El repartidor que propinó una bofetada al youtuber alicantino MrGranbomba por haberle llamado "cara anchoa" durante una de sus bromas de cámara oculta, le reclama la mitad de las ganancias económicas obtenidas con los vídeos. Así lo ha informado el abogado del trabajador, Carlos Frigola, quien ha indicado que el acto de conciliación contra el youtuber se ha fijado para el próximo 30 de mayo, en el juzgado de primera instancia de Alicante.

En declaraciones a Europa Press, Frigola ha explicado que lo que piden en este acto de conciliación, previo a la presentación de una querella criminal, es que MrGranbomba "reconozca que ha vulnerado el derecho al honor, la privacidad y la imagen" de su cliente así como las "calumnias e injurias" que ha emitido contra él.

Además, el letrado entiende que el youtuber se ha lucrado con los vídeos de la broma y las circunstancias posteriores que se han generado "sin el consentimiento" del repartidor, por lo que solicita "una reclamación económica del beneficio obtenido a costa de mi cliente".

Cara anchoa le da una galleta por listo.

Esta reclamación económica ascendería a la mitad del beneficio obtenido, aunque no lo ha podido cifrar, ya que tras la repercusión mediática de la broma, el youtuber vendió su canal en Internet por un importe que no ha desvelado alegando un contrato de confidencialidad.

CONDENADO A UNA MULTA DE 30 EUROS

Por su parte, el juzgado de Instrucción número 8 de Alicante condenó el pasado marzo a pagar una multa de 30 euros al repartidor por haber abofeteado al youtuber durante la broma de cámara oculta y le eximió de pagar una indemnización al denunciante.

De este modo, la sentencia, de 42 páginas, establecía una condena menor de la que pedía tanto la acusación particular -180 euros e indemnización de 300 euros-, como la Fiscalía -multa de 120 euros-. Asimismo, reconocía que el conocido youtuber se ha lucrado con la grabación de la broma.

MrGranBomba, cuyo nombre real es Sergio Soler, decidió eliminar sus perfiles en las redes sociales tras la polémica. El vídeo se convirtió en viral en apenas unas horas y la reacciones que provocó hicieron al joven alicantino cortarse la coleta como youtuber. Él mismo difundió la agresión, acompañando el vídeo con una denuncia, pero todo fue distinto a como imaginó: la gente se puso de parte del repartidor. 

"No hay ningún motivo para agredir a alguien por decir 'caraanchoa'. Es flipante que haya tenido la mala suerte de encontrarme a esta individuo. He tenido que tocar con un desequilibrado mental que lo único que hace es tratar así a la gente. Porque ya habéis visto su personalidad: prepotente, estúpido, y con una cara de mala hostia... ¡un delincuente!", se despachaba Soler sobre el trabajador al que intentó gastar una broma.

Antes de vender su canal, dejó sólo dos vídeos en los que aparecía colaborando para una ONG, eliminando el resto, en los que aparecía oliendo el pelo a chicas o abordando a desconocidos en la calle. Era consciente, según sus declaraciones, de que un día le partirían la cara y en algún momento exigió mayor reconocimiento porque, según él, se la jugaba