El doctor Salvador Morales frente al Hospital Virgen Macarena.

El doctor Salvador Morales frente al Hospital Virgen Macarena. Colegio de Médicos de Sevilla

Salud

Salvador Morales: "Sin estómago se puede hacer una vida muy cercana a la normalidad"

El experto en cirugía digestiva apunta a que "en un futuro cercano, la IA podrá asistir en tiempo real durante una operación".

Más información: El doctor Salvador Morales, Medalla de la Ciudad de Sevilla 2025 por su contribución a la ciencia y la salud

Publicada

Oriundo de los Remedios, el doctor Salvador Morales, que el día 30 de mayo va a recibir la Medalla de la Ciudad de Sevilla, es todo un referente en la medicina digestiva. "Nacido y formado en Sevilla", como se declara, asegura que su experiencia acredita que "sin estómago se puede hacer una vida muy cercana a la normalidad".

Ejerce como jefe de servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo en el Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón y en el Hospital Universitario Virgen Macarena y lidera el servicio de Cirugía de la Obesidad en el Centro de Excelencia en el Tratamiento de la Obesidad desde su apertura en el año 2021.

En sus años de trayectoria se ha ganado el respeto internacional en su campo de estudio. Su trabajo es su pasión y, con la vista puesta en los avances médicos, afronta cada nuevo reto con el compromiso de seguir mejorando la vida de sus pacientes y contribuir al progreso de la medicina.

Un especialista como usted, de reconocimiento internacional y a punto de recibir la Medalla de Sevilla, ¿a qué más le gustaría aspirar?

No aspiro a grandes cosas. Solo a disfrutar de mi trabajo, de la investigación, del avance de la ciencia, del avance de la cirugía y de tener un grupo de trabajo que confía en mí. Solo busco seguir disfrutando de lo que hacemos y, a la misma vez, seguir ayudando a los demás.

Creo que estos reconocimientos, cuando vienen solos porque valoran tu trabajo, son mucho más bonitos, porque no hay una aspiración de llegar a ningún lado, sino simplemente de trabajar duro y hacer las cosas bien.

Trabaja tanto para la sanidad pública, en el Hospital Virgen Macarena, como en la privada, de la mano de Quirónsalud. ¿Cómo comenzó su trayectoria?

Yo de hecho empecé en la privada. Cuando acabé la especialidad no tenía trabajo, y entonces me llamaron de la privada y empecé un proyecto ahí. Poco a poco me fue saliendo la oportunidad de trabajar en la pública y, desde el principio, lo he compaginado. Luego, he crecido paralelamente en los dos sitios y a los dos sitios le tengo tremendo cariño y respeto.

¿Se trabaja de forma diferente en ambos entornos?

Una de las cosas que siempre he defendido es que, para mí, no hay diferencia entre atender a un paciente en la sanidad pública o en la privada. Siempre digo lo mismo: usted es un paciente y yo soy un médico; los criterios médicos y quirúrgicos no cambian según el lugar, y mi forma de actuar tampoco.

Lucho por tener la mejor tecnología y ofrecer el mismo nivel de cuidado en ambos entornos. Siempre he creído en trabajar con la misma dedicación, en equipo y con los mismos estándares, tanto en la pública como en la privada. Y creo que lo hemos conseguido.

¿Es difícil hacer carrera en cirugía en una ciudad como Sevilla?

Siempre he dicho que no es difícil hacer carrera en cirugía desde Sevilla. Al contrario, creo firmemente que desde aquí se puede conquistar el mundo de la medicina. El grupo que coordino, así como los distintos equipos de trabajo con los que colaboro, hemos logrado posicionar a Sevilla como un punto de referencia internacional en nuestro ámbito, un auténtico foco de innovación y excelencia.

El doctor Salvador Morales Conde.

El doctor Salvador Morales Conde.

¿Es cierto eso que dicen de que el estómago es el segundo cerebro?

Es cierto que todos vivimos muy pendientes del estómago, porque lo utilizamos a diario, igual que el cerebro. En ese sentido, podríamos decir que sí, que es una especie de segundo cerebro. Pero hay una diferencia importante. Yo, por ejemplo, opero a muchos pacientes con cáncer gástrico a los que, para curarlos, a veces les tengo que extirpar el estómago. Siempre les explico que la naturaleza es muy sabia, que sabe adaptarse y recomponerse. Y, aunque a muchas personas les sorprende, sí, se puede vivir sin estómago.

De hecho, yo mismo he coincidido en restaurantes con pacientes operados hace años que no tienen estómago, y los he visto comiendo con su familia, disfrutando de la comida y haciendo una vida muy cercana a la normalidad. Para mí, eso es muy emocionante: ver que ese paciente está curado, que ha recuperado su vida y que puede seguir compartiendo momentos con sus seres queridos. Son cirugías muy complejas, pero gracias a ellas, incluso sin ese 'segundo cerebro', se puede llevar una vida plenamente satisfactoria.

¿Cuál es el factor que más afecta al estómago?

Sin duda, los hábitos son uno de los factores que más afectan al estómago. Una de las principales luchas que tenemos hoy en día en el ámbito de la salud es combatir los hábitos de vida no saludables. Y no hablo solo del tabaco o el alcohol, sino también de otros factores como la mala alimentación, la contaminación ambiental o el sedentarismo, que también influyen de forma negativa en nuestra salud digestiva.

A esto hay que sumarle el componente genético. Hay personas que, por su herencia, son más propensas a desarrollar ciertas patologías y, por tanto, requieren una atención más constante y un mayor control.

En definitiva, debemos trabajar en dos frentes: por un lado, vigilar y atender esos factores genéticos, y por otro, fomentar hábitos saludables desde la prevención. Así no solo reducimos problemas digestivos, sino también otras enfermedades como la obesidad.

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la cirugía digestiva en los próximos años?

Uno de los principales retos de la cirugía digestiva en los próximos años es aumentar el número de procesos que sean realmente curativos. Y el primer paso para lograrlo es, precisamente, evitar tener que operar. Nuestro objetivo es que los programas de cribado, como los que impulsa la Junta de Andalucía, sean cada vez más eficaces.

Cuando la cirugía sí es necesaria, el reto es intervenir en estadios iniciales, lo que no solo mejora las tasas de curación, sino que también reduce la necesidad de tratamientos agresivos como la quimioterapia.

Su trabajo destaca por el desarrollo de innovaciones médicas a través de la Inteligencia Artificial. ¿Cómo ayuda realmente la IA a la medicina?

Lo que está por venir en medicina y cirugía con la inteligencia artificial es realmente apasionante, algo que hace apenas una década ni imaginábamos. Desde nuestro grupo estamos trabajando en varios proyectos muy innovadores, como la cirugía guiada por imagen con apoyo de IA. Uno de los más interesantes busca acortar el periodo de aprendizaje quirúrgico aplicando inteligencia artificial al análisis de intervenciones realizadas por cirujanos de diferentes países. El objetivo es que, en un futuro cercano, la IA pueda asistir en tiempo real durante la operación.

Además, colaboramos con grupos japoneses en otro proyecto que permitirá identificar la anatomía del paciente durante la cirugía, como si estuviéramos en una clase de anatomía: la inteligencia artificial resaltaría estructuras como nervios, arterias o venas con distintos colores, facilitando una intervención más precisa y segura.