Sevilla, al igual que el resto de la población española, se enfrenta a retos derivados de los cambios demográficos, los cuales tienen un significativo impacto en salud; uno de ellos es el envejecimiento de su población. La esperanza de vida en España se sitúa, según las estadísticas del año 2023, en torno a los 84 años, y Sevilla no es ajena a esa tendencia.

El porcentaje de personas mayores de 65 años en la provincia de Sevilla se estima en un 19 por ciento de la población total, situándose aproximadamente entre el 20-22 por ciento en la ciudad de Sevilla. Barrios como el Centro Histórico, Nervión o Los Remedios, o comarcas como la Sierra Norte de Sevilla, se destacan por presentar una proporción significativa de personas mayores. Por otra parte, se calcula que cerca del 30 por ciento de los sevillanos superará los 65 años en el 2050.

Este incremento en la población de adultos mayores es debido tanto al aumento de la expectativa de vida como a la reducción de la tasa de nacimiento. La pirámide demográfica de Sevilla está cambiando, presentando una base estrecha de jóvenes y una cima ampliada de adultos mayores, lo cual se diferencia de la configuración demográfica de hace solo algunas décadas.

Este envejecimiento poblacional, cuando es observado desde una perspectiva sanitaria, refleja el éxito de los avances médicos, pero también plantea retos y obliga a reconfigurar el sistema de salud no solo en la provincia de Sevilla, sino en todo el país, para adaptarse a un incremento en los servicios médicos y cuidados de larga duración. El sistema debe transformarse para garantizar una atención de calidad a una población cada vez más longeva.

El impacto del envejecimiento en el sistema sanitario sevillano es innegable. Las patologías crónicas, que afectan principalmente a los mayores, se sitúan en los primeros puestos. Enfermedades osteoarticulares, hipertensión arterial y otras patologías cardiovasculares presentan una clara prevalencia en estos grupos etarios. Por otra parte, el cáncer y las fracturas óseas generan una alta demanda de intervenciones quirúrgicas.

Este incremento de la demanda asistencial se ve agravado por la insuficiencia de recursos humanos especializados en la atención de mayores. En España hay solo 16 geriatras por cada 100.000 personas mayores de 75 años, en contraste con los 167 pediatras por cada 100.000 menores de 15 años.

En Sevilla, esta disparidad limita la capacidad de atención especializada. Además, el gasto sanitario está en aumento. Se estima que, a nivel nacional, el envejecimiento poblacional incrementará el consumo sanitario en más de 10.000 millones de euros en la próxima década.

El envejecimiento de la población debe obligar a rediseñar el sistema de salud de Sevilla. Es fundamental fomentar un envejecimiento saludable. Programas de prevención, como cribados para la detección de cáncer o campañas para promover estilos de vida sanos, tienen el potencial de disminuir la incidencia de enfermedades crónicas.

Diversas son las tácticas que pueden enfocarse en alcanzar este propósito, como, por ejemplo, incrementar la capacitación en geriatría. La tecnología también puede actuar como un aliado: la telemedicina y los dispositivos portátiles de monitorización de la salud pueden mejorar la accesibilidad del paciente e incrementar la calidad de la atención médica, además de disminuir los gastos sanitarios. Optimizar la coordinación sociosanitaria podría también mitigar la carga sobre los centros hospitalarios. Sevilla posee la posibilidad de encabezar un modelo de cuidado enfocado en la persona de edad avanzada, ajustado a sus requerimientos y centrado en la calidad de vida.

La sociedad de Sevilla, con su profundo legado de solidaridad, posee la capacidad de transformar la longevidad en una etapa de bienestar, no de vulnerabilidad. El futuro no está escrito, pero podría imaginarse con el compromiso compartido para asegurar que cada sevillano mayor obtenga el cuidado que merece. Vivir más es un logro; vivir de manera saludable, una obligación colectiva.