Sandra reconoce que con un contrato a media jornada es imposible llegar a fin de mes viviendo sola

Sandra reconoce que con un contrato a media jornada "es imposible" llegar a fin de mes viviendo sola

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Sandra, comercial, sobre su sueldo a media jornada: "Cobro hasta 1.000€ pero es imposible llegar a fin de mes viviendo sola"

La empleada explica que sus 20 horas semanales y el coste de la vida dejan su economía muy ajustada.

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Sevilla
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Sandra trabaja como comercial en Parfois y resume su situación con claridad. Asegura que con su contrato de media jornada tiene un salario de unos 800 euros al mes y que suele alcanzar los 1.000 euros gracias a las horas extra.

Según explica, si ella viviera sola le "resultaría imposible llegar a fin de mes". Afirma que el empleo es estable y que disfruta del trato con la gente, aunque reconoce que el sueldo no siempre guarda relación con el esfuerzo diario.

Decidió comenzar a trabajar mientras estudiaba en la universidad porque buscó independencia económica desde joven.

Relata que nunca quiso depender de sus padres y que prefirió costearse los estudios por su cuenta. Con el paso del tiempo empezó a compartir gastos con su pareja y ambos compraron un piso, lo que incrementó sus responsabilidades financieras.

Explica que esa decisión la llevó a buscar un ingreso fijo que le permitiera afrontar los pagos sin dificultades. Sandra admite que le costaría sostener sus gastos con un único sueldo.

Detalla que los precios suben de forma constante y que la alimentación, el transporte y los suministros consumen gran parte de su salario.

Cree que la estabilidad económica solo es posible porque comparte gastos con su pareja. Fuera de ese apoyo, afirma que mantener una vida independiente sería inviable con un contrato de 20 horas semanales.

Descarta un empleo extra

A pesar de sus ingresos ajustados, descarta buscar trabajos adicionales. Explica que el cansancio acumulado y los horarios del comercio le impiden compaginar otro empleo.

Prefiere centrarse en su puesto actual y proteger su equilibrio personal. Señala que en varias ocasiones valoró la posibilidad de asumir más tareas, pero siempre descartó la idea al analizar el desgaste que supondría.

Sandra describe también los aspectos más duros de su trabajo. Lamenta que algunos clientes actúen con falta de respeto y traten a los dependientes "como si fueran sirvientes".

Trato con los clientes

Considera que ese comportamiento desgasta a quienes trabajan en comercio y afirma que muchos clientes no valoran el esfuerzo que exige mantener una buena actitud durante toda la jornada. "Esa falta de empatía convierte algunos días en experiencias frustrantes", asegura.

La empleada cree que parte del problema es "la confusión" sobre su papel en la tienda. Explica que algunos clientes "responsabilizan al personal de decisiones que fija la empresa, como las políticas de devolución o los precios".

Le gustaría que entendieran que ella solo puede atender, asesorar y facilitar el proceso de compra. "Yo solo soy una trabajadora", concluye mientras recuerda que las normas no dependen de su criterio ni pueden modificarse desde el mostrador.