Marta tiene que compartir piso porque ve imposible adquirir una vivienda

Marta tiene que compartir piso porque ve imposible adquirir una vivienda

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Marta (31), sobre el acceso a la vivienda: "Tengo que alquilar una habitación porque dejo el 60% de mi sueldo en pagar"

La joven sevillana denuncia que los precios del alquiler son "insostenibles" y que vivir sola "es ya un lujo imposible".

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Sevilla
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Marta, una trabajadora de 31 años residente en Sevilla, asegura que ha tenido que renunciar a vivir sola por los elevados precios de la vivienda.

"He tenido que alquilar una habitación porque dejar el 60% de mi sueldo en pagar un piso era insostenible. Al final, trabajas solo para poder tener un techo y poco más", lamenta.

Su experiencia refleja una realidad cada vez más común entre los jóvenes andaluces. Según explica, "en Sevilla los precios están disparados".

"Cuando busqué piso, me pedían 900 euros por un apartamento minúsculo. Y eso sin contar los meses de fianza, los gastos y los avales. Es imposible empezar una vida así", cuenta.

Marta afirma que esta situación le genera frustración y cansancio. "No quiero seguir compartiendo con desconocidos a mi edad, pero no me queda otra", comenta.

Asegura que, a pesar de tener un trabajo estable, no consigue independencia económica para poder permitirse irse a vivir sola.

"Me da rabia porque tengo un contrato fijo, pero aun así no llego. Si esto le pasa a alguien con empleo estable, no quiero imaginar cómo lo hacen los que están en prácticas o con sueldos más bajos", detalla.

"Es una derrota generacional"

Para ella, la dificultad de acceder a una vivienda digna representa algo más que un problema económico. "A veces pienso que tener 30 años y no poder permitirte vivir sola es una derrota generacional", reflexiona.

"Mis padres con mi edad ya tenían una casa comprada, y yo ni siquiera puedo alquilar sin hacer malabares", confiesa.

"No hay margen para ahorrar"

Marta también se queja de la falta de medidas que equilibren los sueldos con el coste del alquiler. "Los sueldos no suben al ritmo del alquiler. Da igual lo que estudies o cuánto trabajes, el dinero se va en vivir, literalmente. No hay margen para ahorrar, y mucho menos para pensar en comprar", explica.

La opinión y vida de Marta resume el sentimiento de muchos jóvenes que intentan independizarse, pero el precio del alquiler y compra de la vivienda no les permite irse de casa o dejar de compartir piso.

"Siento que vivimos atrapados en un bucle. Trabajas para pagar y pagar para poder seguir trabajando. Es desesperante", concluye Marta, con la esperanza de que las administraciones "escuchen de una vez a quienes solo pedimos poder vivir con dignidad".