Joaquin Palma, de grupo STIG. Sevilla
Joaquín Palma (Grupo STIG): “La financiación alternativa es una herramienta estratégica, sobre todo en las renovables”
"En términos de financiación alternativa, no veo una diferencia significativa entre Andalucía y el resto de España", asegura.
La financiación alternativa ha pasado de ser una opción residual a convertirse en una necesidad para muchas empresas, especialmente en sectores como el de las energías renovables o el emprendimiento innovador. ¿Cuál es el diagnóstico que haces sobre la situación actual del acceso a capital en Andalucía y España, en general?
En términos de financiación alternativa, no veo una diferencia significativa entre Andalucía y el resto de España. Esta financiación ha cobrado gran importancia, especialmente porque el sistema bancario tradicional en España, que históricamente ha tenido una gran exposición, no siempre cubre las necesidades de los proyectos, especialmente en sectores como las energías renovables, donde los bancos sólo financian en fases finales de los proyectos, cuando el parque de energía renovable ya está construido. Esto ha provocado que la financiación alternativa sea clave en sectores industriales que requieren de recursos propios o de equity durante el desarrollo del proyecto. Aunque ya está ganando terreno en España, con la participación de fondos extranjeros, sería ideal contar con una industria de financiación alternativa específicamente orientada a las renovables.
En cuanto al emprendimiento, la situación es similar. Los bancos rara vez otorgan financiación a empresas recién constituidas o con poca trayectoria, salvo que los socios sean solventes. Este vacío ha sido cubierto por el Venture Capital y fondos de deuda, que ofrecen soluciones de financiación a cambio de ciertas condiciones en el desarrollo de las startups. Hace una década, España era un desierto en este sentido, pero hoy en día la situación ha mejorado, lo que indica que estamos en un buen momento para el desarrollo de estos modelos de financiación.
Cuando un fondo invierte, no solo importa el dinero, sino también los contactos, estrategias, experiencia y apoyo en decisiones. Este acompañamiento es lo que distingue la financiación alternativa de la tradicional.
España, y particularmente regiones como Andalucía, vive una revolución energética que no siempre viene acompañada de liquidez y estructura. ¿Cree que la financiación alternativa puede ser el motor que desbloquee esta transición?
Definitivamente, sí. Cuando hablamos de "alternativa", nos referimos a una solución distinta a la banca tradicional, que permite llevar a cabo los proyectos sin tener que recurrir a los canales convencionales. En Grupo STIG, como consultora financiera, comenzamos a utilizar herramientas alternativas en el año 2010. En aquel entonces, hablábamos de la importancia del seguro de caución como una opción viable frente al aval bancario o el dinero en efectivo, con el objetivo de liberar la CIRBE y desbloquear el capital. Esta herramienta ha sido crucial en sectores como el de las energías renovables, ya que permite presentar un aval para obtener los permisos de conexión y, además, facilita la transferencia de contratos en el desarrollo de un parque. Si bien actualmente el sector se encuentra algo estancado en términos de construcción de nuevas plantas, especialmente en lo que respecta a la tecnología fotovoltaica, estoy convencido de que, para cumplir con los objetivos de generación de energía renovable, tanto a nivel nacional como europeo, pronto se reactivarán proyectos que requerirán financiación alternativa. En este contexto, empresas como Get Finance, la consultoría financiera de Grupo STIG especializada en el sector de las renovables e industrial, juegan un papel clave.
Una vez que el proyecto avanza y se superan ciertos obstáculos, es posible acceder a un proyecto de financiación estructurada a través de un banco, pero el capital privado juega ese papel de "puente" en las fases iniciales.
Al frente de Grupo STIG, ha estado quince años vinculado a proyectos empresariales de todo tipo donde la financiación ha jugado un papel clave en su desarrollo. ¿En qué momento identificó que las vías tradicionales ya no eran suficientes para responder a las necesidades del tejido empresarial?
No me considero innovador, pero sí puedo decir que en 2011, cuando comenzamos con la consultoría financiera STIG Market Finance, la empresa más longeva del grupo, identificamos dos líneas claras de acción.
Para entender el contexto, hay que recordar qué sucedía entonces. Fue el periodo de la crisis inmobiliaria, la crisis de las cajas rurales y la famosa prima de riesgo, temas que ahora ya no se discuten tanto. En ese momento, los bancos redujeron drásticamente su apetito por los préstamos debido a la falta de solvencia y, por supuesto, eliminaron los avales. Solo ofrecían avales si te pignoraban el 100% de la cantidad, lo cual no era viable para muchas empresas que necesitaban ese dinero para desarrollar sus proyectos.
Si hablamos de proyectos empresariales, la escalabilidad y, sobre todo, el equipo promotor son los pilares fundamentales.
Fue entonces cuando empezamos a proponer el seguro de caución como una alternativa al aval bancario para ayudar a las empresas a financiar sus proyectos. Además, también comenzamos a abordar las plataformas de crowdfunding y crowdlending, que ya se estaban moviendo en Francia, y trajimos algunas de ellas a España para financiar proyectos de esta manera. Estas fueron las primeras herramientas innovadoras que adoptamos, con el objetivo de ofrecer soluciones cuando los bancos empezaban a poner restricciones a la financiación de proyectos.
A menudo se habla de financiación alternativa como un 'plan B', pero desde Grupo STIG se está demostrando que puede ser incluso más estratégica y transformadora que la banca tradicional. ¿Cómo se consigue este valor añadido? ¿Qué ventajas reales ofrece en el desarrollo de proyectos de alto impacto?
