, después de la entrevista que concedió hace algunos días a Lorena G. Maldonado, para explicar por qué son tan peligrosos este tipo de contenidos cuando son los políticos los que están detrás: "Podemos quiere convencer de que lo más revolucionario que hay ahora es hacer vídeos guais sobre el cumpleaños de su líder. Culto, pan y circo. La política convertida en un reality show supone que se pierda credibilidad en las instituciones".

Si el Ministerio de Igualdad ya no contaba con una mayoría de fans —"¿y para cuándo un Ministerio del hombre?", ya saben—, la estrategia de Montero podría acabar de darle la puntilla a base del "infantilismo" que denuncia Pérez: "Se exhibe impúdicamente cuando ponen más atención a su imagen en redes que al impacto de las políticas que se pueden impulsar. Se esfuerzan en muchos vídeos por parecer naturales cuando todo está sumamente estudiado y consiguen el efecto contrario".

Misión: "endulzar" a Irene

Pérez está inscrita en Podemos y quizás por eso se sienta más decepcionada con lo que está haciendo el partido en este ámbito. "Esto es una manera sumamente infantil de demostrar su declive. Que se ponga el foco de atención en el número de visitas de una aplicación como TikTok, que es la favorita del público adolescente, dice mucho de la mala imagen que tiene Irene Montero; pero es que en política hay que saber hacer política y no solo predicar", critica.

También censura que la ministra aparezca constantemente portando a su bebé en actos oficiales y cree que se trata de una estrategia para suavizar su imagen: "Hay un interés por endulzar su figura, por comunicarle al mundo que 'soy una mujer, soy madre, concilio, tengo los mismos problemas que tú...'. Me recuerda a la exministra italiana de Berlusconi, Georgia Meloni, con su "soy una mujer, soy cristiana...'".

Concluye su análisis observando que "la tendencia de Montero de mostrar qué buena madre es y cómo concilia llevándose a su hija al Ministerio y exhibiéndola entre cámaras que tratan de no enfocarle la cara nos hace pensar si acaso solo concilia ella, porque esa misma escena no se repite con Pablo Iglesias", concluye.

Con la temporada a medias, no sería descabellado pensar que desde Igualdad van a seguir sorprendiéndonos con su edulcorado relato diario. Quizás aquí los Simpsons sí puedan ayudarnos, como suelen hacerlo, para predecir qué nos espera en los próximos días:

[Más información: 'Menuda es Irene', así es la 'serie' que se introduce en las entrañas del Ministerio de Igualdad]

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