El guitarrista flamenco Diego de Morón. Sevilla
Muere a los 78 años Diego de Morón, reconocida leyenda de la guitarra flamenca
Hijo de Joselero y sobrino de Diego del Gastor, su muerte cierra una trayectoria de 50 años repleta de hitos
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Diego de Morón ha fallecido este domingo a los 78 de edad. Era reconocido como una leyenda de la guitarra flamenca por una trayectoria de 50 años en la que incluso alcanzó fama internacional.
Ha confirmado el fallecimiento Juanma Rodríguez, alcalde de Morón de la Frontera, su localidad natal, donde se ha decretado el luto oficial de un día.
"Hoy Morón y el mundo del flamenco están de luto por la dolorosa partida de Diego Torres Amaya, Diego de Morón", ha dicho el primer edil del municipio en redes sociales.
El alcalde ha recordado parte de la trayectoria de un guitarrista que nació en el seno "de una dinastía flamenca sin parangón". Era hijo de Joselero y sobrino de Diego del Gastor.
"Se hizo un nombre propio con su guitarra en este arte, motivos por lo que siempre será recordado", ha relatado el alcalde, que también ha aprovechado para trasladarle su "más sentido pésame a sus familiares y allegados".
Nacido el 18 de abril de 1947, Diego de Morón era uno de los artistas flamencos más reconocidos de los últimos 50 años.
De hecho su biografía aparece en el portal de turismo de la Junta de Andalucía, que reconoce su figura como una de las más influyentes de las últimas décadas.
Pese a ser hijo de Joselero y Ángeles Amaya, la hermana de Diego del Gastor, tardó varios años en aprender a tocar la guitarra. Fue su primo Juan del Gastor quien le enseñó.
"Hombre intermitente, genial, pero informal"
Más tarde comenzó a trabajar con su tío Diego del Gastor, que le enseñó sus falsetas. Le definían como "un hombre intermitente, genial, pero informal".
Fue ya en 1975 cuando alcanzó la fama con su primer disco, titulado en honor a la saga de la que procedía: Dieguito el del Gastor.
Se marchó a Estados Unidos y a su vuelta abandonó la promoción y solo apareció en varios programas de televisión junto a su padre.
Durante muchos años alternó sus estancias en Madrid con los viajes a Morón de la Frontera. Allí participó en hasta seis ediciones del Gazpacho, el prestigioso festival flamenco de su localidad natal.
Su figura volvió a cobrar mucha relevancia en la Bienal de Sevilla de 1998. Presentó su espectáculo Añoranza, que le permitió ser reconocido unánimemente por la crítica.