En Grupo STIG hemos logrado ese valor añadido defendiendo bien el proyecto, apostando por iniciativas innovadoras con una trazabilidad financiera y de ingresos clara. Además, la experiencia y la capacidad del promotor son esenciales para hacer el proyecto atractivo para los fondos. Para estos fondos, es fundamental entender lo que buscan y ser muy profesionales al presentarles la información, bien analizada y de forma que encaje con sus criterios. En vez de presentarles un proyecto sin filtrar, nosotros ofrecemos la información masticada, lo que facilita la toma de decisiones y la evaluación de riesgo. Si encaja con los criterios de suscripción de ese fondo o de esa financiación, lo presentamos; si no encaja, no lo presentamos. Parece de perogrullo, pero no es así.
Además de financiar, el modelo de Grupo STIG incorpora el concepto de smart money. Esto no solo se refiere al capital, sino también al conocimiento, la experiencia y la estrategia que el fondo puede aportar, algo que los bancos no suelen ofrecer. Cuando un fondo invierte, no solo es importante el dinero, sino también lo que pueden ofrecer en cuanto a contactos, estrategias, experiencia en proyectos similares y apoyo en la toma de decisiones. Este acompañamiento es lo que realmente diferencia la financiación alternativa de la tradicional.
Durante todos estos años, han trabajado en operaciones de project finance, bridge finance, reestructuración de deuda, inversión en startups… ¿Qué debe tener una empresa o un proyecto para ser ‘financiable’ a día de hoy? ¿Cuáles son los criterios que, en su opinión, son actualmente imprescindibles a la hora de convencer a un inversor alternativo?
En mi experiencia, lo esencial es tener un equipo promotor capaz, alguien que pueda empezar a caminar con el proyecto, incluso antes de tener el producto completamente definido. Además, un factor clave hoy en día es que el proyecto sea escalable.
En cuanto a los criterios para convencer a un inversor alternativo, es fundamental ofrecer la rentabilidad que ellos buscan, que generalmente es superior a la de los fondos tradicionales o de otros sectores. Al final, esto es un tema económico, pero, más allá de la rentabilidad, la escalabilidad es casi imperativa. Un proyecto que solo se enfoque en un mercado local, salvo excepciones muy concretas, probablemente no atraerá mucho interés. Esto, por supuesto, no aplica de la misma forma a proyectos renovables o de infraestructura, que deben estar ubicados en un sitio específico. Pero si hablamos de proyectos empresariales, la escalabilidad y, sobre todo, el equipo promotor son los pilares fundamentales. Si tuviera que quedarme con uno, sería el equipo promotor.
Más allá del capital, la financiación alternativa también implica acompañamiento estratégico, capacidad de lectura del mercado y visión a largo plazo. En este sentido, ¿qué papel juega ese ‘asesoramiento inteligente’ que ofrece Grupo STIG desde Get Finance en el éxito de una operación financiera de este tipo?
El acompañamiento y asesoramiento estrecho con el cliente, junto con el conocimiento técnico del proyecto empresarial, es probablemente la clave por la cual nos eligen para acompañarlos en su camino. Existen muchas empresas y boutiques que realizan este tipo de labores, pero nosotros nos diferenciamos en que también valoramos el aspecto humano de las personas que están detrás del proyecto. Esto es algo que se menciona mucho, pero para nosotros es realmente fundamental.
Desde Get Finance, contamos con el conocimiento técnico que hemos adquirido a lo largo de los años, además de los valores que impregnan todo lo que hacemos en Grupo STIG. Este enfoque, combinado con una atención cercana y personalizada, es lo que nos ha permitido ganar la confianza de nuestros clientes que piensan en nosotros a la hora de financiar sus proyectos.
Con todo esto que nos acaba de contar, y centrándonos ahora en el concepto de ecosistema empresarial que rodea a Grupo STIG y coloca a las personas y al talento en su epicentro, ¿cómo se traslada esta visión a la forma en que diseñan este tipo de soluciones financieras?
El ecosistema empresarial de Grupo STIG está basado en la confianza, la escucha activa y la empatía con el cliente. Para nosotros, entender a fondo las necesidades de cada cliente es esencial. Muchas veces, lo que necesita no es solo capital, sino un socio que lo acompañe estratégicamente. Por eso, lo primero que hacemos es realizar las preguntas adecuadas y analizar a fondo sus puntos de dolor. Luego, gracias a nuestra red de empresas y expertos, ofrecemos la solución adecuada, adaptada a cada situación. Nuestro ecosistema empresarial nos permite ofrecer soluciones personalizadas o, si no es posible, derivarles a quien sí pueda aportar valor. Es una forma de trabajar que nos ha permitido fidelizar clientes y generar soluciones creativas y efectivas.
Una de las principales filosofías que marcan nuestro trabajo en Grupo STIG a lo largo de todos estos años es la escucha activa y empática con el cliente.
Para finalizar, si tuviera que dar un consejo a los emprendedores, promotores o directivos que hoy necesitan financiación y no encuentran respuestas en los bancos, ¿cuál sería?
Si un proyecto no recibe apoyo de los bancos, es crucial que los emprendedores sean capaces de presentar una propuesta de valor sólida. La clave está en poder explicar con claridad qué se quiere hacer y cuál es la necesidad que se quiere cubrir con el proyecto, además de tener una base financiera bien estructurada. A menudo, los emprendedores cometen el error de contar su historia sin tener bien definido el corazón financiero de su proyecto. En Grupo STIG ayudamos a estructurar esos escenarios financieros para que los proyectos sean atractivos para los inversores.
Por último, hay dos frases que se han convertido en parte de mi filosofía: "Tanto si crees que puedes, como si no, estás en lo cierto" y "Creer para crear".
Estas frases forman parte de mi subconsciente y son fundamentales para entender lo que impulsa todo lo que hacemos en Grupo STIG desde 2010. Para mí, esas dos ideas resumen la esencia del emprendimiento: si no crees en lo que estás haciendo, es imposible crear algo.