Sevilla
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Fran lleva más de dos décadas trabajando como albañil en la misma empresa. Sin embargo, su salario apenas ha cambiado en estos años.

Su nómina mensual ronda los 1.500 euros, una cantidad que considera insuficiente para afrontar todos los gastos familiares.

Por eso, en sus ratos libres realiza pequeños trabajos por su cuenta. "En mis ratos libres hago chapús y hay algún amigo o conocido que me ha pedido que le haga algo más grande en la casa", cuenta.

Estos encargos particulares, aunque esporádicos, suponen un alivio económico importante. "De esos trabajos más grandes puedo sacar perfectamente 3.000 euros", señala.

Sin embargo, ese esfuerzo tiene un precio. Fran reconoce que compaginar el empleo con las obras a sus amigos o conocidos implica renunciar a su tiempo de descanso. "Sacrifico mi tiempo libre y los momentos que puedo pasar con mi familia", reconoce.

Aun así, este tipo de trabajos no los suele realizar con regularidad, aunque varía según la demanda. "Igual solo lo hago una vez al mes o una cosa así", comenta.

"Así puedo permitirme unas vacaciones"

"Si son trabajos grandes como encalar paredes o poner suelos, me saco un dinerito que voy ahorrando y así puedo permitirme unas buenas vacaciones en verano", explica.

Su objetivo no es solo ganar y acumular dinero, sino mantener cierta estabilidad y disfrutar de pequeños lujos. "Nos gusta irnos unos 15 días por ahí", reconoce.

Fran admite que su situación es cada vez más común entre los trabajadores del sector. La subida del coste de la vida hace que muchos profesionales busquen alternativas fuera del horario laboral.

"Viviría asfixiado"

"Si no fuera por los trabajos que me busco por mi cuenta, viviría asfixiado, porque mi sueldo es muy normal, no llega a los 1.500 euros", asegura.

En casa, aún convive con su hija, mientras su hijo ya se ha independizado. El albañil afirma que no se plantea dejar su empleo estable, a pesar de que las obras privadas le generen mayores ingresos en menos tiempo. "Con una buena obra por mi cuenta de 3.000 euros puedo echar el mes, pero no dejo mi trabajo", insiste.

Para Fran, el trabajo fijo representa un ingreso estable, aunque insuficiente, en su vida, y los encargos extra, una ayuda para mantener el equilibrio económico familiar y para poder permitirse unas vacaciones