
Una golondrina.
La Diputación de Sevilla soltará murciélagos y pájaros para acabar con el mosquito del Nilo, que mató a 10 personas en 2024
Con la llegada del calor, arranca una etapa centrada tanto en la fumigación masiva como en métodos sostenibles de control biológico.
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La Diputación de Sevilla se encuentra en la segunda fase de su plan contra el virus de la fiebre del Nilo Occidental con una medida innovadora: soltar murciélagos y pájaros. Es decir, aves insectívoras y, por tanto, depredadoras naturales de los mosquitos que transmiten esta enfermedad.
Esta acción se suma a las labores de fumigación de la primera fase, que ya se han realizado sobre más de 60.000 metros cuadrados en los 15 municipios abarcados por este programa, los que componen la zona de La Janda, en Cádiz, y del Bajo Guadalquivir, en Sevilla.
“El objetivo no es erradicar los mosquitos, algo biológicamente imposible, sino reducir la población de aquellos que actúan como vectores del virus”, ha explicado José Hidalgo, director del área de Servicios Supramunicipales de la Diputación.
Según detalla, se están desplegando los equipos de trabajo “como lo haría un ejército”, siguiendo una planificación por fases que contempla un refuerzo especial durante los meses de más calor, cuando operarán hasta 12 brigadas simultáneas en las zonas periféricas de los municipios más afectados.
Esta actuación forma parte de un programa de seis millones de euros financiado por la institución provincial para combatir el virus que, solo el verano pasado, provocó diez fallecimientos en la provincia y generó una crisis sanitaria de gran repercusión mediática.
Las labores se centran, en Sevilla, en la Comarca de Especial Seguimiento, que incluye a Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas, Utrera, Los Palacios y Villafranca, Las Cabezas de San Juan, Lebrija, Almensilla, Palomares del Río, Mairena del Aljarafe, Bollullos de la Mitación, Aznalcázar, Villamanrique de la Condesa, Isla Mayor, La Puebla del Río y Coria del Río. En total, unos 478.000 habitantes.
La primera fase, centrada en el control larvario, ha sido desarrollada por la empresa pública Tragsatec y otras dos compañías contratadas por la Diputación. Se ha intervenido en 572 puntos del territorio donde los estudios del CSIC habían detectado presencia potencial de las cuatro especies de mosquitos vectores del virus.
Ahora, con la llegada del calor, arranca una etapa centrada tanto en la fumigación masiva como en métodos sostenibles de control biológico. El diputado provincial Gonzalo Domínguez ha subrayado que esta segunda fase del programa incorpora también más recursos humanos y materiales.
Además, ha destacado la “colaboración diaria” entre los técnicos de la Diputación y la Junta de Andalucía, en el marco del Plan Estratégico Andaluz de Vigilancia y Control de Vectores (PEVA).
Con esta combinación de medidas químicas y naturales, la Diputación busca minimizar el impacto de esta enfermedad sobre la población sin comprometer el equilibrio ecológico de las zonas afectadas.
Detección de casos leves
Por su parte, la Consejería de Salud y Consumo ha reforzado el Programa de Vigilancia y Control Integral de Vectores de la Fiebre del Nilo Occidental para la temporada 2025.
Entre sus principales novedades figuran la búsqueda activa de casos leves en las comarcas de especial seguimiento, la movilización de todos los actores de promoción de la salud (enfermeras de familia, referentes escolares y comunitarias, farmacias y la red RELAS) y la creación de un segundo laboratorio de referencia en el Hospital Virgen del Rocío, que se suma al del Hospital Virgen de las Nieves para mejorar la capacidad y rapidez diagnóstica.
La fiebre del Nilo Occidental es una zoonosis transmitida por mosquitos infectados que circula principalmente entre aves. Los humanos y otros mamíferos pueden infectarse de forma colateral, sin contribuir a la propagación del virus.
En torno al 80 por ciento de las personas infectadas no presentan síntomas, aunque los mayores y personas inmunodeprimidas son más propensos a desarrollar la forma neuroinvasiva de la enfermedad, la más grave.
Con esta segunda fase del plan, la Diputación de Sevilla y la Junta de Andalucía intentan evitar un nuevo repunte de casos en los meses de más riesgo, apostando por un enfoque integral que une vigilancia sanitaria, control ambiental y participación comunitaria a través de una aplicación móvil en la que todos los ciudadnos podrán comprobar cómo están los medidores de mosquitos en su municipio.