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Salud

Sevilla atiende cada año a más de 4.500 pacientes de Alzheimer: "Los cuidadores forman parte del tratamiento"

El Día Mundial del Alzheimer, que se conmemora este 21 de septiembre, pone el foco sobre una realidad que avanza silenciosamente y para la que no existe cura.

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Sevilla
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Cada año, más de 4.500 pacientes de Alzhéimer son atendidos en los hospitales de Sevilla. Solo el Virgen del Rocío recibe a más de mil nuevos pacientes en su Unidad de Demencias, mientras que el Virgen Macarena atiende a más de 3.500 personas en su Unidad de Deterioro Cognitivo.

Son cifras que reflejan la magnitud de una enfermedad que, según el Servicio Andaluz de Salud, dejó más de 8.000 diagnósticos en Andalucía durante 2023 y que, lejos de ser un asunto individual, impacta de lleno en familias enteras, ya que "los cuidadores forman parte del tratamiento".

El Día Mundial del Alzheimer, que se conmemora este 21 de septiembre, pone de nuevo el foco sobre una realidad que avanza silenciosamente y para la que, a día de hoy, no existe cura.

Una de las personas que ha padecido la mencionada enfermedad, desde el papel de cuidadora, es Luisa Menchón, vecina del barrio de la Macarena.

Se hizo cargo durante siete años de su madre enferma de Alzheimer. A sus 65 años reconoce que atravesó una de las etapas más duras de su vida.

"Es realmente dura, posiblemente de lo más duro que he vivido. No podía dormir por las noches, me despertaba dando gritos llamándome mamá, no podía salir y dejarla con otra persona porque tenía comportamientos agresivos", recuerda.

El desgaste físico se mezclaba con el emocional. Ver cómo su madre, "una mujer fuerte y siempre independiente", se convertía en dependiente absoluta fue para ella devastador: "Mi madre siempre lo había llevado todo hacia delante, y verla tan débil me destrozó".

La pérdida de memoria de su madre fue especialmente dolorosa para la familia. "A mí me llamaba mamá, de alguna forma me reconocía, pero a mis hermanas y a mis hijos los había olvidado por completo. Mi hijo, que fue un nieto al que tuvo entre algodones, lloraba cada vez que la veía", relata Luisa.

Con el avance de la enfermedad, la madre de Luisa quedó postrada en una cama de hospital en casa. "Allí la bañaba, allí hacía sus necesidades. Hubo un día en que se tumbó y nunca más se levantó", recuerda.

El papel de las asociaciones

Frente al alcance limitado de la atención hospitalaria, surgen asociaciones como AFA Aljarafe, que dan apoyo integral tanto a pacientes como a sus familias. Marta Ponce, psicóloga del centro, explica que su labor empieza desde la primera llamada.

"No es necesario que venga la persona afectada, atendemos al familiar. Les asesoramos sobre qué pasos dar, qué decir y qué no decir, y qué fases tiene la enfermedad entre otros aspectos", expone la experta.

En sus instalaciones se trabaja con terapias no farmacológicas que complementan los tratamientos médicos: estimulación cognitiva, talleres de reminiscencia, psicoterapia, terapia ocupacional o incluso terapia con animales. "El objetivo es ralentizar el deterioro cognitivo o, al menos, mantenerlo", aclara.

Pero el apoyo no se limita a los enfermos. "Los cuidadores también forman parte del tratamiento", matiza la psicóloga.

"La manera en la que el cuidador se relaciona con la persona con Alzheimer puede favorecer o perjudicar su evolución. Por eso organizamos grupos de ayuda mutua cada 15 días, donde los familiares pueden desahogarse y recibir orientación", explica Ponce.

Actualmente, AFA Aljarafe atiende de forma directa a unos 60 usuarios y a sus respectivas familias —más de 120 personas—, además de realizar unas 360 primeras citas de asesoramiento al año.

También desarrollan programas de prevención en municipios del área metropolitana de Sevilla y jornadas de sensibilización en centros de salud, ayuntamientos y espacios para mayores.

Una enfermedad social

El Alzheimer no solo compromete la memoria o las capacidades físicas: desestructura familias enteras y genera un alto nivel de dependencia. La OMS lo considera ya una de las principales causas de discapacidad en la vejez.

En Sevilla, la presión asistencial recae sobre las unidades hospitalarias, pero también sobre asociaciones que suplen las carencias del sistema sanitario en el acompañamiento emocional y cotidiano.

Casos como el de Luisa demuestran que no es solo una enfermedad de pacientes, sino de familias que se ven obligadas a reorganizar sus vidas alrededor de ella.

El Día Mundial del Alzheimer vuelve a recordar que el reto está en ampliar recursos, visibilizar la enfermedad y reforzar la atención a los cuidadores, porque como resume Marta Ponce: "Cuando atendemos a un paciente de Alzheimer, también estamos atendiendo a toda una familia".