"Un profesor en Alemania puede ganar entre 3.000 y 3.500 euros brutos al mes"
Una profesora sevillana, en Alemania: "Los colegios están mejor equipados y el respeto al docente es otro"
Llegó "con 20 años pensando que sería solo una experiencia para aprender alemán", pero al final decidió hacer su vida allí.
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"Los colegios están mejor equipados y el respeto al docente es otro". Así resume Cristina Segura, una profesora sevillana de 33 años, la gran diferencia que ha encontrado entre enseñar en España y hacerlo en Alemania, donde lleva viviendo desde hace más de una década.
Llegó "con 20 años pensando que sería solo una experiencia para aprender alemán", pero al final ha construido su vida en Fráncfort, donde trabaja en una escuela pública.
Cristina comenzó la carrera de Magisterio en Sevilla, pero tras dos años decidió dar un giro a su vida. "Siempre me había atraído la idea de vivir en otro país y aprender idiomas. Me vine a Alemania para estudiar alemán y acabé quedándome", recuerda.
Mientras se adaptaba a un nuevo idioma y a una cultura muy distinta, terminó sus estudios de Magisterio a distancia combinando trabajo y formación.
Hoy enseña en un colegio alemán a niños de entre seis y diez años y asegura que el cambio ha merecido la pena.
"Aquí hay medios para todo. Las aulas cuentan con pizarras digitales, materiales de laboratorio, tablets para los alumnos y espacios adaptados al aprendizaje", relata.
Más allá de los recursos materiales, Cristina subraya que lo que más le sorprende es la consideración social hacia los maestros.
"En Alemania, cuando dices que eres profesora, la gente te respeta. Las familias confían en nosotros y no discuten las decisiones del docente. En España, por desgracia, eso ha cambiado mucho", comenta.
También destaca las condiciones laborales. "Un profesor en Alemania puede ganar entre 3.000 y 3.500 euros brutos al mes, según el estado federado. El nivel de vida es más alto, pero también hay estabilidad, apoyo institucional y tiempo real para preparar las clases", explica.
Según cuenta, la conciliación familiar es otro de los puntos fuertes: "El sistema está pensado para que tengas vida fuera del trabajo".
Sin embargo, no todo es perfecto. Cristina admite que echa de menos la cercanía del trato en las aulas españolas. "Aquí todo es más formal, más contenido. En Andalucía tenemos un modo más cálido de enseñar y de comunicarnos. Eso se echa en falta", reconoce con cierta nostalgia.
Pese a ello, no se plantea volver a corto plazo. "Echo de menos mi tierra, pero aquí tengo estabilidad y reconocimiento", afirma.
A la vez, relata que, en Sevilla, muchos de sus compañeros de carrera "siguen encadenando sustituciones".
Su historia refleja la de tantos jóvenes españoles cualificados que, como ella, han tenido que salir al extranjero para encontrar la estabilidad y el respeto profesional que su país aún les niega.