Apenas quince días después de Semana Santa nadie podía imaginarse que aquel sábado 16 de abril de 1983 algo histórico iba a suceder en el programa musical Caja de Ritmos que emitía Televisión Española.

Carlos Tena dirigía y presentaba este espacio transgresor que comenzaba a las 12:30 horas, después de algunas series infantiles, siendo punta de lanza de una programación cada vez más moderna en el único canal que existía en España.

Vestido de extraterrestre, hacia el final del programa, Tena presenta a Las Vulpes, embajadoras punk de la ría bilbaína por aquel entonces: "No recuerdo bien, me parece que eran de una ciudad que estaba en la cloaca nuclear cantábrica... Bilbo, o Bilbao... no lo recuerdo bien porque luego tomó parte en el asunto la Comunidad de Reconstrucción Social. ¡Las Vulpes, vaya casta!", soltó el presentador para dar paso a los tres minutos demoledores de Me gusta ser una zorra:

Versión deconstruida hasta el extremo del clásico de los Stooges, I wanna be your dog -Quiero ser tu perro, 1969-, las vascas no tuvieron reparo en ponerse delante de la cámara para soltar cosas como "prefiero masturbarme yo sola en mi cama antes de acostarme con quien me hable del mañana, prefiero joder con ejecutivos que te dan pasta y luego vas al olvido" o "quiero meter un pico en la polla a un cerdo carroza llamado Lou Reed".

Nadie nunca, en aquella España que todavía conservaba un cierto aroma a naftalina, había escuchado nunca a unas mujeres diciendo tal cosa en la televisión. Y menos en horario infantil. Al finalizar la actuación, que puede verse junto al resto del programa en este enlace al archivo de RTVE, Carlos Tena bromeaba diciendo de la canción que "incluso tuvo problemas con la comunicad moralista del Gran Consejo Videoinformativo", una afirmación que se convirtió en presagio y acabaría por forzarle a presentar su dimisión. 

El ABC dijo basta

Comenzó entonces a gestarse un frente común, una zona crítica con la canción de Las Vulpes que encontró respaldo en el Partido Demócrata Popular y en el diario ABC. Cabe recordar que, en 1983, era imposible volver a ver una actuación televisiva a la carta, así que imaginamos que el boca a boca sirvió en este caso de altavoz de aquel escandaloso Me gusta ser una zorra. Por lo de pronto, al sábado siguiente, el 23 de abril, en vez de Caja de Ritmos se emitió una corrida de toros en la Real Maestranza de Sevilla.

Pero el bombazo llegó cuatro días más tarde, cuando el ABC dedicó su editorial a la actuación del grupo vasco, titulando el texto con un contundente "Ya basta". El artículo, que puede leerse en su versión impresa original, defendía que la canción de Las Vulpes "degrada a la sociedad española, subleva al padre de familia, indigna al ciudadanos responsable, quebranta la intimidad del hogar, lesiona lo establecido en la Constitución y traspasa los límites de lo tolerable". También resalta "la circulación de imágenes y textos destinados al submundo de la patología sexual" en una "televisión monopolizada por el Estado".

Las Vulpes fue una de las bandas con las que se inició el rock radical vasco

El escándalo acabó en los tribunales poco tiempo después. El Juzgado de Instrucción Número 21 de Madrid admitiría a trámite en el mes de mayo una querella criminal presentada por la Fiscalía General del Estado contra el director, Carlos Tena; contra la autora, Loles Vázquez, y la cantante de Las Vulpes, Mamen Rodrigo, por escarnio público. Los tres se enfrentaban a cinco años de cárcel y diez de inhabilitación. Tena presentaría su dimisión el 10 de mayo alegando que se encontraba "en un grado de indefensión jurídica de la que no puedo escapar". Después de tres años la causa quedó sobreseída; pero supuso el primer gran debate sobre los límites de la libertad de expresión.

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