Internet ha dado muchos héroes virales, pero pocos tan memorables como el dependiente chino que tuvo que enfrentarse a una señora y llevarla a juicio por intentar robar unas plantillas de 75 céntimos. El suceso, y el subsiguiente juicio, fue narrado con hilarantes consecuencias por Andrea, una de las empleadas, convirtiéndose en un éxito viral inmediato que llegó a eclipsar a otro mediático juicio, el de Gürtel.

El hilo dejó un tuit que es historia viva de Internet:

Ese mismo instante acabó causando una sentencia polémica que absolvía a la señora, todo por que este buen hombre solo quería que le pidieran perdón. Un perdón que nunca le pidieron.

Sin embargo la vida sigue y él continúa con su tienda y también con unas tiernas dificultades con el idioma que trata de reducir día a día y aumentando su vocabulario poco a poco. Su último esfuerzo se ha centrado en aprender la palabra "veneno" y la forma no ha decepcionado a Internet.

Se equivoca: no la queremos a ella, queremos a su jefe. Y punto.